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Ese día, Yeonjun se había esmerado más de lo habitual en su apariencia. No era un evento particularmente especial, pero aun así se había preparado con el mismo cuidado con el que solía arreglarse para una fiesta. Esta vez, sin embargo, había optado por algo más discreto, aunque sin perder su esencia juguetona. No buscaba verse exageradamente sexy, sino más bien atractivo, con un aire de elegancia casual. Aun así, como era de esperar en él, esa chispa provocadora nunca faltaba.

No era novedad ver a Choi Yeonjun con algún tipo de crop top¹, pues había hecho de esta prenda su sello personal. Desde modelos decentes como el blanco que llevaba ese día, uno que apenas dejaba entrever su ombligo si no levantaba los brazos, hasta otros mucho más atrevidos, como una simple tira negra alrededor de su pecho, dejando al descubierto gran parte de su torso. A pesar de que su estilo no sorprendía a quienes lo conocían, no se podía negar que siempre resultaba encantador. Ver un pedazo de piel de Yeonjun era, para muchos, casi como ser bendecido por una visión celestial, y el mero hecho de poder mirarlo podría considerarse una gloria.

Aquella tarde, llevaba un crop top blanco con finas franjas rojas en los bordes, lo suficiente para mostrar apenas una pequeña porción de su abdomen, la cual brillaba bajo la luz natural con ese toque saludable. Lo combinaba con unos jeans de tiro bajo, sueltos, de un tono azul desgastado que le daban un aire relajado y casual. Sus Converse rojos completaban el conjunto, añadiendo un toque desenfadado, mientras que una chaqueta de mezclilla, casi del mismo tono que los jeans, colgaba de sus hombros. Si bien la llevaba abierta para dejar a la vista el croptop, le servía como una especie de escudo: si en algún momento se sentía demasiado expuesto, sabía que podía abotonar los últimos botones y cubrirse. Era su forma de mantener una sensación de control sobre las miradas que, inevitablemente, recaían sobre él.

Caminar por su propio edificio no le representaba ningún desafío; estaba acostumbrado a las miradas, a los susurros, y hasta a las miradas furtivas que muchos lanzaban a su paso. Sin embargo, el desafío real comenzó cuando decidió, con una dosis de valentía, dirigirse al edificio de al lado. A pesar de que las miradas en ese lugar también lo perseguían, éstas eran distintas: no conocía a la mayoría de las personas que lo observaban. Las miradas desconocidas se sentían como pequeñas agujas pinchando su confianza. Sabía que lo miraban por su atrevido y bien cuidado aspecto, pero eso no evitaba que un ligero nerviosismo comenzara a instalarse en su pecho mientras avanzaba hacia el lugar que Seokjin le había indicado.

—Uhm... disculpen —dijo al alzar la voz con suavidad una vez que llegó al salón donde se suponía que encontraría a Soobin. Sus ojos rápidamente recorrieron el espacio, pero no logró dar con él. Debido a la hora de almuerzo, decidió preguntar al pequeño grupo de chicas que se reía entre ellas—. ¿Conocen a Choi Soobin? Quisiera saber dónde se encuentra...

—¡Oh, Dios, qué lindo! —exclamó una de las chicas, sus ojos brillando de sorpresa y admiración.

—Debe estar en la cafetería —respondió otra con una sonrisa cálida.

Yeonjun agradeció amablemente, devolviéndoles una reverencia ligera antes de girarse para salir del salón. A medida que caminaba por el pasillo, notaba las miradas que continuaban persiguiéndolo, y eso le hacía sentirse más cohibido de lo que le gustaba admitir. Finalmente, decidió abotonar los últimos tres botones de su chaqueta para cubrir el crop top, sintiéndose más seguro al mantener su piel fuera del alcance de las miradas curiosas.

Se dirigió a la cafetería, cuyo edificio era similar al de diseño, el cual conocía bien. Al asomarse por las puertas abiertas, sus ojos se movieron rápidamente de un lado a otro, buscando con ansiedad el rostro familiar de Soobin. Hizo contacto visual de manera incómoda con varias personas en el proceso, notando cómo algunos lo miraban con curiosidad o admiración, pero no dejó que eso lo distrajera.

Entre La Razón Y La Pasión  |  SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora