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Nicky Nicol mira a su alrededor varias veces, inspeccionando el ambiente con cautela. Bien, estaba sola por el momento. Se agachó, tomando la caja escondida a un lado de su escritorio. Una sonrisa amplia surcó su rostro al ver los cupcakes. Tenía el paraíso entre sus manos.

-Nicky.-La aludida dio un pequeño brinco sobre el asiento, la caja de dulces tambaleándose en su agarre.-Perdón. No era mi intención asustarte.-Angie le dijo, con una sonrisa de hoyuelos. Nicky negó, restándole importancia con un gesto de la mano mientras volvía a mirar alrededor, cómo si buscara algo.

-No me asustaste, es solo que pensé que eras el señor Buhajeruk.-La Omega confesó, sus cejas fruncidas cuando añadió.-Lleva tres días seguidos extorsionándome. El boludo ese.-Se quejó, llevando un cupcake a su boca para darle un mordisco. Revisó la expresión de la Alfa, quien lucía nerviosa y tenía las mejillas algo rosadas.-¿Querías algo, Anchu?

-Yo...vine a traerte esto.-Le extendió una pequeña bolsa de la que Nicky no se había percatado.-Es para tu almuerzo. Me he dado cuenta que no estás comiendo saludable.-Señaló los dulces y Nicky se sonrojó, algo avergonzada.-Y pensé en cocinar algo para vos.-Dejó la bolsa con comida sobre el escritorio y la Omega se acercó a tomarla.

-Me lo comeré todo. Muchas gracias, Angie.-La Alfa asintió, sus mejillas mucho más rojas que antes.-¿Queres un cupcake? Quackity los compró para mí, pero puedo compartir.-Angie negó, dándole las gracias por ofrecerle el aperitivo.

-En realidad, yo quería...-Perdió su voz a mitad de oración. Observó a Nicky, quien comía tranquila, con sus ojos en Angie.-Me preguntaba si querías ir a cenar esta noche conmigo.-La oración salió rápida, con un jadeo final que delataba que estaba conteniendo el aire cuando habló. Nicky comenzó a toser con fuerza. La Alfa palideció al verla todo roja, ahogándose con la comida.

-¿Qué?-Las mejillas de la Omega eran dos cerezas redondeadas y apretujables que Angie quería morder. Una sonrisita nerviosa se extendió por sus labios, mientras rascaba su nuca, nerviosa.-¿Queres que vayamos a cenar juntas?-Angie asintió.-¿Modo qué?-Preguntó y la Alfa pareció confundida por unos minutos, antes de que comprendiera a lo que se refería.

-Modo cita.-Respondió. Las orejas de Nicky ardieron en vergüenza.

-Angie, estoy esperando un bebé.-Le dijo, buscando hacer entrar a la Alfa en razón.

-Soy consciente de eso y aún así me gustas mucho, Nicky.-Respondió.-Si crees que me va a molestar tu cachorro ahora o en un futuro, estás más que equivocada.-La Omega apretó los labios, agachando la cabeza hacia los dulces.-Sé por qué me lo dices, los Alfas normalmente no aceptan cuidar a un Omega que tiene al cachorro de otro, pero no nos cortes a todos con la misma tijera, ¿sí?

-Angie, yo...-

-No te estoy presionando, podés decirme que no si queres. Solo no pongas a tu bebé como excusa, ¿bien? No me molesta en absoluto. -Angie admitió.-Entonces, ¿es una cita?-La Alfa preguntó. Nicky la miró a los ojos, sintiendo sonrojarse un poquito.

-Es una cita.-Confirmó y los ojos de Angie brillaron en felicidad.-Pero tiene que haber jugo de manzana en la cena, sino no acepto.-Bromeó. La Alfa asintió varias veces, luciendo feliz.-Entonces, supongo que nos vemos esta noche, ¿no?

-Paso por vos.¿ A las ocho está bien?-Nicky asintió.-Bueno, nos vemos.-Angie se despidió con la mano, soltando un quejido cuando chocó contra un cuerpo firme por ir caminando de espaldas. Palideció un poco al ver de quién se trataba.-Oh, lo siento, señor Buhajeruk. No vi por dónde iba.-Se disculpó.

Spreen le hizo una ceña con la mano, diciéndole que siguiera su camino mientras sus ojos estaban fijos en Nicky, quien escondía torpemente algo bajo su escritorio. Demasiado tarde, Spreen ya lo había visto todo. Caminó con pasos firmes hasta el escritorio de su secretaria.

Pusilánime | Rodrivan | Happybear Donde viven las historias. Descúbrelo ahora