▫𝐸𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎▫

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Agosto

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Agosto.

Diego se encontraba recostado en su cama, cubierto completamente de pies a cabeza con tres mantas.

Su cuerpo temblaba ligeramente. Su cabeza le dolía y sentía mucho frío.

Tenía gripe, y una bastante fuerte.

Lucía se había encargado con anticipación de informar a los auxiliares del colegio que el castaño no asistiría ese día debido a su estado, por lo que Diego realmente no tenía mucho más que hacer que quedarse en cama todo el día.

Ahora mismo se encontraba revolcándose de un lado a otro en la cama, enredándose entre las sábanas y todas las mantas que tenía encima en el proceso.

Tan sólo el día anterior, se la había pasado riendo sin parar con su mejor amigo mientras lo llevaba a su casa en el auto como cada día, y todavía recordaba el zape que le había dado el azabache cuando le bromeó con que se iba a morir pronto...

No esperaba que amanecería realmente enfermo al día siguiente.

¿Será el karma?

Mientras se levantaba cuidadosamente de la cama y se colocaba sus pantuflas, la imagen del oji lila apareció nuevamente en su cabeza, y no pudo evitar sonrojarse y bufar con cierta frustración por no poder estar ahora con el azabache, y también por no poder asistir a clases justo el día que tocaba su materia favorita, CCSS.

Bajó lentamente las escaleras, bostezando mientras entraba a la cocina y veía a Lucía completamente ocupada y concentrada en unas ollas.

Carraspeó con suavidad para llamar la atención de la mucama, sonriendo amablemente en cuánto logró que ésta lo mirase.

—¿Oh? Buenos días, señorito Diego. Veo que ya despertó, pero no creo que sea seguro que se levante aún el en estado en que se encuentra.

Diego negó tranquilamente con la cabeza, tomando asiento en una de las sillas del lugar mientras volvía a bostezar, sintiendo que el dolor en su cabeza seguía levemente presente.

—Ya estoy mejor, Lu. Me duele un poco la cabeza todavía, pero los demás está en orden.

La mucama entrecerró los ojos para mirar al adolescente como si tratara de descubrir si era mentira o no lo que acababa de decir.

—Déjeme traer el termómetro. —Dijo entonces ella amablemente, corriendo fuera de la cocina y volviendo pocos segundos después con la misma prisa y ya el termómetro en sus manos.

Mientras se encargaba de las ollas sobre la estufa y vigilaba de reojo al castaño con el termómetro en la boca, Lucía volvió a hablar con su tranquilidad habitual.

—Joven Diego... Si no le molesta, ¿Podría preguntarle algo respecto al joven Duxo?

Con tan sólo escuchar el nombre de su amigo, Diego volteó su cabeza para mirar a la señora y asentir con rapidez.

⊹⊣ ¡Sᴇᴀᴍᴏs ᴀᴍɪɢᴏs! ⊢⊹ [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora