"Cum for me"

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Bill, cansado de seguir con aquellos sentimientos de incertidumbre sobre su relación con Tom, decidió salir antes de la Universidad para poder calmar el remolino de pensamiento que había en ese momento en su cabeza. Se decidió por dar un rodeo y atravesar el parque antes de ir a casa.

Amaba ir a aquel lugar tan lleno de árboles y vegetación, tanta naturaleza lograba subirle el ánimo. El olor a hierba recién mojada lograba brindarle una sensación de bienestar muy agradable. Mientras iba andando a paso lento, con la cabeza agachada y atravesando el camino que unía el parque con un pequeño lago, iba pensando en todo lo sucedido aquel día.

Si ya le parecía raro que Tom saliese corriendo de esa forma por la mañana la marca roja en su cuello no solucionaba nada, es más, empeoraba la situación. Bill había estado decidido a dejarlo pasar y no centrarse en tonterías como esas pero un chupetón ajeno no era una simple tontería. Cuando Bill pensaba en el cuello de Tom siendo marcado por cualquier otra persona que no fuera él, su sangre comenzaba a hervir y su corazón a doler.

Era aún peor cuando se imaginaba a Tom besando unos labios ajenos o teniendo sexo con alguien más, alguien que a lo mejor lograba que Tom gimiese de placer aún más que con Bill. Imaginarse a aquel chico que tanto amaba diciéndole "te amo" a un rostro desconocido realmente hacía que creciese el peor sentimiento que Bill jamás pudo sentir.

Se sentía traicionado y destrozado aun si no sabía ciertamente si todo aquello era parte de la realidad o se quedarían en unos simples pensamientos creados por la loca cabeza de un novio celoso.

Bill tras atravesar el puente y salir del parque, se encaminó hacia su casa de una vez por todas. Repentinamente un sentimiento de culpa lo invadió, ¿y si estaba creando falsas afirmaciones sobre lo que había hecho Tom aquel día? Afirmar algo así sin tener muchas pruebas era malo ya que se hacía daño con algo que posiblemente no era real.

Su cabeza comenzó a doler y tuvo que apoyarse en la pared para no caer.

Cuando llegó a la casa se detuvo frente a la puerta e inspiró profundamente para después solatr el aire para así calmarse un poco. Cuando abrió la puerta y dejó las llevas en la entrada, se percató de que un enorme silencio reinaba en toda la casa. ¿Acaso Tom no se encontrada ahí? Eso pensó  al no escuchar absolutamente nada.

Siguió avanzando, algo nervioso, hasta el salón donde, en el sofá, pudo ver al pelirrojo tumbado y dormido. Bill lo observó unos segundos. Quería irse al dormitorio sin prestarle atención alguna pero al ver como éste se encogía en el sofá y tosía levemente, un sentimiento protector le invadió. La casa estaba algo fría y dormir destapado no era la mejor idea.

El peligris avanzó hasta la habitación dejando ahí su mochila y cogiendo una manta que había sobre la cama. Después volvió al salón y la colocó sobre el frío cuerpo de Tom, quien no movió ni un músculo y solamente siguió durmiendo. Bill iba a inclinarse para besar su mejilla pero de nuevo vio aquella marca roja en su cuello y se separó rodando los ojos y yendo hacia el dormitorio de nuevo, no sin antes prender la calefacción.

Esperó unos pocos minutos hasta que la casa ya parecía que iba teniendo un ambiente más cálido y comenzó a cambiarse de ropa. Se decidió por una sudadera holgada de Tom con solamente los bóxers y unos calcetines hasta las rodillas. Iba a cocinar por lo que le importaba que estuviera cómodo.

Salió de la habitación con la mirada fija en el teléfono y contestando al mensaje de Georg, quien quería ir el próximo día con él a una nueva tienda que habían abierto en el centro. Cuando llegó a la cocina se dispuso a sacar los ingredientes para preparar la comida. No era el mejor cocinero del mundo pero por lo menos era capaz de cocinar lo básico para sobrevivir.

daddy!'  I want to play!~toll Donde viven las historias. Descúbrelo ahora