Estrella, que en silencio guía,
En las sombras tu luz desafía.
Un deseo oculto en la negra,
Donde el miedo es la única armadura.Ronroneas en la penumbra distante,
Y abrazas al alma vacilante.
Pues mientras ella me acompaña,
La oscuridad nunca me dañe.Narrador:
Six corría, como siempre lo hacía. El eco de sus pasos resonaba por los pasillos vacíos del Nido. Mono la seguía de cerca, sin atreverse a mirar hacia atrás. Ambos sabían que en ese lugar mirar atrás solo traía desgracias. La oscuridad parecía moverse a su alrededor, viva y hambrienta, esperando el momento perfecto para devorarlos
El Nido no era un lugar, era una trampa. Un monstruo que se alimentaba de ellos, poco a poco, sin que se dieran cuenta. Six, con su icónica gabardina amarilla, no podía recordar cómo había llegado ahí. Pero no importaba. Todo lo que importaba era seguir adelante, mantenerse en movimiento. Si te detenías, te encontraban. Y si te encontraban, eras suyo.
Mono lo sabía bien. Su rostro estaba oculto tras una máscara hecha de una vieja caja, pero sus ojos reflejaban el miedo constante. No había refugio para ellos en este lugar. Solo pasillos interminables, habitaciones vacías y criaturas que acechaban desde las sombras, esperando el momento justo para atacar.
El Ojo los observaba desde lo alto. Su luz barriendo el área, buscando. Six se agachó, tirando de Mono hacia un rincón oscuro. Ambos contuvieron la respiración mientras la luz pasaba de largo. La tensión era palpable, pero ya estaban acostumbrados. Había sido así desde que se encontraron, desde que Mono le salvó la vida aquella vez en la Ciudad Pálida.
—Crees que llegaremos a la salida? —preguntó Mono susurrando, su voz estaba cargada de mucha duda.
Six no respondió. No porque no lo supiera, sino porque no quería mentirle. No había salida. No para ellos.
Continuaron avanzando en silencio. El aire estaba cargado de una humedad sofocante, y el olor a podredumbre lo envolvía todo. La Cocinera estaba cerca, lo sabían. Su respiración pesada y el sonido de los cuchillos golpeando la madera se escuchaban a distancia. Mono temblaba cada vez que lo oía. Mientras que Six apretaba los dientes. No podía permitirse el lujo de tener miedo.
—Por aquí —dijo ella, señalando un conducto de ventilación.
Se arrastraron por el estrecho espacio, sus cuerpos pequeños deslizándose con dificultad entre los metales oxidados. En el otro extremo, un gran salón lleno de mesas los esperaba. Y allí, en el centro, un gran espejo. Six se detuvo, observándolo con cautela. Algo en él no estaba bien. Mono también lo sintió. Ese espejo no reflejaba la realidad. De hecho, apenas los reflejaba a ellos.
—No me gusta esto —susurró Mono, alejándose.
Six, por su parte, no podía dejar de mirarlo. Su propio reflejo parecía... diferente. Más oscuro, con una sonrisa retorcida que ella no reconocía. Dio un paso atrás, pero fue demasiado tarde.
—¡Six, muévete! —Mono intentó tirar de ella, pero la niña estaba atrapada.
Las sombras alrededor del Hombre del Sombrero se extendieron, envolviéndola lentamente. Mono no podía hacer nada, solo mirar mientras su amiga era absorbida por el espejo, su cuerpo desvaneciéndose en la sombra. Y en su lugar, el reflejo de Six, esa figura sombría, caminó hacia él.
—No eres tú... —susurró Mono, dando un paso atrás.
Era el reflejo de Six, pero sus ojos estaban vacíos. Lo que fuera que estaba frente a él, no era su amiga. Mono dio un último paso atrás, pero tropezó, cayendo al suelo. El Hombre del Sombrero avanzaba lentamente, su sombra cubriendo todo a su paso. Mono cerró los ojos, esperando el final.
Pero cuando abrió los ojos, estaba solo. El espejo, el Hombre y la versión oscura de Six habían desaparecido. Solo quedaba el silencio y el eco lejano de sus propios latidos.
Epílogo:
Six seguía corriendo, pero ya no era ella misma. En el vacío detrás del espejo, su verdadero yo gritaba, golpeando el cristal, mientras una versión corrupta de ella caminaba libremente por el Nido. Y Mono, el único que lo sabía, no podía hacer nada más que seguir adelante, con el peso del mundo en sus hombros y la ausencia de su única amiga en el alma.
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Luz en la Oscuridad...
RandomEsta es mi primera historia así que a nada xd Me baso en la Teoría del juego e inspirándome de @Otatayelcrack