Prólogo

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Wooyoung tenía una obsesión.

Una pequeña, minúscula, casi diminuta obsesión, nada de que alarmarse.

En serio, no es como si se pasara horas buscando imágenes de su obsesión en internet o que cada vez que miraba a un hombre sus ojos fueran a parar ahí.

Bueno, tal vez sí porque los pechos de los chicos vaya que le gustaban, no, gustar era poco. Le encantaban, le resultaban fascinantes, si fuera un artista no dudaría en plasmar en sus obras pectorales masculinos.

Algunos lo considerarían raro, pero eso a Wooyoung no le interesaba porque estaba más interesado en su nuevo interés sexual: Choi San.

El deportista musculoso que Wooyoung no dudará en seducir hasta tenerlo en su cama.

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