Cuando era pequeño conoci a una mocosa engreída de cabellos platinados:
Maegor:
Habia escuchado que después de lo sucedido con el ojo de Lucerys, mi tío Daemon habia partido a Roca Dragón, con la intención de reinar junto a la madre de bastardos. Aquello me habia puesto triste, después de todo esa loca trato de acabar con mi vida. Supuse que lo que sentia atorado en el pecho es a lo que los mayores llamaban traición.
Dado eso y que mi corazón estaba lastimado, no esperé ver la presencia del tío Daemon en mucho tiempo, sin embargo cuando regresaba de mi visita diaria del Septo supremo, me sorprendió verlo pasar.
Al principio debido a que mi madre sujeto mi nuca con una de sus manos para que mantuviese la vista en las velas, no logre divisarlo bien, pero cuando entre tirones de su vestido y movimientos de mis piernas logre informarle que me "urgía ir al baño" me permitió marchar.
-Por favor Príncipe Maegor-. Hablo Ser Criston, a quien mi madre envío para hacerme compañía, apoyado contra una de las paredes de una casa- Sea rápido.
Negue, haciendo entre gestos con mis manos que deseara que se diera la vuelta. Ser Criston dio un suspiró frustrado e hizo lo que pedí.
Fue entonces que, deseando seguir a la figura que creia que era mi preciado tío, di silenciosos pasos lejos de la Ser Criston, y cuando logré crear suficiente distancia entre ambos, empecé a correr. Soltando una pequeña risa ante la travesura realizada.
Mis pies se apresuraron a encontrar a Daemon, atravesando calles llenas de personas, notando como un par de hombres se pegaban demasiado a mujeres con prendas extrañas que emitían sonidos aún mas extraños.
Vi su cabello platinado mientras ingresaba a una inusual casa, pegada a un mas extraño lugar, la puerta se cerro. Bufé, centrando mi vista en el suelo algo decepcionado.
Me hubiese gustado hablar con él aunque fuese un rato.
Hice un pequeño puchero, a medida que me preparaba para volver con Ser Criston, sin embargo, mis ojos se centraron en un gato gris que saltaba de caja en caja. Al menos podria distraerme.
Coloqué mi mano sobre mi daga a medida que seguía el elegante caminar del animal, pensando en lo que podria hacer una vez estuviese en mis manos. Tal vez podria probar el filo de nuevo.
Subi las mismas cajas que el animal, alargando la mano para cerrarla entorno a su anatomía, pero en ese instante desapareció en el interior de la casa a través de una ventana.
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𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐢𝐧𝐬 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐟𝐚𝐭𝐡𝐞𝐫 | ʟᴜᴄᴇʀʏꜱ ᴠᴇʟᴀʀʏɪᴏɴ
FanfictionMaegor II detestaba la mera idea de bastardos existiendo en el linaje puro de los Targeryen, la idea de un hijo nacido fuera del matrimonio lo horrorizaba tanto como a su madre. Sin embargo después de tantos años, cuando sus ojos se posaron en Luce...