𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 14 || "𝐴𝑢́𝑛 ℎ𝑎𝑦 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛"

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Estaré muy ocupado en Octubre y noviembre, Así que no tengo la certeza de seguir con el libro, Es por ello, Que lo terminaré antes de lo previsto.

Eso sí, No garantizó un final feliz, 1 k de votos y hago que percival se mejor de salud, Si no despidanse, (También estoy sufriendo)😈🧑🏻‍🦲

Eso sí, No garantizó un final feliz, 1 k de votos y hago que percival se mejor de salud, Si no despidanse, (También estoy sufriendo)😈🧑🏻‍🦲

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Después de salir del consultorio, el aire aún parecía cargado con el peso de las palabras del doctor. Zeldris, al volante, mantenía la vista fija en el camino, su expresión dura y concentrada como si intentara alejar los pensamientos sombríos que lo rondaban. A su lado, Gelda miraba a través de la ventana, sus ojos llenos de una preocupación que intentaba ocultar, mientras el paisaje pasaba rápidamente. Entre ambos, en el asiento trasero, Percival permanecía distraído con su pequeña consola, ajeno a la tensión que flotaba entre sus padres, aunque una parte de él podía sentir algo extraño.

Las palabras del médico resonaban en su cabeza: "Percival empezará a sentirse más débil... desmayos... fatiga... posibilidad de perder la movilidad... habrá chequeos más constantes..." Cada palabra hacía eco en su mente como una advertencia que intentaba ignorar. Su corazón, siempre alegre y optimista, ahora latía con una inquietud que no conocía. Sin embargo, no dejó que esa sensación lo venciera. "Aún estoy aquí, todavía puedo hacer cosas" se repetía, intentando mantener su sonrisa intacta. La consola en sus manos le ofrecía una distracción, pero su mente no dejaba de divagar.

Al llegar al centro comercial, Zeldris y Gelda decidieron que un poco de distracción sería bueno para todos. La temporada de otoño ya se dejaba sentir en el aire, y los escaparates comenzaban a llenarse de colores naranjas, rojos y marrones. La temática de Halloween dominaba todo el centro comercial, y eso animaba a Percival de inmediato. Su corazón, que había estado pesado por los pensamientos del consultorio, pareció aligerarse en cuanto vio las calabazas iluminadas y las telarañas falsas colgando por todos lados.

"¡Mamá, mira eso!" gritó Percival, señalando emocionado un escaparate lleno de disfraces y decoraciones.

Gelda, quien había estado seleccionando ropa para el invierno junto a Zeldris, sonrió al verlo tan lleno de vida.

"Ve, cariño. Mira lo que quieras, estaremos aquí si necesitas algo," le dijo con suavidad, feliz de ver a su hijo tan animado.

Zeldris observaba en silencio, sus ojos siguiendo a Percival mientras corría hacia la tienda de disfraces. Aunque su rostro no mostraba mucho, su corazón latía con preocupación. Sabía que el diagnóstico del médico no era alentador, pero ver a su hijo sonreír le daba fuerzas para no rendirse.

Percival corría de un lado a otro dentro de la tienda, observando cada disfraz con los ojos brillando. Había algo especial en Halloween que siempre le había fascinado. La idea de disfrazarse, de ser alguien más por un día, le parecía emocionante. Se detuvo frente a un disfraz de vampiro, con una capa negra y detalles en rojo. "¿Sería divertido llevar esto en Halloween?", pensó, imaginándose caminando por las calles con Nasiens y sus amigos, todos disfrazados y riendo mientras pedían dulces.

Mᴇᴊᴏʀᴇs Aᴍɪɢᴏs - ᴾᵉʳᶜⁱᵛᵃˡˣᴺᵃˢⁱᵉⁿˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora