2: Un Omega En El Rio.

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Cada tarde después de que haya hecho sus tareas al príncipe YoonGi le gustaba ir al rio, el sonido tranquilizador del agua le hacia tranquilizarse. El río corría tranquilamente esa tarde, con la luz del sol reflejándose en el agua como pequeñas joyas. A lo lejos, una figura se inclinaba sobre las orillas, lavando con delicadeza un manojo de hierbas medicinales. Kim SeokJin, conocido en el pueblo por su conocimiento de las plantas, estaba absorto en su tarea, ajeno a la mirada que lo seguía desde el otro lado del río.

Yoongi, el príncipe heredero, había pasado cerca en su recorrido habitual, observando con desdén el comportamiento de la gente común. Sin embargo, algo en SeokJin capturó su atención ese día. Tal vez fue la serenidad con la que trabajaba, o la forma en que el sol acariciaba su piel pálida. A diferencia de los omegas de la corte, siempre adornados con ropas ostentosas y joyas relucientes, SeokJin vestía un sencillo hanbok que, lejos de restarle belleza, lo hacía parecer más etéreo, más real.

Mientras Yoongi lo observaba, algo inesperado ocurrió. SeokJin, en su concentración, no notó las piedras resbaladizas bajo sus pies y, en un abrir y cerrar de ojos, perdió el equilibrio. Con un grito ahogado, cayó al río, el agua fría envolviéndolo de inmediato.

Yoongi dio un paso hacia adelante, sus instintos empujándolo a intervenir, pero se detuvo. SeokJin emergió de inmediato, tosiendo, sus manos buscando apoyo en la orilla. Estaba empapado, su cabello pegado a su rostro, pero su reacción no fue la de un omega frágil que clamaría por ayuda. SeokJin simplemente rió por lo absurdo del momento, sus ojos brillando con una mezcla de sorpresa y diversión.

Yoongi no pudo evitar sonreír levemente ante la escena. Había algo en SeokJin que lo fascinaba. A diferencia de los omegas que habían intentado acercarse a él en la corte—soberbios, arrogantes, y siempre calculando lo que podían obtener de él—SeokJin era diferente. No había una pizca de falsedad en él. Su belleza no era adornada con joyas, su gracia no era ensayada. Era puro, natural. Y, sin embargo, no parecía ser consciente del efecto que provocaba.

"Es diferente...", pensó Yoongi para sí mismo, su mirada afilada observando cada detalle de cómo SeokJin volvía a sus hierbas, ahora más cuidadoso pero aún sonriendo por su pequeño accidente.

Desde ese día, Yoongi había mantenido a SeokJin en su mira. No le había hablado, ni hecho ningún acercamiento. Prefería observar desde la distancia, intrigado por la simplicidad del omega que parecía no tener ni un rastro de la codicia que tanto despreciaba en los demás. Un omega que no buscaba impresionarlo ni ganar su favor. Un omega que, sin proponérselo, había logrado lo que nadie más había conseguido: despertar el interés del príncipe heredero.

Yoongi ya había decidido, aunque SeokJin aún no lo sabía. Ese omega sería suyo. No por capricho, sino porque había visto en él algo que ningún otro tenía. Algo que debía proteger y reclamar para sí.

.  .  .

El salón de la corte estaba lleno de murmullos, risas coquetas y gestos calculados. Los omegas de la nobleza, tanto hombres como mujeres, se habían reunido para una audiencia con el príncipe heredero Min Yoongi. Era evidente que la intención de la reunión no era solo política, sino también una oportunidad para que las familias nobles presentaran a sus omegas como potenciales consortes. Los colores brillantes de sus hanboks, adornados con joyas excesivas, y los gestos exagerados para captar la atención de Yoongi comenzaban a irritarlo.

Yoongi observaba con el ceño fruncido, su paciencia casi al límite. Las risas forzadas y las miradas insistentes no hacían más que recordarle lo desvergonzados y superficiales que eran los omegas de la corte. Uno tras otro, se acercaban con sonrisas amplias y palabras vacías, ofreciéndose sin pudor, como si su estatus o apellido bastara para ganar su favor.

— Vuestra Alteza.—  comenzó uno de los ministros, inclinándose respetuosamente, — la corte está ansiosa por saber cuándo tomará usted un consorte oficial. Ya ha pasado demasiado tiempo desde que asumió su lugar como heredero, y la estabilidad del reino depende de su matrimonio.—  Los ojos de Yoongi se endurecieron, recorriendo el salón y viendo las caras expectantes de los nobles. Los alfas y omegas presentes sonreían, ansiosos de escuchar su respuesta, muchos con la esperanza de que él eligiera a uno de los suyos.

— ¿Estabilidad del reino?_ replicó Yoongi, su voz grave resonando por todo el salón.— ¿Creen que el matrimonio de un príncipe es lo único que puede mantener la paz en estas tierras?— El salón cayó en silencio. Los nobles se miraban entre sí, incómodos. Yoongi continuó, sin molestarse en disimular su desprecio.

— He visto a todos los omegas que me han presentado. Y todos ellos tienen algo en común: son escandalosos, desvergonzados, más preocupados por su apariencia que por su carácter. Hacen lo que sea por captar mi atención, pero ni siquiera saben lo que significa ser digno de una verdadera unión.— Su mirada se deslizó con desdén hacia los nobles que habían presentado a sus hijos, quienes se encogieron ante sus palabras.— Todos ustedes están muy lejos de lo que se necesita para ser mi consorte.— añadió, su voz cargada de frialdad. — Comparados con SeokJin…— Los ojos de Yoongi brillaron al mencionar ese nombre, recordando la imagen del omega lavando sus hierbas medicinales junto al río, tan sencillo y hermoso, pero con una fuerza interior que ninguno de los presentes poseía.

— SeokJin es diferente.— murmuró Yoongi, más para sí mismo que para los demás. — Él no necesita joyas ni telas caras para destacar. Tiene carácter, una belleza que no depende de adornos superficiales. No es soberbio ni insistente como ustedes, y jamás se rebajaría a la vulgaridad que he visto aquí hoy.— Los murmullos en el salón comenzaron de nuevo, algunos nobles ofendidos por sus palabras, otros simplemente desconcertados. Uno de los consejeros dio un paso al frente, tratando de suavizar la tensión.

— Vuestra Alteza, SeokJin no es de la nobleza. Aunque reconozcamos sus virtudes, ¿realmente es apropiado compararlo con omegas de tan alta estirpe?—  Yoongi lo miró con frialdad, como si el consejero acabara de decir la mayor estupidez del mundo.

— ¿Alta estirpe? Si la nobleza se mide por el carácter, entonces ninguno de estos omegas llega siquiera a los pies de SeokJin.— Sus palabras eran un golpe directo a la corte, que cada vez se removía más incómoda.— No se equivoquen.—  añadió con una sonrisa cruel, — elegiré a mi consorte cuando lo considere adecuado, y no será por presión de la corte ni por alianzas políticas. Si alguno de ustedes cree que puede imponerme una elección, está muy equivocado.— Finalmente se retiro del lugar lleno de furia.

Hola a todos, bueno les regale tres capitulos porque todavia no termino la historia tengo 17 capitulos en borradores y las actualizaciones se haran los sábados

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Hola a todos, bueno les regale tres capitulos porque todavia no termino la historia tengo 17 capitulos en borradores y las actualizaciones se haran los sábados.

Espero les guste esta historia hermosa llena de amor y respeto. También la próxima semana les subire una historia HopeJinyoon sobre cazadores de brujas.

The Min Empire | YoonJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora