Lo que había empezado como un método para ayudarse mutuamente durante la cuarentena, había ocasionado que toda su vida cambiara para siempre, uniéndolos de una forma que jamás se imaginaron.
Ahora eran tres corazones.
Historia escrita para el reto A...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Globos rosas y azules que Maddie había insistido en inflar adornaban el patio de la familia Grant-Nash, serpentinas de estos mismos colores que Hen había insistido en colgar volaban con el viento, las risas y voces se mezclaban con la música que May había insistido en poner, la mesa de postres que Athena había insistido en montar era el centro de atención de grandes y chicos... y es que toda la fiesta había sido eso, insistencia de las mujeres de su familia, quienes casi lo habían obligado a aceptar el tener esta fiesta de revelación de genero para el bebe.
Al principio se había negado, les había dicho que no era necesario hacer una gran fiesta, que bastaba con una pequeña comida familiar como la de cada mes, que si la cuestión era que todos se enteraran al mismo tiempo esa era la oportunidad perfecta... tanto Maddie como Athena lo habían ignorado casi al instante, y con ayuda de Hen y Karen habían planeado todo en menos de dos semanas.
Sabia que Eddie no estaba muy feliz con esto, el hubiera querido saberlo desde el momento en que la doctora lo pudo ver en el ultrasonido, acompañados con Christopher si era posible... pero, tanto como con Buck, sus quejas habían sido ignoradas.
A pesar de todo Buck se estaba divirtiendo, la fiesta había sido como un pequeño baby shower -la pila de regalos era enorme y tendría que hablar con ellos sobre eso- y era la primera vez desde COVID que todos habían podido estar realmente juntos, incluso la tía y abuela de Eddie habían viajado para la ocasión -sus padres habían tenido la reacción que esperaba cuando se enteraron del bebe y de su relación con Buck, las llamadas que le siguieron a esa noche habían sido cortas y frías de ambos lados, y casi se habían extinguido cuando Helena trato de hacer sentir mal a Chris por no querer ir a verlos- lo que había ayudado a que él latino se sintiera mas feliz con la situación.
-Aun no puedo creer que estas a menos de 2 meses de tener a tu bebe entre tus brazos- suspiró Hen, mientras Karen frotaba con cariño su vientre. - ¿Estas listo?
-Eso espero, ya montamos la cuna y el cambiador en nuestro cuarto.
- ¿Dormirá con ustedes?
-Al menos por los primeros meses, en lo que nos acostumbramos y podemos buscar una buena casa para mudarnos, ya Michael nos esta ayudando con eso, pero no tenemos ganas de hacer la mudanza con un balón bajo mi ropa.
-Si necesitan ayuda saben que pueden contar con nosotros.
-Lo sabemos- aseguró Eddie, llegando hasta ellos para darle un vaso con limonada al rubio, quien le sonrió agradecido. - Y créanme, cuando el momento llegue, los llamaremos.
Después de algunos minutos ambas mujeres se alejaron y Eddie se sentó a su lado, colocando una mano sobre su vientre, sintiendo al bebe moverse.
-Mi abuela amenaza con llenar nuestro refrigerador por varias semanas.
- ¿Bromeas? ¿Tamales y pozole a nuestra disposición? El sueño de mi vida.
-Dices eso ahora, pero prepárate para perder el control de la cocina de aquí hasta que el bebe nazca.