— Estúpido Kacchan...No tenías por qué ser tan rudo, mira lo que hiciste.
Cierto pecoso se sacudía el polvo de su uniforme color negro de la secundaria mientras se acomodaba algunas partes de este que habían sido desacomodadas y arrugadas debido a la reciente intimidación que había sufrido por parte de Katsuki y su grupito de amigos. Cuándo termina de limpiarse lo mejor que puede y levanta su mochila amarilla que estaba tirada en el suelo de ese callejón, baja su mirada hacia su propia entrepierna, soltando un suspiro al notar su erección que tensaba sus pantalones. "¿Por qué tenías que lucir tan bien? Rayos".
Sacude su cabeza, intentando apartar esos pensamientos de su mente, sabía que si comenzaba a fantasear con ese rubio cenizo, después no podría detenerse. Decide comenzar a caminar hacia la salida del callejón mientras acomodaba la mochila en su espalda y sujetaba con fuerza las correas, tanto que sus nudillos se habían puesto blancos.
Mientras seguía caminando no puede evitar recordar la brutalidad de esa sesión de intimidación, y aunque era bueno para fingir que estaba intimidado, en realidad durante todo ese tiempo sólo hubiese querido lanzarse sobre el oji rubí y devorarlo, esos ojos ardientes cómo las llamas del infierno y esa expresión altanera lo tenían vuelto completamente loco, traga saliva, recordando esa expresión fogosa en el rostro de Kacchan mientras lo tenía sujeto del cuello de su camisa "Dios no, debo dejar de pensar en eso". Se le hacía agua la boca, sinceramente no recordaba el momento exacto en que había desarrollado tan intensamente esta adicción a ese rubio de ojos rojizos, pensaba en él día y noche, en su voz, su cuerpo al moverse, su manera de caminar, de escribir, de gritar, de golpear. En realidad cada vez que era intimidado por Kacchan, no podía evitar disfrutarlo y empleaba toda su fuerza de voluntad para no excitarse más de la cuenta, sabía que no sería nada bueno si era descubierto, no quería que Kacchan terminase por alejarse de él.
Ese solo pensamiento hace que muerda su propio labio inferior con tal fuerza que se abre una ligera herida, sintiendo el característico sabor metálico de la sangre recorrer sus papilas gustativas, suelta otro suspiro mientras se muerde un poco sus ya maltratadas uñas. Tenía que pensar en algo más y rápido, tenía esa ansiosa tendencia a pensar excesivamente en algo, una y otra vez. Sus pasos avanzaban uno delante del otro, hasta que se termina deteniendo frente una vitrina, no sabría explicar el por qué, quizás sólo fue una corazonada o el simple deseo de distraerse.
Presta más atención al local, era una tienda de antigüedades, desde fuera todo lucía muy interesante, había desde juegos de porcelana, relojes antiguos, libros, plumas, estatuas y demás, pero algo en particular termina por llamar su atención; era un libro de tamaño compacto, su cubierta de cuero oscuro le pareció bastante peculiar, se veía antigua pero bastante bien preservada, atraído por esta curiosidad, el peliverde ingresa a la tienda haciendo sonar una campanita al cruzar por la puerta. La compra fue rápida, la libreta no resultó ser demasiado costosa, lo cuál le sorprendió, aunque si era sincero se sentía nervioso en ese lugar, una constante sensación de estar siendo observado lo abordaba, al pagar en la caja decide hacerlo rápidamente aunque sin perder su usual cordialidad, el vendedor era un hombre anciano, algo peculiar podría decirse, el pecoso no pudo dejar de observar esa extraña sonrisa de satisfacción en el adulto mayor una vez le había vendido el libro, era algo escalofriante, pero bueno, era sólo un ancianito, quizás simplemente estaba paranoico por lo que había pasado hace rato.
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「 Especial Halloween: Quirks de pesadilla 」| Bakudeku |
FanficRelatos de One-shots envueltos cómo una sorpresa para pasar este Halloween. Tal y cómo un caramelo misterioso, del cuál no sabes su sabor hasta que lo pruebas ¿Te encontrarás con una historia dulce cómo la miel? ¿Ácida cómo el limón? ¿O amarga cómo...