Ecos de una Sangre Maldita: El Juego Mortal de las Familias

Sombras en la Sangre: el asedió de los potter

Ser el jefe del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica tiene sus beneficios, pero también llega a ser muy frustrante. Como ahora, cuando su inepto secretario entró en su oficina con la cara de susto y un sobre en las manos. Seguramente alguna tonta queja de algún funcionario o ciudadano que no esté conforme con cómo opera el departamento.

-Jefe Black, ha llegado una carta -dijo el secretario Hanks, con una obviedad que exasperó a Sirius en muchas medidas.

-Es obvio que ha llegado una carta, Hanks. La pregunta aquí es, ¿piensas dármela o te quedarás allí de pie como un inútil? -su voz era dura, y no era para menos. Estaba estresado; su esposo lo había llamado tres veces diciéndole que no había hablado con su hijo en casi una semana. Harry se había estado escondiendo de sus dos padres, sin permitirles acercarse, y las cartas que enviaban no recibían respuesta, lo que lo tenía tanto frustrado como preocupado-. Entonces, ¿vas a decirme de quién es la maldita carta?

-La carta se remite de un supuesto familiar. Alguien llamado Draco Malfoy Black la envía.

Eso sí que desconcertó a Sirius. El hijo de su prima Cissy, con el que jamás había tenido una conversación y al que había visto como mucho dos veces en su vida, le estaba escribiendo. Y por la cara de su secretario, las cosas no estaban bien. Aceptó la carta de mala gana y le exigió a Hanks que se largara. Al estar solo en su oficina, bloqueó la entrada con un hechizo anti-Alohomora y procedió a abrir el sobre.

De: Draco Malfoy Black
Para: Sirius Orión Black

Lord Black, quisiera poder decir que es un gusto escribirle, pero la verdad es que no le hablo en las mejores circunstancias, ni mucho menos por temas agradables.
Como bien debe saber, soy hijo de su prima Narcisa Malfoy Black y formo parte de la casa Slytherin, la misma casa a la que su hijo, Harry Orión Riddle Black, también pertenece. Lo que quizás usted no sepa es que Harry y yo somos muy amigos, y aunque ser mayor que él me impide estar siempre presente, quiero que sepa que he intentado proteger a su hijo, quien también es mi familia, por obvias razones.

Lord Black, quiero que sepa que soy conocedor del hecho de que Harry no es -o más bien no era- un Black al nacer, y también sé quiénes son sus supuestos parientes. Y quiero contarle que, al parecer, el hijo de los Potter se enteró de la situación de parentesco que tuvieron en su momento, antes de que usted y sus esposos adoptaran por magia y sangre a Harry.
La cuestión es que el insufrible de Charlus Potter ha estado amenazando a Harry con hacer de conocimiento público dicha situación, y aunque no puedan hacer nada, ya que Harry es 100% su hijo ahora, ambos sabemos que a Harry los escándalos no le gustan.
La situación con Potter ha llegado a tal punto que no se puede acercar ni al profesor Riddle ni a mi padrino Severus, y tampoco le ha dejado leer o enviar cartas a nadie por tenerlo vigilado y amenazado. Incluso generó que Harry tuviera una discusión con su mejor amiga Astoria, pero eso ya está solucionado.
Le solicito, Lord Black, que venga lo más pronto posible al castillo, pero sea discreto. La idea no es alertar a Potter sobre el aviso que le he dado.
Espero verlo pronto y le envío saludos de parte de mi madre.

Atentamente:
Draco Malfoy Black, su sobrino.

Si por alguna razón parte de la oficina del jefe del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica se encontraba destruida luego de que este saliera como alma que lleva el diablo del Ministerio, nadie se atrevió a discutirlo. Mucho menos el hecho de que dejó a su secretario con un susto de muerte.

En la oficina del maestro de Pociones del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, Severus Tobias Snape de Riddle Black acababa de leer la carta entregada por la lechuza de su ahijado Draco Malfoy. Esta le esclarecía los hechos del porqué su hijo no le había dirigido la palabra en casi una semana. Antes de poder siquiera moverse para buscar a su marido, la red flu de su oficina se encendió, dejando ver a su otro marido con cara de pocos amigos.