Lalisa.
— ¿Que esperas, profe? Tócame.
Mis palabras habían hecho un caos dentro suyo, se veía dudoso, debatiendo sobre si hacerlo o no. Y obviamente no sabía el motivo por el cuál se motivaba a negarse. ¿Será que tiene a otra puta?
Lo miré cuando me miró, y su contacto visual me enfrió la piel, su mano se posó lentamente sobre mi pecho y me empujó con delicadeza, lejos de él.
— ¿Se arrepintió, Profe? —Le pregunté analizando su rostro, él me miró y solo suspiro.
— No. Estoy tratando de ser lo más delicado posible para no romperte...
Sus palabras me animan y sonrió con perversidad, entonces me acercó y lo chocó nuevamente a la pared. Jajajaja, hubieran visto su cara.
Su pecho mojado me tiene alucinando, fue lo primero que ví cuando me abrió la puerta y entonces la inercia me hizo empujarlo contra la pared.
Él sonríe después de que lo acaricio lentamente por las abdominales y bajo hasta su miembro que se sobresalta por la toalla.
— ¿Piensa desaprovecharme, Jungkook? —Le digo como animación para que acepte que me quiere follar. Él no me responde y levantó la cabeza para verlo.— ¿Mm?
Ese "¿Mm?" Se escuchó como un gemido y me atrapó con sus manos sosteniendo mi cintura. Me levantó y enrolle mis piernas en su cintura.
— ¿Quieres conocer mi habitación, Lalisa? —Pregunta mientras me lleva a ella, sonrió y nuestros labios se chocan simultáneamente empezando a devorarnos.
Cuando llega a la cama me deja lentamente mientras nos seguimos besando, y es un beso que me pone más mal de lo que estoy. Tiene su pelvis encajada con mis muslos y mis piernas envueltas aún en él. Sus manos están a cada lado de mi cabeza para no dejarse caer encima mío. Y me toca levantar la cabeza del colchón para besarlo con rapidez.
Baja una mano y me acaricia los muslos, recuesta mi cabeza mientras me empuja con sus mismos labios. Y después baja sus besos húmedos a mi cuello, se lo expongo y me muerde el mentón.
Sus manos vagan descaradamente por mis pechos, cintura y caderas, contando los muslos que me abre y acaricia de igual forma. Me baja las tiras del vestido y me empieza a besar la clavícula e inicio de los senos.
Son interacciones que Sehun ya me había demostrado, y cuando él lo hizo juré que era la maravilla del mundo. Pero ahora se ve que no sabe nada, se ve que solo sabía lo mínimo. Me siento absorta en sus caricias y lamidas, y aún más cuando siento mis pobres pezones arder entre sus dientes. Le gimo tenue mientras me acaricia como calmante a mis exclamos.
El vestido queda atorado en mi cintura, y él se incorpora para safar su pantalón. Lo baja y me muestra su miembro que sobresalta sobre el boxer.
Muerdo mi labio nerviosa cuando lo veo, siento el dolor de solo imaginarlo, pero puedo asegurar que el placer que me va a dar hará que me olvidé del dolor.
Sí. Antes de follarme, empieza y acariciar mi punto débil con sus dedos, dejándome un lubricante natural. El orgasmo me ataca en la espalda baja y gimo su nombre lentamente.
Me sostiene de la cadera y con la otra mano me abre las piernas en un angulo más asequible. Su miembro se desliza por mi entrada lentamente, y aprieto con fuerza el brazo con que Jungkook sostiene mi cadera.
— Dime si te duele, me detendré.
— Eso dicen todos, pero sabes muy bien que quieres romperme y no tienes paciencia.
Su rostro se queda perplejo de boca abierta, entonces suspira y asiente. Sonrió y suavizo el agarre que tengo en su brazo.
— Puedo resistir...
Asintió y solo suspiré antes de sentir como me adentraba su miembro grueso y largo. ¡Dios! Se siente doloroso, sí, pero la calentura del momento sumando las caricias que me complacen hace que reste ese dolor.
Gimo con los labios apretados, y él me tranquiliza los temblores del cuerpo con su mano sobre mi muslo. Claro que sus caricias en mi muslo me gustan, porqué se ve y se siente muy tierno.
