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Era miércoles... Faltaban dos días para que el ansiado viernes llegara, y Yeonjun se sentía cada vez más ansioso. No podía dejar de pensar en lo que ese día significaba para él. Sus pensamientos giraban constantemente en torno a Soobin, su atención se desviaba de lo mundano¹ hacia esa chispa que había encendido en su interior. Cada instante compartido con él resonaba en su mente como un eco agradable, trayendo consigo una sensación de calidez que lo acompañaba a donde fuera.

La noche anterior, había pasado relatando con una felicidad palpable a su amigo cada uno de los momentos vividos junto a Soobin durante el día. Cada detalle, desde lo más general hasta lo más minucioso, lo mencionaba con tal entusiasmo que sus palabras fluían como si fueran parte de un capítulo sacado de un drama romántico en la universidad. El pelirosa estaba tan encantado por la calidez del recuerdo que incluso su rutina habitual le parecía un poco menos tediosa, pero al mismo tiempo, estaba más distraído de lo normal.

Ese día, fue recogido por Kamal en su motocicleta para dirigirse a la universidad. Al llegar, Kai le devolvió la mochila que había olvidado el día anterior, y Yeonjun se la colgó al hombro con una sonrisa de gratitud. Asistió a sus clases como siempre, pero su mente vagaba entre recuerdos y fantasías, repasando una y otra vez los escenarios vividos con Soobin. A veces, incluso se permitía imaginar cómo podrían haber sido las cosas si los pequeños detalles hubieran sucedido de otra manera, fantaseando con situaciones que nunca ocurrieron, pero que su corazón anhelaba con una dulzura inocente. Estaba enamorado, lo sabía, y aunque eso no era típico en él, no podía evitar sumergirse en ese emocionante sentimiento.

Sin embargo, a pesar de estar con la cabeza en las nubes, había algo que no podía ignorar: su proyecto de diseño individual. La entrega estaba cerca, y sabía que tenía que perfeccionar los detalles de su vestuario si quería impresionar a sus catedráticos. Las modelos regresarían al día siguiente, por lo que el resto de su día libre lo dedicó a trabajar en los detalles de su diseño. El maniquí reflejaba correctamente la silueta de la modelo Miyeon, así que al menos eso no era un problema. Yeonjun optó por un vestido de color rojo vino ceñido al cuerpo. El encaje negro que había escogido para el área del pecho le daba un aire de elegancia y sensualidad, mientras que el color rojo vino resaltaba la figura de una manera que lo hacía destacar entre los demás diseños.

A medida que avanzaba en la confección, Yeonjun fruncía el ceño al encontrar ciertas dificultades con el material del encaje. Se trataba de un diseño para una gala formal, por lo que debía mantener un equilibrio entre la elegancia y su toque personal de creatividad. El vestido, aunque sencillo, era una obra que mostraba su talento natural para la sastrería. Sabía que, siendo apenas su primer año en la carrera, lograr tal calidad era algo de lo que estar orgulloso, y los catedráticos no habían tardado en reconocerlo. Mientras cortaba cuidadosamente los últimos hilos del escote, el reloj marcó las diez y media de la noche, y fue entonces cuando su celular emitió un sonido que al principio ignoró.

Minutos después, ya con el proyecto finalizado, se estiró para liberar la tensión acumulada en sus hombros, sintiendo cada músculo punzante debido a las largas horas de concentración. Decidió hacer una pausa y preparar un té para relajarse antes de irse a dormir. Mientras esperaba que el agua hirviera, recordó el mensaje que había recibido, y con curiosidad, lo revisó.

"Mira lo que conseguí", decía Hueningkai en el mensaje, junto con un enlace de Instagram. Yeonjun no pudo evitar hacer clic al instante, impulsado por la curiosidad. Cuando la página cargó, se encontró cara a cara con el perfil de Instagram de Choi Soobin. Al ver el apodo "page.soobin" y el icono de perfil con la imagen de un adorable samoyedo², una sonrisa se formó en sus labios. Pero lo que más llamó su atención fue que el perfil era público, lo que le permitía husmear sin problemas en las publicaciones del mayor.

Entre La Razón Y La Pasión  |  SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora