Han pasado exactamente diez meses desde que habló por última vez con Tomás. Antes solían llamarse el uno al otro todos los días de la semana, aunque no hubiera una novedad, simplemente para contarse cómo estaban.
Después se casó con Spreen y hablar con su hermano mayor se tornó un tanto difícil, teniendo en cuenta que Tomás siempre le preguntaba como iban las cosas, o le decía qué cuándo se dignaría a darle sobrinos, mientras Rodrigo intentaba no ahogarse en la indiferencia de Spreen.
Tomás se había mudado en cuanto se casó con su Alfa, las veces que Carre lo había visto desde entonces eran muy resumidas y se limitaban a motivos importantes.
Sabía que su hermano tenía su propia vida, problemas con los que lidiar, un par de cachorros revoltosos que robaban su tiempo pero eso no le impidió extrañarlo mientras observaba a los hermanos Buhajeruk interactuar.
Apretó el celular en su mano, sus ojos fijos en el contacto que reflejaba el nombre de Tomás. Bien, quizás era momento de romper ese insoportable récord de diez meses sin hablar con él y saber un poco de su hermano.
Sus dedos temblaban cuando pulsó la opción de llamar, inundado por los nervios de volver a hablar con él y era algo ridículo, era su hermano.
-¿Rodri?-La voz emocionada de Tomás lo trajo de vuelta a la realidad, la pantalla de su celular mostraba una llamada en curso. Parpadeó un par de veces para sacarse a sí mismo de ese mundo en el que se sumergía tantas veces por su cuenta.-Dios, ha pasado un tiempo desde que hablamos. ¿Cómo has estado, cachorro?-Sonrió al escuchar el apodo con el que Tomás solía llamarlo durante su infancia.
-Estoy bien, Tomi. Yo...-Carre apretó los labios, no sabiendo muy bien qué decir.-¿Cómo has estado? ¿Y los niños?-Sintió su cuerpo relajarse al escuchar la suave voz de su hermano.
-Están acabando conmigo. Bebés, saluden al tío Rodri.-El Omega escuchó un par de voces agudas y chillonas saludarlo casi al unísono, lo próximo que se escucharon fueron estruendosas risas y pasos rápidos seguidos de un regaño de Tomás.-Perdón que no hablen más contigo, el pelotudo de mierda de mi alfa les compró unas pistolas de agua y ahora andan disparándole a todo lo que se mueve. Me he tenido que cambiar de ropa casi nueve veces en el día.-Se quejó en un lloriqueo.
-Nunca habías llamado a tu alfa pelotudo, ni siquiera cuando tuviste a los niños, y Uni dice que tener cachorros te dan ganas de maldecir y matar a tu Alfa.-Carre omite añadir que desearía ver si él también maldice a Spreen cuando tenga su cachorro, en su lugar se atreve a preguntar bajito.-¿Todo está bien en casa, Tomi?-El aludido tarda unos minutos en responder.
-Sí, está todo bien. No hay nada que preocuparse, solo son...desacuerdos.-Responde y Carre no tiene tiempo de añadir algo más porque su hermano se le adelanta.-Hablando de Alfas imbéciles, ¿cómo van las cosas con Iván? ¿Sigue jugando a ser indiferente?-Carre sonríe por sus palabras.
-Está mejorando, Tomi. Las cosas están bien entre nosotros, mucho mejor que hace unos años.-Confiesa y se imagina a Tomás sonriendo al otro lado de la línea.
Le había comentado varias veces como era su relación con Spreen, sobre todo cómo el Alfa se comportaba con él la mayor parte del tiempo. Tomás le había aconsejado entre gruñidos que pateara el trasero orgulloso de Spreen hasta el Polo Norte, mientras él solo se reía con el corazón apretado.
Nunca le dijo que la razón del Alfa para ser así con él se debía a que siempre fue Tomás con quien Spreen quería tener un matrimonio, sólo que cuando fueron a concertar dicha unión su hermano ya estaba felizmente comprometido con un importante magnate de España y Spreen había tenido que aceptar a Rodrigo como compensación.
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Pusilánime | Rodrivan | Happybear
FanfictionADAPTACIÓN. Rodrigo Carrera siempre ha sabido que no es suficiente para Spreen Buhajeruk. Desde su compromiso hasta sus actuales años de matrimonio, sabe que el Alfa se ha conformado con tenerlo a su lado y que no es exactamente él quien desea tener...