Amor de locos

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La Última Noche en el Orfanato"**

**Escena 1: El Anuncio**

Larisa estaba sentada en su cama, sus manos nerviosas retorcían las sábanas. El jefe del orfanato, un hombre corpulento llamado Don Elián, había llamado a su oficina. Al salir, su rostro era de emoción y expectativa.

"Miriam, ¡debes escuchar esto!" exclamó Larisa, corriendo hacia su amiga, que estaba en la sala de recreo, mirando por la ventana.

"¿Qué pasó?", preguntó Miriam, girándose con curiosidad. "¿Te llevó a su oficina?"

"Sí, ¡me dijo que mañana me llevarán a otro lugar! Dicen que tendré la oportunidad de estudiar y salir adelante. ¡Es mi gran oportunidad!" Larisa sonreía con tanta alegría que sus ojos brillaban.

"¡Qué bien! Felicitaciones, Larisa, eso es maravilloso", replicó Miriam, forzando una sonrisa mientras su corazón se hacía más pesado. "Pero... ¿qué pasará con nosotras?"

**Escena 2: La Conversación Entre Amigas**

Larisa vio la sombra de preocupación en el rostro de su amiga y se acercó. "Miriam, tenemos que pensar en lo bueno. Si me voy a otro lugar, tal vez pueda venir a visitar. ¡Podemos mantenernos en contacto!", sugirió optimista.

"Lo sé, pero esta es nuestra última noche aquí juntas... desde que éramos pequeñas, hemos sido inseparables", dijo Miriam con la voz trémula. "¿Y si no volvemos a vernos?"

Larisa tomó las manos de Miriam y las apretó con fuerza. "Siempre serás mi mejor amiga. Prometemos no olvidar las promesas que hicimos cuando éramos pequeñas, ¿recuerdas? 'Siempre juntas, pase lo que pase'", dijo, tratando de infundir ánimos.

"Sí... siempre juntas", respondió Miriam, uniendo sus frentes en un gesto de amistad sincera. "No quiero que te vayas, Larisa. Lo que siento ahora es una mezcla de felicidad y tristeza."

"Tú siempre serás parte de mí. Te prometo que voy a luchar por un futuro mejor. No te olvides de mí, ¿sí?" Larisa sonrió, tratando de mantener la luz en su voz.

**Escena 3: La Revelación de la Verdad**

Las horas pasaron rápidamente, y Larisa estaba imaginando su futuro. Esa noche, mientras compartían una última cena en la cocina del orfanato, Larisa observó a los otros niños y sintió una punzada de nostalgia. "Miriam... ¿crees que todo va a estar bien? Estoy tan emocionada, pero también nerviosa", confesó mientras recogía sus platos.

"No sé, Larisa. Tengo miedo de que Don Elián no sea quien dice ser. He escuchado rumores sobre él... cosas feas", dijo Miriam en voz baja, mirando a su alrededor.

"¿Rumores? ¿De qué estás hablando?" Larisa frunció el ceño.

"Dicen que algunos niños nunca regresan, que se los lleva a un lugar oscuro y nunca se vuelven a ver", dijo Miriam, su voz apenas un susurro.

"Eso no puede ser cierto. No te preocupes por eso. Mañana será tu nueva vida", trató de calmarla Larisa, pero una duda creciente comenzó a asomarse en su mente.

**Escena 4: La Última Noche**

La noche se llenó de confesiones. Ambas chicas recordaron su vida en el orfanato, las risas y los juegos en el jardín, pero también las noches frías que pasaron solas.

"Te quiero, Larisa. Siempre seré tu amiga, sin importar la distancia", afirmó Miriam con lágrimas en los ojos.

"Y yo a ti, Miriam. Siempre estaré contigo en espíritu. No importa lo que pase", contestó Larisa, abrazándola con fuerza.

**Escena 5: El Dilema**

A la mañana siguiente, Larisa se despertó llena de emoción, lista para su nuevo comienzo. Pero Miriam no podía quitarse del lado la inquietud que había sembrado durante la noche.

Mientras se preparaban, el sonido del automóvil de Don Elián resonó afuera. "Es tiempo, debo irme", dijo Larisa, su voz llena de esperanza.

"Miriam, por favor, cuídate. Prométeme que no dejarás de luchar", suplicó Larisa, apoyando su mano sobre el hombro de su amiga.

"Y tú, Larisa... si algo no se siente bien, recuerda que siempre puedes volver. Escucha tu corazón", respondió Miriam, sintiendo que se le quebraba la voz.

**Escena 6: La Despedida y el Descubrimiento**

Justo cuando Larisa iba a salir, Miriam tomó su mano. "Espera... tengo un mal presentimiento sobre esto. ¿Y si Don Elián no es quien dice ser?"

"Lo descubriré, siempre te lo prometo", dijo Larisa con una sonrisa nerviosa. Apenas cerró la puerta, Miriam sintió una determinación creciente.

Decidió seguirla sin ser vista, sintiendo que era su deber cuidar de Larisa. A medida que avanzaban hacia el automóvil, un susurro la llevó a cambiar de parecer. "No puedo dejar que esto pase sin hacer algo".

**Escena 7: El Clímax**

Miriam se apresuró hacia la esquina de la puerta y, ocultándose detrás de un árbol, escuchó la conversación entre Don Elián y sus acompañantes. "Necesitamos varias niñas para el trato. Mañana mismo, se las llevarán a otro lugar donde nadie volverá a verlas", dijo el hombre.

Helada, Miriam se dio cuenta de que la vida que había imaginado para Larisa se convertiría en una pesadilla. Sin pensarlo dos veces, salió de su escondite y gritó: "¡Larisa! ¡No subas! ¡Es una trampa!"

**Escena 8: La Decisión Final**

Larisa se volvió y, viendo la angustia en el rostro de su amiga, corrió hacia ella. "¿Qué haces aquí, Miriam? ¡Debes irte!", gritó Larisa.

"No, yo no te dejaré", dijo Miriam con determinación. "Esto no es lo que parece. He escuchado lo que dijo Don Elián."

Ambas chicas se unieron en un abrazo, con la realidad azotándolas. "Eres mi hermana, y no te dejaré ir".

**Escena 9: La Huida**

Tomadas de la mano, las dos amigas corrieron hacia la entrada del orfanato, decididas a escapar. Sin mirar atrás, sabían que tenían que buscar la libertad juntas, sin importar los peligros que les esperaran. Fue un momento decisivo donde su lazo se había vuelto indestructible.

La vida que las había mantenido separadas de su libertad ahora las había unido más que nunca en la lucha por un futuro en el que ambas pudiesen ser libres. En el amanecer de un nuevo día, mientras deambulaban por la ciudades desconocida, sus corazones latían al unísono, y estaban listas para enfrentar lo que viniese, juntas, como siempre prometieron ser.

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