𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 10 || "𝑃𝑟𝑜𝑏𝑙𝑒𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑠𝑎𝑙𝑢𝑑"

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Al día siguiente, Nasiens se levantó con una mezcla de nervios y determinación. Hoy era el día en que finalmente se declararía a Percival. No podía soportar más la incertidumbre y la duda; necesitaba saber si sus sentimientos eran correspondidos. Se preparó con cuidado, escogiendo su ropa con más atención de lo habitual y asegurándose de que su cabello estuviera bien peinado. Quería sentirse seguro cuando enfrentara a Percival.

Al llegar a la escuela, Nasiens buscó a Percival entre los demás estudiantes, pero no lo vio en ningún lado. Su corazón comenzó a latir con fuerza y la ansiedad se apoderó de él. "¿Dónde está?", pensó preocupado. Se sentó en su pupitre, esperando que Percival apareciera en cualquier momento, pero a medida que pasaban los minutos, su preocupación crecía.

Cuando la campana sonó y las clases comenzaron, Percival seguía sin aparecer. Nasiens apenas podía concentrarse, su mente estaba llena de pensamientos de preocupación y desilusión. ¿Qué podría haberle pasado a Percival? ¿Por qué no había venido? No podía evitar sentirse inquieto.

Durante el receso, Anne se acercó a él. Nasiens no perdió tiempo y le preguntó si sabía algo de Percival.

-¿Sabes algo de Percival? -preguntó con urgencia, tratando de mantener la calma.

Anne asintió con una sonrisa tranquila.

-Sí, Percival me mandó un mensaje esta mañana -respondió, como si fuera lo más normal del mundo.

Al escuchar eso, Nasiens sintió una punzada de celos en su pecho. ¿Por qué Percival le había mandado un mensaje a Anne y no a él? Ese pensamiento lo atormentaba.

Sin embargo, Anne, notando su reacción, rápidamente añadió:

-Pero no te preocupes, Nasiens. Percival me dijo que primero te mandó un mensaje a ti y luego a mí.

Los ojos de Nasiens se abrieron con sorpresa y nerviosismo. Sacó su celular rápidamente y lo revisó. En efecto, había un mensaje de Percival. Lo abrió con manos temblorosas y leyó:

"Nasiens, lo siento mucho, pero amanecí enfermo y no podré ir a la escuela hoy. Espero que me disculpes."

Nasiens sintió una mezcla de emociones al leer el mensaje. Por un lado, se alegró de que Percival hubiera pensado en él primero, enviándole el mensaje antes que a Anne. Eso debía significar algo, ¿verdad? Pero, al mismo tiempo, su preocupación por Percival no desapareció. Saber que su amigo estaba enfermo le produjo una sensación de tristeza y frustración. Quería estar con él, ayudarlo de alguna manera.

-¿Cómo te sientes? -le preguntó Anne, notando la expresión conflictuada en su rostro.

Nasiens suspiró, tratando de ordenar sus pensamientos.

-No lo sé. Me siento... aliviado porque me envió el mensaje, pero al mismo tiempo estoy preocupado por él. Ojalá pudiera hacer algo para ayudarlo -admitió, sintiéndose atrapado entre la alegría y la tristeza.

Anne sonrió comprensivamente y le dio una palmadita en el hombro.

-Seguro se pondrá bien pronto. Percival es fuerte -lo animó-. Y tú siempre has estado ahí para él. No te preocupes tanto, él sabe que te importa.

Nasiens asintió, tratando de convencerse de que Anne tenía razón. Sin embargo, mientras volvía a su pupitre para las siguientes clases, no pudo evitar que la preocupación siguiera rondando su mente. Había estado tan decidido a declararse hoy, pero el destino había tenido otros planes. Ahora solo podía esperar a que Percival se recuperara y, tal vez, encontrar el valor nuevamente cuando llegara el momento adecuado.

Nasiens estaba en la clase de inglés, tratando de concentrarse en lo que la maestra Margaret explicaba en la pizarra, pero su mente seguía volviendo a Percival. Le preocupaba que su amigo aún no se sintiera mejor, y apenas podía enfocarse en la lección. De repente, sintió la vibración de su teléfono en el bolsillo. Con disimulo, lo sacó y vio que tenía un mensaje de Percival.

Mᴇᴊᴏʀᴇs Aᴍɪɢᴏs - ᴾᵉʳᶜⁱᵛᵃˡˣᴺᵃˢⁱᵉⁿˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora