Capítulo 9

87 13 0
                                    

—¿Eva? — parpadeo dos veces al escuchar mi nombre. —Eva. — dejo de mirar a la nada y con el zumbido alejándose de mis oídos, miro a Laura. —Oh, estas de vuelta. — la miro confundida ante su sonrisa. —Te hemos estado llamando por casi un minuto.

—Te fuiste de nuevo a marte. — comenta Liz.

Volví a estancarme en mis pensamientos sin darme cuenta. Te fuiste a marte, es una frase que las chicas eligieron para hacerme saber que me desconecte por unos instantes de la realidad, cosa que ha estado sucediendo muy seguido estos tres últimos días.

—Hum.

Tomo un sorbo de mi café sin decir una palabra. Ellas captan que no saldrá nada mas de mi boca y continúan hablando sobre chismes de la empresa.

—Se corrió el rumor de que ayer vieron al dios griego de Brandon Manson salir en su auto en compañía de Iliana.

Pienso unos segundos, intentando ubicar a alguien con el nombre Iliana que trabaje en la empresa.

—¿Iliana Wells? — pregunta Liz, con un tono de sorpresa. Laura asiente con una mueca de desagrado y Liz gruñe. —¡Ah! Maldita suertuda. — golpea la mesa provocando que un par de cabezas volteen a vernos. —Dios tiene a sus favoritos y no soy una de ellas.

Llevo mi taza de café de nuevo a mis labios y sorbo un trago mientras veo a Laura burlarse de la frustración de su amiga y compañera de equipo.

Ambas fueron dos de las personas que conocí en mi primera cita con Dante, la noche en que me llevo a una reunión organizada por sus compañeros de trabajo. Esa noche no hable mucho, pero desde entonces siempre que desayuno en la cafetería de la empresa y ellas me ven, se sientan conmigo. No se la razón, pero realmente no me importa mucho.

—Eva, ¿Eres cercana a ese dios griego?

—Bueno, regularmente lo veo todos los días y compartimos una conversación superficial. No considero que sea cercana a él.

—Diablos. — suspira. —Pensé que podría sacarte información.

—¿Información? — inclino mi cabeza hacia un lado. —¿Qué tipo de información?

—Cosas que podrían hacer llamar la atención de ese dios griego. Ya sabes. — frunzo el ceño, señalando que no tengo idea. —Cosas como su tipo de mujer, su comida favorita, su animal favorito, su color favorito. — sacude su mano. —Algo que me ayude a llamar un poco su atención y yo ya me encargaré de lo demás.

Oh, ya entiendo. Liz quiere acostarse con el señor Manson.

—¿Quieres ser una más de su lista?

Ambas me miran en silencio durante lo que parece una eternidad. ¿He dicho algo malo? Creo que sí, ya que se miran entre ellas y no vuelven a mirarme.

Lo arruine.

Yo sien... — mis disculpas son interrumpidas por sus risitas.

—Vaya Eva, eres dura. — dice Laura.

—Sin pelos en la lengua. — agrega Liz.

—Hum.

No entiendo muy bien, pero decidió no añadir nada por miedo a arruinarlo de verdad.

—Se en lo que me estoy metiendo. Hombres como Brandon Manson y es justo lo que busco, diversión sin ataduras. — encoje los hombros, llevando su taza de café a sus labios.

—Diversión sin ataduras. — susurro, pensando en sus palabras.

Es lo mismo que el señor Harrington. A diferencia de su amigo el señor Manson, mi jefe es más privado en cuanto a sus encuentros con mujeres. No es como si yo supiera con quien pasa la noche, pero durante mi estancia como su asistente estos cuatro años, he llegado a tratar con mujeres tercas en querer verlo a toda costa.

La amante del CEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora