𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒆

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"𝑼𝒏 𝒎𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒏𝒂"

El aire de la noche era frío, pero Franco y Olivia caminaban en silencio, acompañados solo por el suave sonido de sus pasos sobre las hojas secas que el viento esparcía por las calles de Buenos Aires. Era una de esas noches en que el invierno se hacía sentir en cada rincón de la ciudad, pero ellos apenas lo notaban. La compañía mutua era suficiente para mantenerlos cálidos.

—Hace frío, ¿no? —preguntó Olivia, con las manos metidas en los bolsillos de su abrigo. La luna llena brillaba con fuerza, iluminando sus facciones y dándole a su rostro un toque suave y casi etéreo. Franco la miró por un momento, admirando la forma en que su piel parecía brillar bajo la luz pálida de la luna.

—Sí, pero no tanto como otras noches —respondió él con una sonrisa ligera. Sus ojos nunca se apartaban de ella, como si cada gesto de Olivia fuera digno de ser memorizado.

Caminaban sin rumbo fijo, pero pronto llegaron a su lugar habitual: un pequeño parque escondido entre las calles del barrio, un sitio que solían visitar cuando querían estar lejos de todo. Apenas había farolas encendidas, pero la luz de la luna era suficiente para iluminar el sendero que serpenteaba entre los árboles.

Franco miró alrededor. No había nadie más allí, solo ellos dos. El silencio envolvía el lugar, y el frío hacía que el aire fuera nítido y claro, cada susurro del viento era perfectamente audible. Se detuvo de repente, tomando a Olivia de la mano, lo que la hizo detenerse también. Su tacto era cálido y firme.

—Oli, quiero decirte algo —dijo, su voz apenas un susurro, pero con una gravedad que hizo que Olivia levantara la vista rápidamente, sorprendida.

—¿Qué pasa, Franco? —preguntó, con un leve nudo en el estómago. Había algo en su tono que le hacía pensar que lo que estaba por decir no era cualquier cosa.

Franco bajó la mirada por un momento, como si estuviera buscando las palabras exactas, y luego volvió a mirarla con una intensidad que la hizo sentir desnuda, como si pudiera ver hasta lo más profundo de su alma. Dio un paso más hacia ella, sus cuerpos casi tocándose.

—Hace mucho tiempo que quiero decirte esto, pero no encontraba el momento —empezó, su voz baja, como si cada palabra le costara. —Lo que siento por vos no es algo pasajero. Lo he intentado, he tratado de olvidarlo, pero no puedo más, Oli. Te amo. Te amo de una forma que nunca pensé que podría amar a alguien.

Olivia sintió cómo su corazón se detenía por un segundo. No esperaba que esas palabras salieran de su boca tan de repente, aunque sabía que algo estaba cambiando entre ellos desde hacía tiempo. Aún así, oírlo en voz alta, sentir la sinceridad y la vulnerabilidad en su tono, la dejó sin aliento. Los ojos de Franco estaban fijos en los suyos, esperando alguna reacción.

Ella quiso responder, pero las palabras se le atascaban en la garganta. Finalmente, respiró profundamente y, con una mezcla de sorpresa y alivio, logró decir:

—Yo también te amo, Franco. Desde hace mucho, pero… no sabía cómo decírtelo. Tenía miedo… —su voz se quebró, y por un segundo pensó que se echaría a llorar.

Franco no lo pensó dos veces. Acercó su rostro al de Olivia, colocando una mano en su mejilla, acariciando suavemente su piel fría por el aire de la noche. —No tenés que tener miedo. Estoy acá, estoy con vos. Siempre lo voy a estar —dijo antes de inclinarse y besarla.

El beso fue lento, dulce, cargado de todo lo que habían callado durante meses. Olivia sintió cómo el calor del cuerpo de Franco la envolvía, cómo el suave roce de sus labios la hacía olvidar todo, excepto el latido acelerado de su corazón. La sensación de tenerlo tan cerca, de sentir sus manos en su rostro, la llenaba de una paz que hacía tiempo no experimentaba. El frío desapareció, como si solo existieran ellos dos en ese pequeño rincón del mundo.

- 𝗧𝗥𝗨𝗘 𝗟𝗢𝗩𝗘 - 𝘍𝘳𝘢𝘯𝘤𝘰 𝘔𝘢𝘴𝘵𝘢𝘯𝘵𝘶𝘰𝘯𝘰 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora