Capitulo 12

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Lalisa.

Me negué veinte mil veces en acompañarla, lo juro. Pero ella me obligó, y también me obligó a ponerme un vestido corto de color amarillo y de seda. Ósea ceñido.

— Te dije que no quería venir por acá, resuelve —Mascullo en su oído cuando veo el rostro molesto del profesor Jungkook en la puerta.

— ¡Hola, profe Jungkook! —Exclama sonriendo, entonces sonrió forzadamente. Él está serio. Muy serio.

— Hola alumna Jennie.

— Sigue, princesa —Dice un castaño a la espalda de Jungkook y este lo mira con toda la mala del mundo.— Mi casa es tu casa.

Intento no reírme de la cara que coloca Jungkook, Dios, está muy molesto. Jennie entra pero yo me quedó en la puerta mirando como el profesor me fulmina.

— ¿No vas a entrar, Lalisa? —Pregunta, su voz es del verdadero enojo. Niego y Jennie se hace al lado de Jungkook.

— ¿Y entonces saldrás con Bang Chan, Lilie? —Me dice ella, asiento y ella se sale para tomar mi mano y entrarme.— Lalisa, no me dejes sola te lo suplico. —Murmura, pero es audible para Jungkook que está muy molesto aún. Y me es incómodo.— ¡Vamos, Lilie! ¡No seas mala, por favor! —Batuquea mi hombro.

— Cómo quieras, cómo quieras —Repito estresada— Pero me debes una grande —Digo, ella asiente.— Espérame, le cancelaré a Bang.

Ella entra y Jungkook se adentra más sin irse, llamó a Bang Chan y a la primera no me contesta.

— Hola.

Hola, Lili —Saluda. Le comentó todo lo que pasó excusando que debía terminar unos ejercicios de la universidad.— No pasa nada, nena —Dice.

— Lo lamento en serio, cariño —Le digo, y aunque no somos nada me gusta decirle así. Él me dice lo mismo y guardo mi teléfono en la cartera.

Sé que él profesor Jungkook me tiene en la mira, y sonrió con orgullo mientras me doy la vuelta. Él aclara su garganta y yo lentamente entro.

— Hola, profesor Jeon —Saludo mientras mi hombro roza su pecho. Dios, que caliente me estoy poniendo.

— Hola, Lalisa.

Entró y recorro el apartamento con mi mirada, él cierra la puerta y nos afrece whisky. Jennie acepta y yo me niego, me siento a la fuerza por Jennie en el sofá, aunque ella se mueve hacia Taehyung y parezco mal tercio.

— Lilie, ¿Me haces un favor? —Susurra Jennie en mi oído. Alcanzó a notar la mano del mayor en el muslo de Jennie. Asiento y ella sonríe.— Llévate al profesor Jungkook, pregúntale algo y  aprovecha para que te de un tour por el apartamento. —Dice. Niego de solo pensarlo y ella ni siquiera lo piensa.— ¡Profe Jungkook!, Lilie lo necesita.

Jungkook enarca una ceja mientras me mira, Dios, ¿Que se supone que haga?. Trago y me levantó de la silla mientras me acercó al mural de la cocina donde se posiciona Jungkook.

— Hola profesor-

— Vamos al grano, no quiero perder la vista de estos dos —Me dice mientras se toma su copa de whisky. Me sonrojo.

— Necesito que me aclare una duda —Murmuró demasiado nerviosa, él vuelve a enarcar la ceja.

— Dígame.

Miro a Jennie que está conversando con Taehyung cómodamente. Y bueno, en realidad la espalda de Jennie tapa la cara de Taehyung, ¿Acaso está agachado? ¡Malditos! ¡Jennie lleva falda!

Jungkook me saca de los pensamientos cuando aclara otra vez su garganta.

— Yo... Me enseña donde queda el baño, por favor —Le digo, resopla livianamente intentando controlarse y asiente. Nos dirigimos por el pasillo cerrado y me señala el baño, entonces me atreví a: — ¡Dios!

Lo jale hacia mí mientras fingía tropezar y él cayó encima mío, entonces nos quedamos viendo. Del impacto su mano derecha quedó postrada en mi cintura y la otra en mi muslo.

Cuando intento irse lo detuve, entonces frunció el ceño.— ¿Por qué hace esto, alumna Manobal?

