Han pasado tres años desde que Shen Qingqiu traicionó a Luo Binghe, y ahora sólo quedan dos antes de que su «difunto» discípulo resucite de entre los muertos para reclamar su sangrienta gloria como protagonista.
Al menos, así es como se supone que...
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Esta línea argumental de la ciudad de Jin Lan era una nueva incorporación. En la línea temporal original, Luo Binghe aún habría estado subiendo de nivel bajo tierra en ese momento, y nunca habría aparecido. Por lo tanto, Shen Qingqiu no tenía la ventaja de un punto de vista omnisciente. Pero Avión Disparado hacia el Cielo había garantizado una cosa: después de que Luo Binghe completara su proceso de subida de nivel y regresara a la superficie, todos los planes y asesinatos tenían algo que ver con él. Se pensara como se pensara, era más sospechoso que nadie.
La expresión de Luo Binghe era sombría; se paseó en círculos de un lado a otro, con las manos a la espalda, luego se volvió bruscamente y dijo en tono amargo: —Me atrevo a preguntar, Shizun, ¿vas a culparme de todos los pecados de la raza demoníaca, de sus asesinatos y merodeos, de sus crímenes y maldades?—.
Shen Qingqiu frunció el ceño.
Su falta de respuesta hizo que Luo Binghe apretara perezosamente el puño. —Antes, claramente confiabas mucho en mí, pero ahora sospechas que albergo segundas intenciones en todo momento. ¿Es la diferencia entre reino y raza tan profunda como para cambiar tan totalmente tu actitud hacia alguien?—.
Shen Qingqiu no pudo contenerse. Se armó de valor y dijo: —Si es así, yo también tengo una pregunta para ti—.
Luo Binghe inclinó la cabeza. —Este discípulo está escuchando—.
—Si niegas albergar segundas intenciones, ¿por qué razón pusiste al Palacio Huan Hua de tu lado?—.
¿Por qué el protagonista masculino no seguía la trama original? Habiendo sufrido él mismo las limitaciones del Sistema y de la trama, Shen Qingqiu tuvo que hacer esta pregunta.
Luo Binghe empezó a mover los labios como si estuviera a punto de hablar, pero al final dudó en abrir la boca.
Shen Qingqiu se sorprendió un poco. —¿No puedes contestar?—.
¿Dónde estaba esa lengua de plata capaz de enfrentarse a toda la Montaña Cang Qiong sólo con elocuencia? ¿Era este el coste de atravesar el arco argumental del Abismo Infinito demasiado rápido y no entrenar adecuadamente y cultivar XP? Luo Binghe no había subido lo suficiente el nivel de su árbol de habilidades de discurso.
—Shizun no confía en mí de ninguna manera—, dijo Luo Binghe. —Conteste o no, ¿qué más da?—.
En la sombría Prisión de Agua, el agua reflejaba la temblorosa luz del fuego. El corazón de Shen Qingqiu parecía temblar con ella.
Después de enfrentarse en silencio durante un rato, Luo Binghe dijo de repente: —Pero espero que Shizun pueda darme una respuesta sincera a una pregunta—. Frunciendo los labios, añadió rígidamente: —Sólo una pregunta—.
—Habla.—
Luo Binghe aspiró ligeramente. Dijo en voz baja: —¿Te arrepientes?—.
Shen Qingqiu cerró la boca y no contestó; sus ojos se movieron, mirando a Luo Binghe de arriba abajo de pies a cabeza. Ese —¿te arrepientes?— era todo lo que había dicho, nada más.
