𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 18 || "𝑁𝑢𝑒𝑣𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠"

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Las clases habían terminado, y Nasiens emprendió el camino a casa en soledad. Miró hacia el cielo, donde las nubes jugaban entre el sol, creando un paisaje tranquilizador, aunque su mente estaba lejos de sentir calma. Tenía en la cabeza el dilema de cómo convencer a sus padres para que le permitieran asistir a la pijamada. Sabía que su madre, Diane, era más comprensiva, pero su padre, King, era mucho más estricto y protector; hablar con él sería la parte difícil.

A mitad de camino, Nasiens se detuvo frente a un buzón. La imagen del buzón le trajo a la mente aquella carta que había escrito para Percival. Recordó el nerviosismo y las emociones que había volcado en ella. En ese momento, un cartero apareció y comenzó a recoger las cartas del buzón. Al verlo, Nasiens decidió preguntar:

"Disculpe, señor... hace unos días dejé una carta aquí. ¿Sabe si ya fue entregada?" preguntó con una mezcla de esperanza y timidez.

El cartero lo miró con simpatía y negó con la cabeza. "Lo lamento, chico, pero las cartas han tenido un retraso por un accidente en la ruta de reparto. Hace casi cuatro días que no tenemos servicio normal, y me temo que será así hasta nuevo aviso. Las cartas se revuelven y no sabemos con certeza cuándo podrán entregarse".

Nasiens sintió un pequeño pinchazo de decepción, pero al menos ahora entendía por qué Percival no había recibido su carta. "Ah... ya veo. Bueno, gracias por la información", respondió, tratando de sonar tranquilo. El cartero le dio una palmada en el hombro antes de seguir con su ruta, y Nasiens suspiró.

Con la resignación de saber que tendría que ser paciente, retomó su camino hacia casa. Al llegar, lo recibió su hermana menor, Tioreh, quien, sin decir palabra, corrió hacia él sosteniendo su juguete de cerdo favorito. Su pequeña sonrisa y los ojitos curiosos de Tioreh lograron robarle una sonrisa, aunque la preocupación seguía en su mente.

"¡Nas! Mira, el cerdito quiere jugar contigo", dijo Tioreh, mostrándole el juguete con entusiasmo.

"Claro, Tioreh. Jugaré contigo en un rato, solo déjame hablar primero con mamá", respondió Nasiens, acariciando la cabeza de su hermanita.

Entró en la cocina, donde encontró a Diane preparando la cena. El aroma de la comida le dio una sensación de tranquilidad; siempre podía contar con su madre para hacer que las cosas fueran más fáciles. Se acercó lentamente, y Diane lo miró con una sonrisa.

"¿Cómo te fue en la escuela, Nasiens?" preguntó ella, sirviendo un poco de sopa.

"Bien, mamá. De hecho... quiero pedirte permiso para algo", comenzó Nasiens, sintiendo cómo se le revolvía el estómago de los nervios.

Diane lo miró con curiosidad, dejando de servir y prestándole toda su atención. "¿Ah, sí? ¿Qué necesitas?"

"Bueno... mis amigos quieren hacer una pijamada en casa de Anne. Es solo por una noche, y sería una oportunidad para convivir y... para animarnos, ya sabes, por todo lo que ha pasado con Percival", explicó con cuidado, tratando de sonar convincente.

Diane lo miró en silencio por unos momentos, evaluando su petición. "Una pijamada, ¿eh? Bueno, no tengo problema en dejarte ir, pero sabes que tendrás que hablar también con tu papá. Sabes cómo es él con estas cosas."

Nasiens suspiró, aunque agradecido de que al menos su madre estuviera de su lado. "Lo sé. Hablaré con él esta noche, aunque sé que será un poco más complicado convencerlo".

Diane sonrió y le dio una pequeña palmada en la espalda. "Confío en que sabrás cómo hacerlo, Nas. Además, estoy segura de que tu padre también querrá que tengas un buen rato con tus amigos, solo que... sabes que siempre se preocupa un poco de más".

Mᴇᴊᴏʀᴇs Aᴍɪɢᴏs - ᴾᵉʳᶜⁱᵛᵃˡˣᴺᵃˢⁱᵉⁿˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora