10 ; confesión

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La adrenalina era un arma de doble filo, podía hacer que corrieras por tu vida si era necesario, pero te provocaba una constante sensación de miedo y ansiedad mientras huías de lo que tu cerebro piensa que es una amenaza.

YoonGi corrió escaleras arriba, se tropezó mientras quitaba sus zapatos y fue directamente hacia su habitación, pero no logró cerrar la puerta cuando JiMin puso su cuerpo para evitarlo.

Contuvo la respiración al saber que no tenía otra salida, el mayor entró al cuarto y cerró la puerta tras de él mientras señalaba su cama con una mano.

—Siéntate.

YoonGi pudo haberse desmayado cuando sintió su cuerpo reaccionar ante la orden, se dejó caer sobre la cama y cubrió su rostro con ambas manos, evitando a toda costa la mirada del mayor. Sintió que el lado derecho de la cama se hundía y no había que ser muy inteligente para saber que JiMin esperaba pacientemente su recuperación.

—Yoon...

—Lo siento.

—¿Por qué te disculpas? —bajó ambas manos para observarlo, sintió que faltaba muy poco para que empezara a llorar—. No estoy molesto.

—¿No?

—No... soy muy guapo, ¿verdad?

YoonGi quiso soltar una respuesta irónica ante la pregunta, decirle algo para atacarlo y la conversación quedara olvidada, en su lugar soltó un gemido lastimero mientras volvía a cubrir su rostro. Pudo sentir la mano de JiMin acercarse a su cabeza y desordenar su cabello en una forma de consuelo.

—¿Desde cuándo?

Se tomó su tiempo para responder, mordió su labio inferior y jugó un poco con sus dedos mientras su pie se movía nerviosamente sobre el piso.

—Desde que te conozco.

—Oh, no es hace mucho.

Lo observó como si hubiera dicho la tontería más grande del mundo, no estaba muy lejos de ser verdad.

—No te conozco porque me pediste ayuda con noona, JiMin.

—¿No?

Por muy avergonzado que se sintiera, JiMin no dejó de darle pequeñas caricias de consuelo, parecía no notar que estaba haciéndolo.

—No, fue antes y... solo me gustaste.

—Ya veo.

Volvieron a quedar en silencio, la mente de YoonGi empezó a maquinar diferentes soluciones para las respuestas que JiMin le daría. Tal vez querría que se mantuviera alejado después del viaje, tal vez no volvería a hablarle y perderían la amistad que habían hecho en tan poco tiempo.

—¿Eres tonto?

—¿Disculpa? —su respuesta salió más brusca de lo que pensó, JiMin le mantuvo la mirada con una sonrisa floreciendo en sus labios.

—¿Te gusto y aun así decidiste ayudarme con la chica que me gusta? —tal vez debió notar su expresión descontenta—. Lo siento, no debí...

—No importa.

—En verdad lo siento.

—No lo sientas, JiMin, no me conocías y no éramos amigos —murmuró en respuesta y trató de regalarle una sonrisa—. Fue mi decisión ayudarte.

—Bueno, si no te hubiera intimidado...

—No me conocías y estaba bien, yo acepté después de todo.

Solo escuchó el suspiro de JiMin y pareció ser consciente de su mano aun sobre su cabello, la bajó con lentitud y ambos observaron fijamente el estante donde estaban sus discos favoritos.

Oh, silly heart ﻬ [ j i m s u ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora