Extra 1

393 44 1
                                    

San.

-Wooyoung, deja de mirarme el pecho.

-Es que no puedo evitarlo, ¿sí sabías que vendríamos a la casa de mi padre porque te pusiste una camiseta tan ajustada?

¿Ahora la culpa era mía?

Entrecerré mis ojos hacia él y lo golpeé repetidas veces con la caja de chocolate que traía como obsequio. Wooyoung giró el volante intentando esquivar mis ataques.

- ¡Ey, estoy conduciendo!

-Pues no me fastidies, ya estoy lo suficientemente nervioso.

Giré el espejo retrovisor para volver a procurar que me peinado luciera bien. Traía puesta una camiseta negra que me cubría hasta el cuello y un saco del mismo color. Dios, ¿por qué me sudaban tanto las manos? No era normal.

-Luces perfecto, San. Creo que ni para nuestra primera cita te arreglaste tanto -Wooyoung bromeó sonriente y, cuando estaba a punto de revolverme el cabello, lo abofeteé.

-Tardé cuatro horas en tratar de lucir decente, no lo arruinarás con tu calentura.

-Sólo quería acariciarte -tiñó su voz de inocencia pura. Aún apreciaba la capacidad de actuación que conservaba mi novio.

-Claro, eso dijiste la última vez y terminamos haciéndolo en el vestidor de un centro comercial -Me crucé de brazos.

-No lo niegues, te encantó. Tuve que callarte con mis besos para que no te escucharan gemir.

- ¡Wooyoung! ¿Podrías evitar ese tipo de comentarios? No quiero ni pensar lo que pensaría tu padre si te escuchara -dije al borde del colapso.

- ¿Cuál es tu obsesión con mi padre?

-Ninguna, sólo quiero caerle bien. Eso es todo.

Llevábamos un año de relación con Wooyoung y esta era la primera vez que mi suegro me había invitado a su casa. Ya había ido varias veces a cenar con la señora Jung cuando los padres de Wooyoung aún estaban juntos, pero nunca me lo había cruzado.

Y sí admitía que me intimidaba, no sólo era el padre de mi novio, también una de las figuras deportivas más reconocidas de Corea. Si a esto le sumábamos que me odiaba con toda su alma por haber sucumbido a su hijo al pecado, pues el terror incrementaba de tal manera que prefería tomar una taza de té con Pennywise y jugar a las cartas con Jason.

- ¿Por qué piensas que no le caes bien? -La voz de Wooyoung me sacó de mis pensamientos.

-Tal vez por el hecho de que cada vez que te pregunta por mí, me llama "tu compañero" -Hice comillas con mis dedos.

-Ey, ese es un gran avance, antes tenía peores maneras de referirse a ti.

-Es un alivio -Puse mis ojos en blanco.

-Hablo en serio, amor -Wooyoung sostuvo mi mano y besó el dorso de la misma-. No hace falta que te esfuerces tanto por alguien que no lo valorará y lo sé porque he vivido eso por más de veinte años.

Hice un pequeño puchero.

-Lo sé, pero sólo quiero que te sientas feliz al ver que los hombres más importantes de tu vida tienen una bonita relación.

Todo esto era por él, por mi Wooyoung y aquella hermosa sonrisa que me daba felicidad cuando la veía al despertar. Quería que sintiera lo mismo e incluso más de lo que él me hacía sentir.

Porque lo amaba, aunque lo dijera en escasas ocasiones y no era bueno con los discursos, lo amaba. Aunque mis acciones demostraban más que mis palabras, lo amaba. Aunque me sacara de quicio y discutiera conmigo cada noche por cual película elegir, lo amaba. Y lo amaba tanto que a veces ni yo era consiente de lo que haría por él.

BoobsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora