"Play with me"

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—¿Y qué tal tu ligue? —preguntó Tom entre risas mirando a su amigo a través de la pantalla del portátil y terminando de comer su tostada con mermelada.

Se encontraba tumbado con el portátil sobre su cama. Eran aún las once de la mañana y Tom había decidido hablar con el peliazul un rato antes de comer e irse al trabajo. Ese día iba a hablar con su jefe y quien sabe, puede que tuviera noticias sobre la empresa.

—Calla, sólo hemos hablado una vez sin contar la vez en la peluquería —habló Georg agachando la cabeza y escribiendo algo en una libreta.

—Han pasado ya dos días desde esa vez, ¿por qué vas tan lento?

—Tom, yo no soy como tú y no me tiro al primer tío que vea.

—Eh que ya no soy así, ahora sólo tengo ojos para Bill —dijo Tom sonriendo ganador al ver a Georg rodar los ojos.

—Si bueno... no dirás lo mismo cuando te encuentres con una rubia en una discoteca.

Georg cogió el móvil mientras miraba de reojo la pantalla del ordenador.

—¿Por qué pensáis todos que soy un infiel? Yo nunca engañaría a Billy —alardeó Tom firmemente.

—¡Me engañaste a mí! —espetó Georg dejando el móvil y mirándolo, viendo como éste pasaba su mano por su rubio pelo sin inmutarse.

—Eramos unos niños y sabías que esa relación no iba en serio, supéralo ya.

—Ahg, que te den.

Tom sonrió socarrón mientras Georg volvía de nuevo su vista a la pantalla de su móvil. Entonces la puerta de la habitación de Tom se abrió y Bill entró con algo de ropa en sus manos.

—¡Hola Georgie! —exclamó alegre yendo hacia su armario.

—¡Hey Billy! —le saludó Georg con una sonrisa, después miró su teléfono y suspiró cansado apoyando los codos en la mesa y su cabeza en la palma de su mano —. Ay no... ¿por qué me tiene que pasar todo a mí? —se lamentó haciendo un puchero.

—¿Qué pasa? —preguntó Tom sonriendo, aunque su vista realmente no estaba en Georg, sino en un lindo Bill de cabello gris y despeinado con sólo una camisa holgada larga y bóxers, que estaba ocupado colocando la ropa en la cómoda.

—Mi madre me ha mandado un mensaje.

—¿Te deprime que tu madre te hable? ¿tanto la odias? —preguntó Tom volviendo a mirar al peliazul.

—No idiota —Georg rodó los ojos —. Me ha dicho que mañana tengo que cuidar de mi primo.

—Ah vale, entonces entiendo porqué estás así —rió Tom.

—Pero es que a mí no me molesta cuidarlo, me molesta que mañana no pueda y no sé cómo decírselo a mi madre, no quiero decepcionarla porque le prometí que la ayudaría.

—¿Qué vas a hacer mañana? Si te pasas el día en casa como un puto vago.

—Mañana he quedado con Gustav, ¿vale? Y por la mañana iba a ir a comprarme algo de ropa así que no tengo tiempo para niños —dijo Georg algo avergonzado bajando la cabeza.

—Cómprate lencería, que seguro que le va a encantar cuando vayas a su casa en la noche.

Tom rió suavemente sentándose en la cama cruzando las piernas frente al portátil. Bill también rió inevitablemente mientras seguía colocando la ropa. Georg fulminó con la mirada al rubio y suspiró.

—¡A Billy le ha gustado la idea! —exclamó Tom mirando al peligris y recibiendo una sutil mirada junto a una suave sonrisa —. Si a tu mejor amigo le ha gustado debes hacerlo, es un hecho.

daddy!'  I want to play!~toll Donde viven las historias. Descúbrelo ahora