El Ultimátum de Don Elián"**
Los hombres que habían estado persiguiendo a Miriam y Larisa regresaron con rapidez al orfanato de Don Elián, el dueño de la organización que se escondía en las sombras. Marcos, un hombre de porte imponente y mirada afilada, esperaba quieto en su oficina. La tensión era palpable en el aire.
“¿Qué pasó? ¡¿Dónde están las chicas?!” exigió Don Elián, su voz fuerte resonando con descontento.
“Lo sentimos, jefe. Nos escaparon,” dijo Miguel, tratando de mantener la calma, aunque su corazón latía con fuerza. “Las chicas corrieron hacia el callejón y nos adelantaron. No sabíamos hacia dónde fueron”.
“¿Escaparon?” Don Elián lo miró con incredulidad, su furia comenzando a bullir. “¡No me digas que tan fácilmente se evaden!”.
“Sabemos que no irán muy lejos, jefe,” agregó Ramón, aparcando nerviosismo en su voz. “No tienen a dónde ir. Están solas en esta ciudad”.
“Eso es lo que piensan”, musitó Don Elián, rascándose el mentón pensativo. “Son solo un par de chicas perdidas. Pero si no las recuperamos rápidamente, esto se puede complicar”.
Marcos, que había estado observando en silencio, se acercó. “Escucha, Elián. Si no traes a esas chicas de vuelta, serán tú y estos hombres quienes paguen las consecuencias. No puedo tener esta clase de fallos en mi negocio”.
Don Elián palpaba nerviosamente la mesa, sintiendo cada palabra de Marcos como un latigazo. “No te preocupes por mí. Las lograremos recuperar. Necesitamos más hombres en la calle. Mobiliza a todos. Quiero esas chicas de vuelta antes de que el sol se ponga”.
“Y si no lo hacemos pronto, estarás buscando otras chicas muy pronto, porque dudo que te quedes mucho tiempo”, amenazó Marcos, su voz grave llena de advertencia.
“¡Entendido!” dijo Miguel, sintiendo la presión aplastante. “Nos aseguraremos de que no se les escape otra vez”.
“Esto es inaceptable. No puedo permite que esto afecte mi reputación,” insistió Don Elián, el enojo aflorando en su voz. “Asegúrate de prepárate para las demás chicas, solo por si acaso”.
Con ese ultimátum, Miguel y Ramón salieron rápidamente de la oficina, sabiendo que cada momento contaba. Mientras se alejaban, Miguel murmuró: “Esto es un desastre. ¿Qué vamos a hacer?”.
“Dame unos minutos para pensar. Vamos a hacerlo bien esta vez, y de una vez por todas traerlas de vuelta. No podemos permitirnos fracasar de nuevo,” respondió Ramón, apretando los dientes.
Mientras tanto, en las calles, Miriam y Larisa se alejaban sin saber el peligro inminente que acechaba. Las chicas sentían la adrenalina de la fuga, pero también la sombra oscura que provenía de aquellos que las perseguían.
El tiempo se les estaba acabando, y la amenaza de Don Elián colgaba como una nube negra sobre todo. Los giros del destino pronto revelarían la verdad de su situación, mientras las carreras por sus vidas se intensificaban en las sombras de la ciudad.
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Amor de locos
RomanceEn un orfanato, dos amigas, Miriam y Larisa, descubren un oscuro secreto sobre el tráfico de personas que se lleva a cabo bajo el disfraz de un refugio para jóvenes. Temiendo por sus vidas, las chicas deciden escapar y, en su huida, se cruzan con To...