⊹⊣ ¡Sᴇᴀᴍᴏs ᴀᴍɪɢᴏs! ⊢⊹ [Duxino]

▫𝑁𝑎𝑑𝑎▫

Mayo.

¡Cumpleaños de Diego!

El castaño se encontraba durmiendo cómodamente, soñando con capibaras... Hasta que unas voces cantando lo despertaron.

—Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David...

Diego abrió los ojos con lentitud, aún escuchando los cantos mientras bostezaba y se sentaba en la cama.

Una sonrisa apareció en su rostro cuando se despertó por completo y vio a quién tenía en frente.

—¡Feliz Cumpleaños, Diego! —Exclamaron al mismo tiempo Lucía y el padre del castaño, caminando para acercarse a él.

Sintió los brazos de la mucama rodearlo suavemente y le devolvió el abrazo con la misma ternura, sonriendo por la calidez familiar que le transmitía la señora con la que había vivido toda su vida.

—Felices 14, hijo. —Susurró Lucía con cariño, depositando un suave y casi imperceptible beso en su cabeza antes de separarse de él.

Diego sintió unas repentinas ganas de llorar.

Y fue peor en cuánto sintió ahora los brazos de su padre alrededor de él, el hombre acariciando con delicadez el cabello de su hijo mientras susurraba:

—Feliz cumpleaños, mi Dieguito... Te quiero un montón, campeón.

Aferró sus manos a la camisa de su padre, incapaz de decir algo...

Y entonces empezó a llorar.

—¡Hey, Juan! Feliz cum, bro.

Diego sonrió con timidez (lo cual se vio perfectamente dado que ese día había decidido no usar su máscara), decidiendo ignorar la forma en que Natalan lo llamó y el hecho de que dijo "cum" en vez de "cumpleaños" mientras tomaba en sus manos el regalo que el heterocromático le tendía: Una libreta de dinosaurios.

El castaño intentó no reír mientras caminaba a su asiento aún con la libreta en manos, guardándola cuidadosamente en su mochila antes de sentarse.

Por costumbre, de manera inconsciente, o simplemente porque quería, su mirada se dirigió directamente al asiento del azabache.