#05

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Bueno, el plan no salio bien. De repente, mientras Yeonjun comía una galleta que Soobin le invitó, se apareció un regordete licenciado que le sacó plática al pelinegro, algo sobre verle el lado académico psicológico a una problemática política que sucedía en el país. Yeonjun podía ver cómo Soobin respondía naturalmente y daba su punto de vista, era bastante admirable, pero lo cierto es que no entendía cómo podían sacar un análisis psicológico a ese tipo de tema, aunque tenía mucho sentido conforme ellos dialogaban al respecto.
Aquella interrupción desvió su plan original. Ya no podría saltarse la clase con su hermoso Choi Soobin, pues el licenciado con el que habló correspondía a la cátedra que recibía ese día. Para colmo, el pelinegro le preguntó directamente si podía asistir a la clase sin causar molestia. ¡Yeonjun no quería estar en esa clase! El licenciado lo observó con una mezcla de recelo¹ y curiosidad. Era predecible, pero la mirada del hombre era la de un viejo malicioso.

—¿Terminaste? —preguntó Soobin no mucho después de que el licenciado se marchara. Yeonjun lo miró con ojos nerviosos y asintió dejando el empaque vacío de sus galletas sobre la mesa— Okey, vamos entonces. Ya es hora.

Observó cómo Soobin se ponía de pie y se deshacía de su basura en un basurero cercano, y aunque ese pequeño gesto le pareció muy considerado, no tenía tiempo para detenerse a pensar en ello. Así que se levantó rápidamente y corrió tras él.

—¡Pero no quiero entrar a esa clase! —le dijo resignado.

—Ya he pedido permiso para que estés ahí, no hay problema. A menos que prefieras irte.

—No quiero irme... Pero tampoco quiero ir a esa clase. Ese lic me vio muy raro.

Soobin arrugó el entrecejo. — El licenciado Jeong es alguien admirable. Tiene una mirada muy fuerte, así que es probable que su primera impresión te haya impactado.

Yeonjun caminaba ceñudo y apurado detrás de él, es que Soobin daba pasos gigantes.

—No sé... Si me siento incómodo ahí será tu culpa.

—Claro, tomaré la responsabilidad.

Cuando llegaron al salón ya habían algunos estudiantes; hombres guapísimos, viejos, señoras que parecían madres, chicas como de la edad de Soobin, era muy diverso para su sorpresa, y se sentía bastante tímido con algunas miradas que se posaron encima. Escuchaba algunos murmuros, ignoró miradas y el contacto visual, solo miraba la amplia espalda de Soobin mientras lo seguía. Cuando vio al pelinegro sentarse, buscó nerviosamente un lugar para él; se sintió afortunado cuando Soobin, en un gesto considerado, retiró su mochila del asiento contiguo en el doble pupitre². Rápidamente tomó asiento a su lado, viendo de reojo cómo aún habían alumnos con los ojos encima de él, volteó a su lado notando, en cambio, como Soobin sacaba un libro de su mochila donde leyó en la pasta que se titulaba "Porqué mentimos... Sobre todo a nosotros mismos", parecía un libro de consejos baratos.

—¿Eso están viendo en clases? —le preguntó reposando los brazos en la mesa. Soobin lo miró de reojo con seriedad.

—No, no tengo ganas de atender la cátedra, así que si no te molesta, espero que no interrumpas mi lectura.

Yeonjun puchereó apenas. —Me pregunto como eres el mejor de tu año si eres así.

—Tengo mi propio modo de estudio.

—Ya veo...

Honestamente, Yeonjun se sentía intimidado por el ambiente. En el edificio de la facultad de Arte y Diseño, su atractivo y la forma en que expresaba sus ideas lo hacían destacar. Sin embargo, en el edificio de Ciencias y Humanidades, se sentía como un tonto, como solo una cara bonita. Aunque conocía algo de teoría, pertenecía a otra área; estar rodeado de psicólogos lo hacía sentir inferior. La historia y la teoría de esa carrera parecían una locura. ¡Imagínate tener que entablar una conversación con un psicólogo!

Entre La Razón Y La Pasión  |  SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora