Frases de libros que leo

Agnes Grey

"Todas las historias verdaderas contienen una enseñanza, aunque ese tesoro puede ser difícil de encontrar y, en ocasiones, cuando por fin se halla, el fruto que se obtiene resulta ser un grano tan seco y arrugado que apenas compensa el esfuerzo realizado por romper la cáscara".

"Puedo concebir pocas situaciones más vejatorias que aquella en la que, por más que busques el éxito, por más que trabajes para cumplir con tu obligación, todo esfuerzo es frustrado y despreciado por aquellos que están por debajo de ti, e injustamente juzgado y censurado por quienes están por encima".

"La adversidad me había hecho crecer y la experiencia me había enseñado mucho y deseaba redimir el honor perdido a los ojos de aquellos cuya opinión me importaba más que cualquier otra en el mundo".

"Una respuesta suave despeja la ira; pero una palabra áspera espolea el enfado". -Edward Weston.

"-...Me esforzaré en guardarme mis propios sentimientos, si no puedo aniquilarlos; intentaré perdonar, ya que no puedo olvidar, la causa de mis sufrimientos". -Hatfield.

"Al despedirse, me dedicó una mirada y una pequeña sonrisa, y fue solo por un momento, pero en ellos leí, o creí leer, un significado que encendió en mi corazón una llama de esperanza más brillante que la que había surgido jamás".

"De mis oraciones, mis lágrimas, mis deseos, mis miedos y lamentos solo fuimos testigos yo misma y el cielo".

"Cuando la pena y la ansiedad nos acosa o mantenemos oprimido por demasiado tiempo un sentimiento poderoso, que nos vemos obligados a guardar para nosotros mismos, porque no podemos obtener, ni solicitar, la simpatía de ninguna otra criatura viviente, y que por nosotros solos no somos capaces de reprimir por completo, a menudo buscamos alivio en la poesía y a menudo también lo encontramos, ya sea en las efusiones de otros, cuando pueden armonizar con nuestro caso en concreto, ya en nuestros propios intentos de expresar esos pensamientos y sentimientos en verso tal vez sin tan buen ritmo, pero más auténticos y, por lo tanto, más penetrantes y comprensivos y, en ese momento, más calmantes o con más poder para despertar y descargar el corazón oprimido e hinchado".

"¡Oh!, me han robado la esperanza
que ha mi espíritu era tan querida;
no me dejan escuchar esa voz
que mi alma se deleita en escuchar.

No me dejan ver esa cara
que tanto me gusta ver;
y me han quitado todas sus sonrisas,
y todo su amor hacia mí.

Bien, dejémosles aprovechar lo que puedan;
el tesoro todavía es mío,
un corazón que adora pensar en ti,
y conoce el valor del tuyo".

"Llevaba en la mano un precioso ramo de campanillas que me ofreció, comentando con una sonrisa que, aunque me había visto muy poco en los dos últimos meses, no se había olvidado de que las campanillas estaban en la lista de mis flores favoritas".

"-Bien -dijo el señor Weston -, me gustaría despedirme de usted... no es probable que volvamos a vernos antes de su marcha.
-Adiós, señor Weston -dije... ¡Oh! ¡Cómo luché por decirlo sosegadamente! Le di la mano. La retuvo unos segundos entre las suyas.
-Es posible que nos volvamos a encontrar -dijo él-. ¿Tendría alguna importancia para usted que así fuera?
-Sí, me gustaría mucho verlo de nuevo".

-Anne Brontë.