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Rodrigo observó con detenimiento su reflejo en el espejo. El maquillaje delicado que acentuaba sus rasgos de forma bonita, el cabello castaño oscuro perfectamente peinado y adornado con pequeñas perlas blancas. Su ropa lucía impecable, de un blanco puro y sedoso.

-¿Cómo te sentís?-Carre quiso reírse de la pregunta. Miró a su lado a Germán, con su cabello marrón rebelde en amplias ondas.-Ah re gil yo, ¿qué pregunta es esa? Debes estar nervioso.-El Omega asintió, pero una sonrisa amplia adornaba su rostro.

-Estoy feliz, Uni. Muy feliz.-Admitió con mejillas rojas y German se contuvo de pellizcar sus mejillas rosadas.-Es uno de los mejores días de mi vida.-Uni rodó los ojos.

-Supongo que ese es uno de los efectos de Spreen en vos-Murmuró, una sonrisa maliciosa formándose en sus labios cuando añadió.-Y eso que aún no has llegado a la luna de miel. Esa sí que es la mejor parte.-German carcajeó ante la expresión de Rodrigo, el sonrojo evidenciándose hasta en la punta de sus orejas.-No me mires así, estoy seguro de que has fantaseado aunque sea un poco con el cuerpo que se carga tu prometido, porque Dios el hombre esta divino. Amo a Santi, pero no soy ciego.-El Omega castaño no dijo nada, se mantuvo jugando con su anillo de compromiso.-El que calla otorga, lo tomaré como un sí.

-¡Germán!

-Unicornio, deja de molestar a mi bebé.-Las manos de su madre terminaron a ambos lados de su rostro.-Mi tesorito, vas a casarte y no sé si llorar o estar feliz por vos.-Besó sus mejillas varias veces, repartiendo besos en toda su cara.-No te preocupes, me quité el labial para darte muchos besitos.

-Mamá...-Rodrigo llamó su atención y ella se apartó con los ojos llorosos.

-Perdón, perdón. Las bodas me ponen emocional-.Ger alzó una de sus cejas, mirándola ofendido.

-No lloraste en mi boda.-Él le reclamó, luciendo traicionado y la mujer se encogió de hombros, limpiando las pequeñas lagrimitas en los ojos de Carre.

-Perdón, pero vos no saliste de mi vagina. No te mereces mis lágrimas.-Ambos chicos jadearon.

-¡Mamá!

-¡Señora Carrera!

Dijeron ambos chicos a la vez, mirando a la mujer con una visible тиеса de perturbación en sus rostros. Ella carcajeó, despidiéndose de ambos antes de darle un beso en la frente a Rodrigo y desearle buena suerte. Germán se retiró unos minutos después cuando su padre apareció, ofreciéndole su brazo para caminar juntos.

Le temblaron las piernas todo el camino al altar. Frente a él, la expresión de Spreen se congeló por unos segundos mientras miraba detalladamente su rostro. Rodrigo se sonrojó efusivamente y el Alfa arrugó sus cejas, para volver a su rostro de indiferencia usual. Miró al cura frente a ellos y luego a la persona a su lado, Carre tragó en seco cuando el hombre empezó a hablar.

Y fueron siete minutos, siete malditos minutos en los que Spreen se mantuvo en silencio cuando tenía que dar el "Sí".

Los murmullos en la iglesia se hicieron mayores, Carrera sintió un nudo formarse en su estómago y subir a su garganta cuando el Alfa no dijo nada.

Miró de reojo a German, quien le devolvió la mirada afligida y asustada. Carre miró sus labios, incapaz de sostener su mirada por más tiempo.

Agachó la cabeza, sintiendo su aroma dispararse por los nervios y sus ojos fueron al anillo de compromiso en su dedo, sintiendo ganas de comenzar a jugar con él.

Pusilánime | Rodrivan | Happybear Donde viven las historias. Descúbrelo ahora