Aumenta la velocidad a medida de que pasan segundos, y solo puedo escuchar nuestras intimidades chocar. Tengo las piernas tan abiertas que mi pelvis duele, pero como ya lo dije antes, estoy restando el dolor.
Duramos cogiendo unos largos minutos más, hasta que se corrió dentro de mí y después de un segundo me hizo venir con sus dedos sobre mi clítoris. Reposamos uno al lado del otro suspirando, mis pezones todavian estaban efectos y suspiraba por falta de aire.
— Eso fue... —Las palabras de quedaron en mi boca por la respiración cortada y el profesor suelta una risita ronca.
— Con esto me queda claro que no eres ninguna santa, Lisa —Me dice, sonrió y me incorporo hacia su pecho.
— ¿Cuando he dicho que lo sea, profesor? —Le exclamó, él sonríe y asiente dándome la razón, sé que no sabe que responder.
Entonces su teléfono vibra descaradamente una y otra vez, él se levanta colocándose a la ligera sus pantalones sin bóxer y camina al comedor donde está el teléfono.
Lo tomo y contestó en lo que me acomodaba el vestido que se arrugaba en mi cintura, me coloque las tangas y me acomodé el cabello que estaba despeinado.
Salí de la habitación cuando él estaba desesperado por el teléfono, cómo si estuviera recibiendo noticias muy malas.
— ¡¿Y qué carajos pasó, idiota?! —Exclamó con exaltación mezclada con una clara angustia. Lisa se acercó muy curiosa y a la vez preocupada por su exclamación. Puede oir cómo responde la persona con la que habla pero no exactamente que le dice.— Voy para allá, deberías estar pendiente.
Corta la llamada y deja el celular sobre el mesón mientras voltea hacia a mí.
— No te dejaré volver a casa sola, Lalisa —Me dice, y frunzo el ceño. ¿En qué momento dije que me iría?, okey, sé que no está bien por su cara.— Te llevaría pero tengo una urgencia. Quédate aquí.
— No, por favor. —Suplico tomando su brazo. Él me mira sin entender.
— Por favor, Lisa. Ten empatía conmigo, no puedo quedarme contigo, tengo una urgencia. —Me dice sinceramente, lo veo en sus ojos.
— No estoy diciendo que te quedes conmigo, te pido por favor que me lleves contigo —Le explicó sonando más seria, él asiente.
— Está bien, pero que sea rápido.
Asiento tan rápido como él corre a la habitación y se cambia. Veo como se quita nuevamente los pantalones y su miembro aún erecto se ve. Bien, si no hubiera una urgencia lo cogería de nuevo.
Suspiro mientras me acomodó el vestido de una forma más decente y me colocó las zapatillas. Entonces él me toma de la mano y salimos del apartamento. Me lleva hasta el garaje que hay en el primer piso y saca un coche que no sé de dónde salió porqué nunca lo lleva al trabajo.
— ¿Y eses coch...
Ni siquiera me deja preguntar y de una me mete al asiento copiloto. Cierra la puerta y entra al suyo. Wow esa velocidad con la que conduce me hace saber que fue grave.
¿Quién será la persona en el hospital que le importa tanto? ¿Una chica?, bien no debería de pensar en esto estos momentos.
Lo miró y justo me doy cuenta que ya hemos llegado. Baja del auto desesperado y le copió la maña de salir a la ligera.
Corremos adentro del hospital y se encuentra con Yoongi que nos está esperando en la puerta. Su cara dice lo preocupado que se encuentra.
— ¡Jungkook! —Exclama al verlo, Jungkook llega justo a su frente cuando lo ve.
— ¿Qué pasó? —Le pregunta sin dejar de mostrarse preocupado.
— Es Roseanne.
Oh, ¿En serio?. ¿Preocupado por una chica?, de seguro es una de las que se folla.
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Your body and my body
Romanzi rosa / ChickLitInspirada en Es un Secreto de Plan B. Leer prologo, permitido hacer adaptaciones, siempre y cuando me informes y me des créditos. 😊 Historia corta.