Las mariposas son seres que vuelan en libertad, al menos que estén en una jaula. Nikolai Gogol es un claro ejemplo de eso, vive una vida sin libertad, por lo que su más grande deseo es ser libre... como las mariposas.
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Nikol...
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Las semanas pasaron volando. Ya habían pasado algunos días desde que Nikolai ingresó a la escuela, y se estaba adaptando bastante bien. Aunque, obviamente, la presencia de Yuan había sido algo constante, siempre molestando a los tres amigos.
El trío de amigos se encontraba en su salón, tomando apuntes de la clase, o simplemente copiando la tarea del contrario. En eso, alguien ingresó al aula, siendo reconocido como el director de la institución.
—Disculpe que interrumpa su clase, profesor —habló el mayor —. Vengo a dar un anuncio importante... Como ya sabrán, necesitamos un representante por cada salón para competir en el concurso de los más inteligentes —mencionó.
—¿De qué habla? —preguntó, curioso, Nikolai hacia los otros dos.
—Es un concurso donde sólo los inteligentes de cada salón participan —explicó Sigma.
—Entonces... —volvió a hablar el mayor—. El representante del 3°B es... Fyodor Dostoyevski. Venga conmigo, por favor.
El nombrado hizo lo ordenado, sin mostrar algún tipo de interés o emoción al ser el más inteligente de su salón. Pudo visualizar a otro chico detrás del director: era un albino con puntas rojas, eran más o menos de la misma altura, y el contrario parecía tener siempre sus párpados caídos.
El otro chico no dijo nada, sólo se quedó callado, al igual que él. Ambos no dijeron palabra alguna, ni cuando fueron a buscar a los otros concursantes. Fyodor no identificó al albino ni a un nuevo azabache de lentes, pero si distinguió una cabellera castaña bastante conocida.
—¡Hola, Fyodor! —Dazai, el chico que habían visto el otro día en la cafetería, se acercó a él, con una sonrisa —. Así que competiremos como siempre.
El violáceo dió un asentimiento con su cabeza.
—¿Y quién es el chico de trenza que siempre te acompaña? —se interesó —. Los he notado muy cercanos...
—¿A dónde quieres llegar, Dazai? —se cruzó de brazos.
—A nada. Sólo digo.
—Pues mejor cállate.
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—¡¿Cómo que Fyodor es el más inteligente del salón?!
Nikolai se encontraba interrogando a Sigma, mientras ambos se dirigían al lugar donde se realizaría el evento. El albino aún no podía con la sorpresa que eso le había provocado.
—Pues sí lo es. Según yo, era muy obvio.
—¡Pues para mí no lo era! —se colocó enfrente de su mejor amigo —. Aunque ahora que lo pienso... Los maestros siempre lo mostraron como un estudiante ejemplar... Oh... Creo que sí era obvio.
