Mi compañero de habitación (miritama)

Capitulo 14

—¿Y entonces te regalo esas pinturas?— Tamaki asintió por quinta vez con el mismo entusiasmo, al día siguiente no pudo evitar correr a la cafeteria de Taishiro y contarle el regalo que había recibido, aún no podia drenar la emoción de su sistema, incluso se había dormido tarde pintando cualquier cosa que se le venia a la mente.

—¿No te parece extraño?— El Omega pareció pensarlo un poco, pero finalmente negó con la cabeza, claro que al principio pensó que era extraño pero al final lo había aceptado como lo que era, un regalo de amigos.

—Al principio pensé que lo era pero el dijo que quería darme algo, porque siempre soy amable y servicial con el y que solo me ha hecho pasar preocupaciones, y además me pareció que era sincero, así que se lo acepte — Taishiro lo pensó por un momento y finalmente solo suspiró y asintió de manera lenta, no confiaba en Mirio, había visto a su pequeño sentirse mal en varias ocasiones por sus acciones así que tenía más de una razón para desconfiar en el, pero Tamaki se veía tan contento por ese regalo que no fue capaz de replicar algo.

—Bueno, parece que quiere hacer bien las cosas, espero que así sea— Tamaki asintió con el mismo entusiasmo, miraba de manera fija la tasa ahora fría y el postre que ya llevaba un rato sin ser siquiera tocado, estaba intentando plasmar su comida con un pequeño lienzo y las pinturas que Mirio le había regalado.

—¡Y ya comete eso!, ¡no voy a volver a calentar el café!— El Omega hizo un suave puchero, pidiendo con la mirada más tiempo, el mayor solo suspiro y dio unas cuantas palmadas sobre su espalda.

—Bieen~, sigue pintando, pero no esperes que vuelva a calentar el café, te lo tomarás frío— Tamaki rió un poco, sabía que al final Taishiro volvería a calentarle el café si se lo pedía y hacía un puchero lo suficientemente convincente.

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Mirio comenzaba a cansarse de si mismo y de los impulsos que últimamente su alfa interno le hacía cumplir. En esta ocasión se encontraba en una tienda de repostería, repitiendo sus acciones anteriores, terminó dentro de la tienda sin darse cuenta y se dejó llevar por la buena actitud de los trabajadores.

Todo comenzó porque había recordado que Tamaki solía cocinar muchos postres y el no tenía los suficientes instrumentos de cocina para eso, así que terminó comprando cosas que no sabía si el mayor ultilizaria, muchas las compro solo porque pensó que el diseño era bonito o por la curiosa forma que tenía.

Suspiró de manera suave mientras caminaba a su hogar, se había dado cuenta que caminar hasta su hogar después de trabajar con su padre le ayudaba a relajar su mente y liberar el estrés que sentía cada vez que estaba ahí.

En esta ocasión pidió una bolsa normal y justifico sus acciones pensando que solo lo compraba porque hacía falta y era su deber proporcionarle todo el material suficiente a Tamaki para realizar su trabajo, pero el sabía en su interior que eso era una mentira y que había una razón mucho más profunda de lo que podía entender. Sin darse cuenta ya estaba frente a la puerta de su hogar, la miro por un momento, siempre había pensando que era demasiado grande y ostentosa para el solo así que agradecía de sobremanera que Uraraka y Tamaki estuvieran con el, lo hacían sentir menos solo en esa grande mansión.

—¡Mirio!— Al voltear su izquierda pudo ver a Tamaki quién venía entusiasmado hacia el, el alfa sabía que estaba fuera pues se lo había mencionado en la mañana, era agradable coincidir de esa manera. Simplemente sonrió,  correspondió el saludo con un gesto de mano, espero hasta que Tamaki estuviera a su lado y ambos entraron juntos a la mansión.

—¿Tienes hambre? Hice Udon antes de irme, solo tendríamos que calentarlo

—¡Claro! Igual creo que Uraraka ya regreso de la escuela, si es así podemos comer todos juntos— Tamaki asintió suavemente, tal y como lo había dicho el alfa la chica no tardó en salir de su habitación, se notaba que recién había llegado e incluso podía notarse que estaba un poco cansada, pero mantenía los ánimos de siempre.