Suspiré mirando a su costado y después lo volví a mirar. Vamos, Lisa. Tu puedes.

— Por Jennie. Me ha pedido el favor —Le dije, entonces él se pone furioso y antes de que intente levantarse lo detengo nuevamente.— Se lo suplico, quédese conmigo y no los moleste.

— No seas entrometida, es mi casa y mi sofá —Responde molesto, tan molesto que me hizo sentir mal y avergonzada. Solté su camisón y él se levantó, entonces me levanté con él.

Cuando él estaba por irse del baño, lo estuve con una pregunta que me tenía intrigada todas las noches y horas del día.

— ¿Por qué unas veces me tratas bien y me ayudas, y otras veces estás molesto conmigo sin siquiera haberte hecho algo?

Se detiene sin darse vuelta a verme, aunque no necesito que me vea. Escuchó como bufa y me adelantó un solo paso con temor. No sé cómo pueda reaccionar.
De todas formas, sigue siendo mi maestro de universidad.

— Lo mismo te pregunto, Lalisa —Responde viéndome por encima de su hombro. Suspiro y ruedo los ojos.

— Cuando usted me responde, yo le respondo, ¿De acuerdo? —Le digo, él se da la vuelta y me fulmina.

— Usted es una alumna dicha de ser "Conservada" "Noble" y... "Santa", aunque no lo eres  —Me insulta, lo siento como un jodido insulto y me ofendo tanto, pero de tristeza.— En realidad, eres perversa, atrevida y odiosa, malditamente ingenua y muy curiosa —Masculla, sus ojos me fulminan. Me siento acorralada y apreté los labios con temor de responder.

— ¿Soy... —Comencé leve— Atrevida, perversa, odiosa, curiosa e ingenua? —Termine furiosa mirándolo a los ojos de la misma forma que él a mí.— ¿Cree que soy eso, profesor Jeon Jungkook? ¿Cree eso cuando en mi miserable vida e intentado ser todo menos eso? —Masculle.

— Parece que no se ha esforzardo en los intentos.

Mis puños se apretaron. ¿Quién era está bestia?.— Usted no tiene el derecho de decirme esto, profesor —Mascullo— Primero, porqué a usted poco le debe interesar y segundo porqué usted no sabe nada de mi vida para decirlo —Continuo— Además por si quiere saberlo, de puertas para la universidad soy una cosa y de puertas para afuera otra. No crea lo que ve, no crea lo que la gente finge ser, usted nunca me va a conocer. —La última frase después de la coma la mascullo. Él está serio.

— Al contrario Lalisa. La conozco y espero conocerla más —Me dice, eso me hace fruncir el ceño de la rabia.— La observó, así como usted a mí.

— ¡Pero, qué dice! —Exclamé molesta— Todo el maldito tiempo que llevo en la universidad he intentado ni siquiera verlo, aunque me diera cuenta que usted a mí sí.

Mentirosa, Lalisa.

— No me mientas, no soy un imbécil, no me trates de ver la cara —Se molesta más, y se acerca furioso. Entonces me hago de puntillas también furiosa y él me dice: — Al principio no me mirabas, lo acepto. Pero después de que te diste cuenta que también me miraba me empezaste a mirar todo el maldito tiempo, tal vez por eso me visitaste hace unas semanas.

— ¿Y si es así qué pasa? —Enfrente molesta, ya me había arriesgado y lanzado al vacío.— Responda profesor —Masculle— ¿Qué pasa si vine a verlo porqué al igual que usted a mí, lo deseo?

No me responde. Entonces se ríe. Jodida risa tan sexy.

— ¿Qué le hace pensar a usted que yo la deseo? —Pregunta intimidante, pero para nada me intimida.

— Tampoco intenté verme la cara de estúpida, profesor Jungkook —Le replique furiosa.— No soy imbécil, sé lo que veo y lo que escuchó —Le digo.

— ¿Qué ha escuchado?

— Nada que ahora importe —Contesto seca, y antes de que reproche continuo.— Lo que importa es que tanto usted, como yo, nos estamos deseando. No sé si es atracción, tal vez no, pero lo quiero, lo deseo. —Confieso, él está perplejo, Pero no lo niega.— ¿Me va a complacer?

Your body and my bodyWhere stories live. Discover now