"Believing in you"

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El sonido del tic tac del reloj rebotaba contra las paredes de la habitación y se mezclaba con el ruido de las gotas de lluvia impactando contra la ventana. La habitación era cálida pero Bill en ese momento lo menos que quería era calor ya que además de tener fiebre, estaba envuelto en la gruesa colcha.

—Agh... —se quejó mientras se destapaba un poco.

Abrió los ojos y sintió su cabeza doler y todo a su alrededor girar. Sentía su cuerpo pesado y casi le costaba respirar. Iba a levantarse, pero enseguida escuchó la puerta de la habitación y se giró inmediatamente hacia ella.

—¿Por qué te has destapado? —preguntó Georg preocupado y, dejando la bandeja que sostenía en una mesilla, fue hasta él para taparlo de nuevo.

—Tengo calor... —murmuró débilmente.

Intentó evitar que lo volviera a tapar pero como se encontraba muy débil, no pudo casi mover sus músculos y simplemente se rindió. Cuando Georg terminó de taparlo, comprobó su temperatura tocando su frente y se sorprendió al sentirla ardiendo.

—Dios... ardes aún más que antes —dijo en voz baja.

—Hmmm...

—¿Tomaste algo más anoche a parte de alcohol? —cuestionó yendo hasta la bandeja y acerándola a la cama.

—No lo sé... lo tengo muy borroso todo...

Bill giró en la cama y escondió su rostro en la almohada.

—Intenta recordarlo, por favor —le rogó Georg mientras abría el sobre del medicamento—. Si ingeriste algo desconocido, puede que esto sea parte de los efectos secundarios.

—Es una simple resaca Georgie, nada más...

—No Bill, no lo es —vació el contenido del sobre en un vaso con agua y comenzó a removerlo mientras se sentaba en la cama junto a su amigo—. Yo he tenido muchas resacas y ninguna me ha hecho estar como tú estás ahora mismo.

—A lo mejor mi cuerpo no pudo ingerir bien todo el alcohol que consumí y por eso ahora estoy muriéndome...

—Ya... levanta y tómate esto, mejorarás.

Bill miró de reojo el vaso y aunque quería decir que no, se dio la vuelta incorporándose sin rechistar y cogió el vaso comenzando a beber. Georg volvió a tocar su frente y negó con la cabeza.

—Si esta tarde no mejoras, vas a tener que ir al médico.

—Mmmmh...

Bill bebió todo el medicamento sin hacer caso a las palabras de Georg y cuando le dio el vaso, se volvió a acurrucar en la cama dejando solamente sus ojos descubiertos.

—¿No tenías calor?

—Ahora tengo frío.

—Tss...

Georg volvió a dejar el vaso en la bandeja y justo cuando iba a volver junto a Bill, el timbre de la puerta sonó. Se dirigió a ella rápidamente y nada más abrir se encontró con la imagen de Andreas mojado, con la mochila en un solo hombro y con una expresión algo enfadada.

—¿Se puede saber porqué te fuiste dos horas antes y me dejaste solo?

—Lo siento, Andre —se disculpó Georg reprimiendo las ganas de reír por ver a Andreas de esa manera. Éste entró en la casa y dejó la mochila a un lado mientras observaba a su alrededor buscando algo.

—¿Dónde está Bill?

—En la habitación pero será mejor que no...¡Andreas espera!

El mayor ya había salido corriendo hacia la habitación antes de que Georg acabase la frase. Bill se encontraba relajado pero de repente se sobresaltó al sentir como Andreas saltaba a su cama y se tumbaba junto a él envolviéndolo en sus brazos.

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