Frases de libros que leo

Donde viven las Musas

“Las musas habitan en cualquier lugar y en cualquier momento, al mismo tiempo y de maneras distintas, hoy es un algo, pero mañana puede ser un alguien... un vez que aprendas a conocer sus murmullos. Encuentra la belleza en el caos. Y te atreves a transformar tu dolor en arte”.

“No escatimo en mis deseos: por ti destruiría todos los relojes con el fin de adelantar el tiempo”.

“Cuando te quedas atascado en el pasado
No sé cómo seguir
descubrir quién soy en un camino que no acaba
con la constante sensación punzante de sí, si acaba
El tiempo que me queda antes de ser juzgada, por no llegar a tiempo
para ser quien debo en esta encrucijada
de descubrir versiones de mi mente dormida
que no conocía al verse maquillada
de lo que todos quieren
de lo que mi alma canta para ser aplaudida
o, al menos, recordada”.

“Cuando las amistades se distancian
¿Cuántos segundos hacen falta para recuperar lo que perdimos?
Aquellos momentos que se llevó el viento antes de poder empezar a vivirlos, por el inconveniente de seguir creciendo y quizás dejar de ser los mismos que se escondían de la flor del tiempo cuando hacía calor por las tardes.
Nos conformamos con el destino, aceptamos que a todos les llega distancia -tal vez no le dimos demasiada importancia a cada minuto que habíamos compartido-, así nuestra flor se fue marchitando, abandonada al libre albedrío hasta morir temblando de frío cuando dejamos de vernos por las tardes.
Nos convertimos en viejos conocidos, que descubrieron el valor de los segundos solo porque hoy sienten su falta.

–Aquiles a Patroclo”.

“Tiempo cruel e imponente, si caduco antes de que te detengas le contarás a todos que tú nunca esperas y yo siempre quise ahorrate, ganarte, aprovecharte, perseguirte, detenerte,
Pero nunca
Logré escapar de ti”.

“¿cómo le dices a alguien que no llore, no tema? Cuando yo lloro y me temo que siento que nada me llena”.

“se me nubla la mente con realidades inexistentes que pronostiqué sin quererlo.

–porque nada llegó a suceder”.

Querida, Ansiedad:
Sobreviví a tu diliuvio.

¿Cómo detengo las tormentas de las que no hablo?

“Cuando necesitas un recordatorio de lo fuerte que eres
Ella quiere vivir no sobrevivir ni sobre- llevar el peso del cielo bajo sus hombros.
Ella sigue riendo cuando el dolor la ata a una rutina de espadas que caen por su rostro.
Ella sigue aguantando aunque no vean su lucha sigue sosteniendo lo que sobre-siente cuando se permite pensar en sí misma”.

“por mas que luchabas por flotar, no entendías la belleza que yo veía, te ahogabas por reflejos de mentiras en cascadas falsas de impresiones”.

“Cuando te alejas de un ser querido
¿A dónde habré de ir sin la luz que reflejaban tus pupilas?
Si el último farol se ha apagado,
si el último brillo no he guardado,
si tus pasos dejaron de ser guía
y tu sombra no camina a mi lado”.

“Cuando extrañas mucho a alguien
Pesa tanto tu recuerdo; absorbes toda mi energía cuando apareces en mi sueños.
Me envuelves en tus brazos y, por un momento, por tan solo un momento, dejo de extrañarte –no puedo extrañarte si te tengo–.
Pesa tanto tu recuerdo; saber que no es real el verbo "estar" cuando despierto.
La soledad que me dejaste como herencia quiere bailar con la tristeza pero aquí todo está en silencio.
No sé cuánto aguantaré este peso —esta pesadilla— pellizcarme hasta descubrir que lo único que persiste real es la saudade que siento...
Y que no sé dejar de sentir.

–Eurídice a Orfeo”.

“triste brújula oxidada, señala que lo que debe ser, será, pero simplemente ya estoy cansada de no ser más que lo que he temido”.

“Sé que no soy todo lo que esperas pero aspiro ser lo que mereces: un amor real, más allá de tu cuerpo,, que hable tu mismo lenguaje”. –Hefesto a Afrodita.

“Viles y banales emociones,
no me hagan volver a enfrentarles
cuando aún no sé cómo me he sentido”.

“Cuando te sientes incomprendido
Ni siquiera sé cómo explicarlo
ni siquiera sé cómo concebir las palabras
ni siquiera se gestan los sentimientos pintados.
No hay forma de que algo se asemeje
a la ebullición de mi pecho.
Hierve, quema, arde la ausencia de descripciones
porque no puedo lograr que lo entiendas.
Ni siquiera puedo decirte que me duele
porque no tienes la obligación de ayudarme,
pero cómo me gustaría que lo hicieras.
–el don de Cassandra”.

“No quiero escucharte, ni volver a querernos después del daño que quemó mi calma.
No quiero quererte: amor masoquista
derrite el estaño de esta cárcel vencida
que protege mi pecho de aquel amor terco
que late inevitable”.

“¿No te duelen los huesos cuando te quedas en el sitio que te ha visto crecer, pero no madurar como sientes que debes?
¿No sientes  que debes cortar las raíces que sostienen tus tobillos y presionan las ganas que tienes por vivir?”

“Cuando necesitas una razón para seguir
Cuando te asalten las dudas.
Cuando no encuentres ayuda
vuelve a buscarme.
Cuando te sientas menos
abre la puerta a lo bueno que esconde tu día.
El hogar reside en tu pecho
aunque no des por hecho que mereces amarte.
Que así yo te quiero y te querrá quien merezca un lugar en tu vida”.

“Quiero un amor que no pida, un amor que ya sepa, que venga a besarme solo porque le nazca.
–Clitia a Helios”. 🌻

“Cuando te enamoras de una versión que no existe
Dicen que el dolor es un precio justo a cambio de sentirte amado,
pero resiste, corazón, mi intención nunca fue hacerte daño”.

Debo aprender a ser quien necesito, antes de que las Moiras corten mi hilo.

–Marianela Dos Santos.