La Búsqueda de un Lugar: Donde No Pertenezco

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La vida de Harry en el colegio Hogwarts era tranquila en su mayor medida. Tenía amigos, a su padre Tom y a su mamá junto a él, y hablaba casi a diario con su papá Sirius. En general, todo iba perfecto. Solo había un problema: esa niña de cabellos alborotados de cuarto año que parecía mirarlo demasiado a él y a sus amigos cuando estaban juntos. Según lo que Draco y Dafne le habían contado, la chica era una hija de muggles llamada Hermione Granger, y era muy amiga de Charlus Potter y Ron Weasley, lo que significaba que no podía ser nada bueno su interés directo en Harry, o al menos esos eran los pensamientos de Draco.

El problema era que la chica cada día era más insistente con sus intenciones de acercarse a Harry, y la situación estaba llegando a un punto en que el mismo pelinegro entendía que no era normal su interés por él, principalmente porque no tenían nada que ver; ni siquiera eran de la misma casa, mucho menos del mismo año.

Harry se encontraba en las orillas del lago negro; sus amigos estaban ocupados por el momento, además sus padres le habían pedido que se reuniera cerca del embarcadero del lago, así que los estaba esperando. Todo estaba tranquilo, hasta que sintió que alguien lo jalaba del brazo y lo llevaba a un rincón tras un árbol. Cuando logró notar quién lo había jalado, supo que no podía ser algo bueno: era la niña que lo había estado siguiendo durante semanas, la tal Hermione Granger.

—Tú no eres hijo de ellos —sentenció la castaña, y Harry no sabía de qué hablaba.

—Disculpa, pero no sé de qué hablas. No te conozco, así que, si me disculpas... —intentó alejarse, pero ella lo tomó del brazo y lo retuvo.

—No eres hijo de los profesores Riddle, eres hijo de los Potter.

Al escuchar eso, Harry se quedó de piedra. ¿Cómo sabía ella esa información? Las únicas personas que sabían que era adoptado eran sus amigos, y ninguno de ellos se lo diría a la niña; ellos mismos aseguraban que les caía mal, principalmente Draco.

—Ese no es problema tuyo para que me lo reclames.

—Sí lo es. Eres un niño que está viviendo con tres hombres que no son sus padres. Eso no es normal, tienes que volver con los Potter.

—¿Cómo puedes decir eso de mis papás y mi mamá?

—Claro que lo puedo decir. Solo mira cómo hablas: a un hombre como ese le llamas "mamá", y quién sabe qué te han hecho. Debes decirles a tus verdaderos padres que ellos te llevaron.

—Mira, Granger, entiendo que para ti no sea normal ver familias diferentes por ser nacida de muggles, pero mis padres y mi mamá son los únicos que he tenido. Ellos me quisieron cuando nadie me quería y solo tenía a la señorita Crawford, no a los Potter.

—Pero no son tus verdaderos padres. Seguro los Potter te extrañan, debes volver con ellos y tu hermano. Entiende que eso no está bien.

—¿Entonces para usted está bien que un bebé recién nacido sea dejado a las puertas de un orfanato sin nada más que una manta, señorita Granger? —La voz de Tom se escuchó a espaldas de los dos niños, y al voltear, vieron al hombre de cabellos castaños que se acercaba junto a su esposo. Al verlo, Harry corrió a los brazos de su madre, esos brazos que toda su vida lo habían sostenido con gran amor.

—No, pero... —no terminó de hablar ya que Severus la interrumpió.

—Harry llegó a nosotros casi dos años después de ser abandonado por sus padres biológicos, sin siquiera un nombre por el cual llamarlo.

—Quizás lo robaron y ustedes siempre supieron quiénes eran sus verdaderos padres. ¿Por qué no regresar a Harry con ellos e intentar que sea un niño normal, con una familia normal?

—Señorita Granger, quizás usted no lo sepa, pero yo conozco a Lily y James Potter mejor que usted. Fui su compañero de clases, la señora Potter fue mi mejor amiga durante años, y mi otro esposo era gran amigo del señor Potter. Créame cuando le digo que si ellos en verdad quisieran algo con Harry, lo hubieran buscado, pero no fue así —habló Severus.

—No hable así del señor y la señora Potter, profesor Riddle. Ellos son grandes personas.

—No niego que, cuando una persona les interesa, la traten bien. Pero le aseguro, señorita, que no son más que personas oportunistas que buscan su propio beneficio. Y si me disculpa, me llevaré a MI HIJO, ya que nuestra FAMILIA tiene un compromiso importante.

La chica castaña miró incrédula cómo los dos hombres se llevaban al niño, quien parecía estar feliz, pero ella sabía que eso solo era una mentira. Sus padres siempre le dijeron que la familia estaba conformada por una mamá, un papá y los hijos, no por tres hombres que se quedaron con un bebé que no era suyo. Tenía que hacer algo para que el niño volviera con sus verdaderos padres.

—No puedo creer que eso esté pasando en Hogwarts. Justo en el primer año de Harry. Considero que lo mejor sería cambiar a Harry de escuela. Igor Karkaroff es director de Durmstrang y un gran amigo tuyo, Tom; no creo que tenga ningún inconveniente en aceptar a nuestro hijo en su escuela —comentó Sirius después de oír lo dicho por sus esposos.

—Pero yo no quiero que me cambien de escuela, papá Sirius. Tori es mi mejor amiga y está en Hogwarts junto a su hermana y Draco. No quiero dejar a mis amigos por algo que diga una niña tonta —expresó el menor, molesto. Él ama Hogwarts, es feliz con sus amigos, y que una niña crea que por no tener una familia "normal" no debe ser feliz es una tontería.

—Entiendo tu molestia, amor, pero nosotros solo queremos que estés seguro, y si ella dice algo sobre... —Severus no terminó ya que fue interrumpido por su hijo.

—No importa lo que ella diga, porque, aunque lo haga, ustedes son mis papás. Me adoptaron legalmente cuando era un bebé en el mundo muggle y, aquí en el mundo mágico, me adoptaron por sangre y magia. No tengo relación alguna con los Potter fuera del hecho de que Charlus Potter y yo estudiamos en el mismo colegio. Ella no puede hacer nada contra nosotros. Ustedes dos son mis papás, y él es mi mamá, y nada más importa.

Ecos de una Sangre Maldita: El Juego Mortal de las FamiliasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora