—"Me están provocando que mate de nuevo" — Aileen Wuornos
—"Me gusta ver trabajar a los bomberos... es lindo ver como caen en el fuego" —Cayetano Santos Godino (El Petiso Orejudo)
***
Sentada en las ultimas mesas de la cafetería, mi mirada solo buscaba a un chico de cabellera blanca, alto y con la pinta de ser un cerebrito, y a la vez un chico popular. Una mano me a toco en el hombro, causando que me sobresaltara.
—Doctora Winters— saludo aquel chico con aquella voz aterciopelada.
—Creí que no vendrías— él chico solo se encogió de hombros, para luego retirar una silla y tomar asiento, frente a mi.
—¿Y cómo ha estado señorita Winters?— pregunto con cierto interés.
—Confundida, estoy segura que de una forma mis chicos me están volviendo loca— una sonrisa de lado se dibujo en su rostro. Se cruzo de brazos, escrutándome con mayor interés.
—Rosalie, eres una de las mejores psicólogas que he conocido, y me has evaluado durante meses, siguiendo mi caso, tratando de diagnosticar me—su risa fue lo único que parecía verdadero.
—Lo sé, Iain. Y has sido un paciente difícil— Iain, de pronto se quedo cayado y me di cuenta de que ya había hablado lo suficiente, el sin más ya no hablaría conmigo.
Iain, solo escuchaba con atención. Asintiendo siempre con la cabeza. Observando detenidamente a las demás personas que se encontraban a nuestro alrededor. Posando su mirada en cada uno de ellos, sonriendo amablemente. Iain, se recogió las mangas de su polera negra, recargando sus codos en la mesa, dejando ver su pálida piel, con cientas de cicatrices sin cerrar. Rojas y rosadas, con el borde hinchado por el corte resiente, dejando también a revelar unos de sus tatuajes.
En su muñeca, un rosario con tinta negra era notorio, solo había una cruz, más no un Cristo. En su mano derecha, casi la mitad del brazo, traía tatuado la forma en la cual se vería su piel abierta, sus huesos y ligamentos. Las venas y parte de su carne desgarrándose.
Iain, emitió una baja risa, seguí la dirección de su mirada y el observaba a una joven, sola, en una de las mesas de la cafetería, llorando. Iain bufo, y soltó un gruñido. El cabello de aquella chica le cubría la mayoría de su rostro, volviendo nuevamente la atención, a Iain, el bajo de sus mangas, gruñendo, su rostro se torno con cierta ira y desprecio. En aquel instante, me guardaría aquel gesto de Iain, en mi mente.
Sin decir nada, Iain se puso de pie, caminando a donde se encontraba aquella chica. Llevándose sus manos a los vaqueros, algo brillo en su mano. Tomando asiento frente aquella joven, Iain, comenzó hablar, por un instante titubeo, y dudo. Pero acto seguido, tomo del rostro de la barbilla de la joven, la observo un largo momento, y sonrió. Iain, me observo, y obligo a la joven, a voltear a verme. Yahel, llorando había sonreído al verme.
Iain, ahora tomo de sus muñecas, y con las yemas de sus dedos, la acaricio. Por un momento, todo se volvió borroso y lento. De pronto, algo brillante me atrajo de nuevo, Iain, había actuado con tal naturalidad, las muñecas de Yahel, sangraban. Y ella no hacia nada para parar la hemorragia que podría tener. Iain se puso de pie y sentí un alivio de inmediato. Pero Iain, había apretado su navaja en la garganta de Yahel, y con un rápido movimiento, le rebano la garganta. Colocando su dedo indice, atrapo una gota de sangre, la observo con fascinación, para después llevarse su dedo a la boca, saboreando de la sangre de Yahel.
Iain, tomo por ultimo el rostro de Yahel, para depositar un beso en la frente de la joven, cuando Iain la soltó, el cuerpo de Yahel, cayó sobre la mesa.
Mi joven paciente se acerco de nuevo a nuestra mesa, con una sonrisa en el rostro. Uno de mis chicos había asesinado a uno de mis pacientes. Iain, era un homicida. Y, Yahel una suicida, había juntado a dos personas en el peor momento. El diablo había acorralado a un angel.
Me levante de golpe, empapada de sudor. Eran las 3:45 am. Fue la primera vez, que soñaba con Iain e inclusive era la primera vez, a la cual le tenia miedo a uno de mis pacientes.
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IAIN
Mystery / ThrillerIain, un chico en estado de diagnostico mental a quedado a cargo de la Doctora Maria, quien sigue su caso para diagnosticar a su joven y desconocido paciente. La Doctora, recibe varias cartas en las que Iain, revela sus actos y episodios a Andrew...