Capítulo 10

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Lalisa.

Después de las clases salimos al estacionamiento y nos reunimos como siempre, entonces está vez era Nayeon contándonos su último ligue.  

— No espere sinceramente eso, pero... No me aguante y termine cediendo, entonces perdi mi virginidad por cuarta vez.

— ¿Cuarta? —La ceja de Suzy se enarca, se ve icónica.

Entonces Nayeon asiente sonriendo.— Lo diferente es que esta vez fue con una chica, y aunque espere que fuera lo mas malo del mundo, resultó ser una maravilla. —Contestó.

Entonces mi teléfono vibro.

Camine un poco más lejos de ellas mientras pegaba el celular en mi oreja, y justo en ese momento el maestro más caliente de mi puta vida estaba caminando hacia su moto, mientras bebía una cerveza, que supongo que la zorrita de Nancy le dió.

¿Lalisa?

— Hola cariño, ¿Cómo estás? —Sonreí, entonces Jungkook desvió su mirada hacia mi y me vio unos largos segundo mientras que yo hablaba con Bam.

Bien, mi amor ¿y tú?

— Quisiera verte, mi amor. Para estar mejor —Dije, entonces Bam río.

Si... deberíamos vernos.

— Tu me dices cuando y en donde, y yo resuelvo para llegarte, tesoro. —Justo en ese momento Jungkook acomodaba su moto. Entonces me rei. 

Que coqueta.

— Para ser mentira, suena muy cierto. —Dije mientras lo veía acomodarse el casco, pero antes bebió su cerveza y la dejó en el suelo.— Bebé ahora te llamo, estoy saliendo de la uni.

Dale, princesa. Me llamas ahora, ¿Si?

— Sí, amor. Yo te llamo. —Corte la llamada y caminé hacia las chicas. Entonces ellas empezaron a molestarme.

— ¿Tan rápido Lisa, y ya estas de novia con un tailandés? —Dice Suzy sonriendo, solo me rei.

— ¡Ay! no empiecen, saben que no —Dije. Ellas rieron y ví como Jungkook se iba en su moto. 

Bien, creo que estoy enamorada de ese cabrón.

***

Bien, no sé por qué estoy haciendo esto, me siento como una zorra yendo a buscar a su zorro. Me siento cometiendo un delito. Pero, bueno, aquí estoy. Toque la puerta tres veces, vaya edificio tan largo, me costó bastante subir esas jodidas escaleras y ese maldito ascensor dañado.

Se demora bastante en abrir esa maldita puerta, y empiezo a arrepentirme de por qué vine a joderme la vida y seguramente ganarme una regañada por ser tan descarada. Sin embargo, cuando esa puerta se abre mi mandíbula cae.

— ¡Jungkook! ¡¿Quien es esta chica que vino a buscarte?! —Vaya ya entiendo porque se tardaba tanto en abrir la puerta, estaba con una rubia teniendo sus rollos. Que idiota te ves, Lisa. En el fondo sabía que  era una terrible mala idea.

Entonces solo hice una reverencia y antes de que él se asome por la puerta para ver quien es, me esfumo por las escaleras corriendo lo mas rapido posible. Aunque fue en vano porque oigo su voz justo cuando estoy por llegar a la mitad de las largas filas de escaleras:

— ¿Señorita Lalisa?

Mi corazón se detuvo de la vergüenza, pero mis piernas seguian moviendose como si estuviera en la carrera de una final y fuera a ganarme millones de bahts o wones. Esta es la última vez que vea a Jeon Jungkook, me va a tragar la vergüenza si lo veo otra vez.

***

No me sirvio de mucho las excusas que le tire a mi madre para evitar ir a la universidad, gracias a la innecesaria ayuda de mi jodido padrastro me obligo a ir. Y obvio, me puse un short corto con una blusa ancha y me encargue de colocarme una gorra y gafas que me taparan el rostro evitando a toda costa que el profesor Jungkook me viera.

Jennie se cruzó por mi camino cuando estaba por ir al baño, y nos quedamos conversando un rato evitando entrar a la clase de Ji Eun, ya que, Jungkook suele ir de vez en cuando.

— Bueno, ¿Quieres decirme por qué estás evitando entrar a la clase? —Pregunta ella cruzada de brazos, la miró un momento dejando el espejo en el muro. Tengo un espejo individual.

— No sé de qué me hablas, Jennie. —Evito el tema, y vuelvo a tomar mi espejo y me acomodó las cejas.

— ¿Segura, Lalisa Manobal? —Pregunta enarcando su ceja. Asiento y ella bufa.— No te creo nada, mentirosita.

— ¡Me chocas! —Reprocho dejando nuevamente el espejo en el muro.— Si, si, estoy evitando al profesor Jungkook, ¿Por qué?

— ¡Ehhh! ¡Lo sabía! —Chilla, entonces en ese momento una rubia entra por la puerta del baño y nos mira sonriente.

— Hola —Hace una reverencia, y noto en sus mejillas un rubor. Saludamos cordiales y ella se mantiene sonrojada.— Eh... Soy nueva, pero-

— Lisa, no me tardo. Espérame —Exclama Jennie y le pasa por un lado para irse. Entonces se acerca Suzy a Jennie por fuera y con Nayeon se marchan conversando, entonces veo a la rubia.

— ¿Cómo es tu nombre? —Le pregunté mientras pintaba con un bálsamo de chocolate mis labios. Ella solo vuelve a sonrojarse, entonces sonreí para demostrarle serenidad.— Veo que eres muy tímida.

— Sí... Lo siento por eso —Se excusa, entonces volteo guardando en mi bolso mi bálsamo y de paso la peineta.

— No tienes que disculparte por eso, chica —Murmuré, entonces está vez ella sonrió.

Salimos del baño y entonces dijo:

— ¿Eres de esa aula? —Pregunta con un brillo de entusiasmo en sus ojos, entonces cuando asentí brillaron más.— ¡Que emoción! ¡Yo también soy de allí!

Entonces sonríe, me daba gusto aunque no la conociera.

— ¿Podrías... Hacerte conmigo mi primer día... Por lo menos, por favor? —Me dice sonrojada, entonces sonrió.

— Nunca dejo a las personas solas —Murmuré— Entonces puedes estar tranquila, ni hoy, ni mañana te dejaré sola. Por lo menos hasta que tengas una amiga de sobra —Asegure, entonces ella sonrió.

— Gracias Lisa —Dice. Entonces mi ceño se frunce y así mismo mis labios. Ella sonríe.

— ¿Cómo sabes mi nombre? —Pregunté, entonces ella rió algo avergonzada.

— Bueno... Hace unos pocos días te Vi en una fiesta, fue mi primera fiesta para ser exacta y por eso decidí meterme en esta universidad, porqué varios me cayeron bien... Supongo —Murmura. Entonces asentí mientras íbamos llegando al salón.

— Entonces creo que es injusto que tú sepas mi nombre y yo no el tuyo —Le dije, ella sonrió.

— Está bien, mi nombre es Roseanne Park. Pero me puedes decir Rosé o como quieras.

— Bien, Rosé —Digo— Podemos ir a clases —Le sonrió, de pronto cuando ella entra y yo estoy a punto de hacerlo me toman de la muñeca.

Mi corazón late fuertemente y mis mejillas se tiñen de un rubor intenso.

— Necesito hablar con usted, señorita Lalisa Manobal.

Your body and my bodyWhere stories live. Discover now