Más allá del amor

CAPITULO 36 - 'Unión'

FRANCO ROVETSKI

Aún no puedo controlar los nervios y aún faltan un par de horas. Estoy alistándome junto con Jackson, mientras mamá y Jana se alistan al otro lado de la casa de verano.

Tocan la puerta y es Jackson quien se apresura a ella, le ayudo a abrirla. Y para mi sorpresa es Sebastian quien pasa - Hola cuñadito, que hay sobrino? - dice dirigiéndose al pequeño
Jackson no duda en correr y abrazarlo.
- Hola Sebas, ¿ya la viste? - pregunto claramente impaciente
- No dire nada, no vine para eso - dice con una sonrisa en el rostro
Arqueo una ceja e intento bromear - Cuñadito, ¿tanto me extrañas que no puedes vivir sin tu corredor favorito?
El rueda los ojos pero no lo niega - Te traje esto - dice sacando una caja pequeña de su traje. - Te veo luego tengo que ir a ver a la novia - y unos celos inundan dentro, aún me faltan unas horas para verla, dichosos los que pueden verla ahora
Cierra la puerta antes de que pueda responderle

Abro la caja impaciente y es ..... una versión miniatura del nuevo auto que estoy manejando junto con una nota

Para mi futuro esposo:
Te espero en el altar, seré la de blanco

Atentamente, tu futura esposa

Joder, realmente es única.
Y tras estos pequeños cosquilleos acentuándose aún más, no puedo esperar a verla

El sonido de las olas rompiendo suavemente contra la orilla llenaba el aire, mientras el sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de colores cálidos. Estaba nervioso, pero también emocionado. Miré a mi alrededor, a nuestros amigos y familiares reunidos en la playa, todos sonriendo, sus rostros iluminados por la luz dorada del atardecer.

Sentí que mi corazón latía más fuerte, mientras cada minuto pasaba.

Era el día, finalmente, llegó el día en que Melanie aceptara ser mi esposa. Y no puedo controlar los nervios que surgen porque siento que estas últimas horas sin poder verla se han hecho
Completamente eternas.

Cuando ve a mis pequeños, Jana , con un diminuto vestido color celeste, favorito de mamá y Jackson, acercándose con ese pequeño traje que lo hace ver más adorable; con una corbata azul oscuro. Ambos se ven tan perfectos llevando los anillos esa peques almohada, mientras el otro esparcía pétalos de rosas por el camino. No podía evitar sonreír. Verlos ahí me llenó de una felicidad indescriptible.

Cuando finalmente la vi, mi mundo se detuvo. Mel, vestida con un vestido blanco que parecía fluir como las olas, caminaba hacia mí con una gracia que me dejaba sin aliento. Sus ojos brillaban, y la brisa jugaba con su cabello, creando un halo a su alrededor. En ese instante, supe que todo valía la pena. Todo el esfuerzo, cada momento de espera, me había llevado hasta aquí.

La música comenzó a sonar, suave y envolvente. Mi corazón se llenó de amor mientras la miraba avanzar del brazo de su padre, y cada paso que daba parecía acercarnos más a ese momento que habíamos soñado juntos.

Cuando finalmente se puso frente a mí, el mundo se desvaneció. Solo existíamos nosotros, y en sus ojos vi mi futuro.

MELANIE DANFORT

Al final encontré el vestido de mis sueños, con mangas cero, un escote en cuello, bajando con bordados de flores, sintiendo que cada pedazo de tela envuelve mis curvas hasta cierto punto seguido de una caída no tan pomposa
Leves brillos que iluminaban a las pequeñas mariposas que yacía en el encaje y en la caída del vestido.

Unas pequeña corona adornaba mi cabello rodeando las trenzas que nacía de cada lado teniendo una caída libera y hermosa. - Te ves bellísima- dice mamá con los ojos llorosos.
La rodeo con un abrazo intentando darle fortalece. Su pequeña niña estaba a punto de casarse. Y ya había formado la familia que siempre deseo.