Dos personas, de dos diferentes mundos.
Una que solo anhelaba encontrar a su alma gemela, y otra la cual vivía tranquila con muchas metas en mente, sin imaginarse lo que el destino le tenía preparado.
Portada gracias a @cherrxdark de la editorial @...
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Con las piernas recogidas con sus brazos, las mejillas mojadas por las lágrimas, y la mirada perdida y lastimera, se encontraba Yoongi. Sentado en la esquina de aquella sala, incapaz de querer moverse de allí, independientemente de lo que escuchaba.
Jimin suspiraba cansado, mientras llevaba su cabello hacia atrás y miraba de reojo a Yoongi. Lo que había sucedido hace un momento fue más agotador que una competencia de atletismo.
¿Qué había pasado? Pues al llegar lo más rápido posible a su casa después de la desesperante llamada de Ryna, se encontró con una horrible escena. Yoongi tenía en sus temblorosas manos un cuchillo, gritando que lo dejaran salir.
Liam sin saber que más hacer y desesperado, había ido a buscar a Hoseok, su vecino y uno de sus mejores amigos, para que lo ayudara, ya que Ryna y él no sabían cómo proceder para que nadie saliera herido.
Hoseok trató de acercarse a Yoongi y quitar el cuchillo de sus manos, con el mayor cuidado posible, sin embargo, este solo gritaba y lloraba, sin querer bajar el arma blanca. Hoseok en otras ocasiones, hace rato hubiera solucionado esto, puesto que era un simple humano que no tenía la fuerza de él, pero no quería lastimarlo.
Jimin al fin había llegado, estresado y desesperado. Su beta había experimentado una montaña rusa de emociones al ver a su alma gemela de esa manera. La cara de Yoongi estaba roja y mojada debido al llanto, su cabello pegado a su frente por el sudor debido a la adrenalina del momento. Lo que más le asustaba obviamente era que pudiera hacerse daño él mismo, lo cual ya estaba pasando pues Yoongi tenía la palma de una de sus manos manchada de sangre.
Él no quería utilizar su voz de mando cada vez y cuando con su pareja, pero no tenía opción. Así que tuvo que gritarle muy serio para que este se doblegara. Tembloroso y asustado, Yoongi dejó caer el cuchillo, retrocediendo hacia una de las paredes, incapaz de seguir parado. Aquel grito le había calado en lo más profundo, paralizando su cuerpo.
Hoseok tomó el cuchillo rápidamente, observando la escena aún en shock. Jimin había tenido que inhalar y exhalar para controlar a su beta.
Ahora, habían pasado unos cuantos minutos después de todo ese estresante momento.
- Sé que ya lo había dicho Jimin, pero quiero disculparme otra vez. Todo esto fue mi culpa, por mi descuido... - le dijo Ryna, cabizbaja.
Jimin suspiró negando, y poniendo una mano en su hombro. - No, no Ryna, descuida. No te culpes por esto, yo no debí tardarme tanto, ni subestimar a Yoongi por ser un humano.
- Yo también quiero disculparme joven Park - mencionó Liam - No pensé que a su pareja se le ocurriría algo así.
Todo comenzó cuando Ryna le llevó el desayuno a Yoongi más que entusiasmada, acompañada de Liam quien le abrió la puerta. En la bandeja había un jugo, tostadas y un pedazo de queso, Liam no pensó que el poner un cuchillo y un tenedor, al lado del plato de queso, desembocaría en Yoongi tomando el cuchillo y empujándolos levemente, para salir corriendo y amenazarlos de que abrieran la puerta.
