Amor de locos

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En una esquina oscura de la ciudad, Miriam y Larisa se acurrucaban juntas, tratando de mantenerse calientes. El aire era frío y el lugar estaba lleno de ratas que correteaban a su alrededor.

**Miriam** (mirando a su alrededor) Oye, Larisa, no sé cuánto más puedo soportar aquí. Este lugar apesta.

**Larisa (encogiendo los hombros) Lo sé. Pero, ¿dónde más vamos a ir? No tenemos a nadie.

A veces pienso que deberíamos intentar salir de la ciudad. Buscar un lugar mejor.

Pero, ¿y si no encontramos nada? ¿Y si terminamos peor?

En ese momento, una mujer se acercó a ellas. Llevaba una bufanda colorida y una bolsa de papel en la mano.

(sonriendo amablemente) Hola, chicas. ¿Tienen hambre?

**Miriam (mirando la bolsa con curiosidad) No... bueno, sí. Pero no podemos aceptar nada de extraños.

**Larisa (susurrando a Miriam) Tal vez deberíamos...

La mujer sacó un sándwich envuelto en papel y lo ofreció.

No soy una extraña. Solo quiero ayudar. Aquí, tómalo.

Miriam dudó un momento, pero finalmente tomó el sándwich con manos temblorosas.

Gracias... no sé qué decir.

**Larisa (con desconfianza) ¿Por qué haces esto?

Porque todos merecen un poco de bondad. A veces, un pequeño gesto puede cambiar el día de alguien.

**Miriam (masticando lentamente) ¿Y tú? ¿No tienes prisa?

No, tengo tiempo. Me gusta ayudar cuando puedo. ¿Por qué están aquí en lugar de buscar ayuda?

Larisa intercambió miradas con Miriam antes de responder.

No sabemos dónde ir. Nos perdimos hace tiempo.

Entiendo. Pero hay refugios y organizaciones que pueden ayudarles. No tienen que quedarse aquí si no quieren.

¿De verdad? Nunca hemos pensado en eso...

¿Y cómo sabemos que podemos confiar en ti?

La mujer sonrió suavemente.

La confianza se gana con el tiempo, pero pueden empezar por dar el primer paso. Si quieren hablar más sobre esto, puedo ayudarles a encontrar un refugio.

Las chicas se miraron nuevamente, sintiendo una mezcla de esperanza y miedo ante lo desconocido.

Quizás deberíamos intentarlo...

Sí... tal vez sea hora de buscar otra opción.

La mujer sonrió al ver que estaban abiertas a la idea.

Bien. Pueden contar conmigo para guiarlas. Hay un lugar cerca donde pueden estar seguras y recibir ayuda.

Con un nuevo sentido de dirección, Miriam y Larisa se levantaron del suelo sucio, listas para dar el primer paso hacia algo mejor.

Miriam y Larisa seguían a la mujer por callejones oscuros, su corazón latía con fuerza mientras esperaban encontrar un refugio. Sin embargo, al llegar a un antiguo edificio abandonado, se dieron cuenta de que algo no estaba bien.

**Miriam (mirando a su alrededor) ¿Dónde está el refugio? Este lugar parece desierto...

No me gusta esto. ¿Y si nos ha llevado a un lugar peligroso?

De repente, la mujer se dio la vuelta, una sonrisa siniestra en su rostro.

Lo siento, chicas. No hay refugio aquí. Solo una pequeña trampa.

¿Qué? ¡No puede ser!

En ese momento, varios hombres emergieron de las sombras, bloqueando todas las salidas. Miriam y Larisa intercambiaron miradas de pánico.

**Larisa (gritando) ¡Corre, Miriam!

Las chicas comenzaron a correr hacia la única salida que parecía viable. Los hombres las perseguían rápidamente, riendo mientras se acercaban.

**Miriam (jadeando) ¡Nunca debimos confiar en ella !

¡No mires! Solo corre más rápido.

Ambas giraron en una esquina y se encontraron en un callejón sin salida. Miraron desesperadamente a su alrededor hasta que vieron una puerta entreabierta.

¡Ahí! ¡Vamos!

Entraron corriendo y cerraron la puerta tras de sí. El lugar era oscuro y polvoriento, pero al menos estaban a salvo por un momento.

¿Qué hacemos ahora?

**Miriam (temblando) No sé... pero no podemos quedarnos aquí mucho tiempo. Esos hombres no se rendirán fácilmente.

Justo entonces, comenzaron a escuchar ruidos afuera: voces masculinas burlonas y pasos pesados acercándose.

**Hombre 1 ¡No pueden esconderse para siempre!

**Hombre 2 ¡Las encontraremos!

Necesitamos salir de aquí... pero ¿cómo?

Miriam buscó frenéticamente en la habitación y encontró una ventana pequeña al fondo.

¡Mira! Tal vez podamos salir por ahí.

Las chicas se acercaron a la ventana y empujaron con fuerza. Era estrecha, pero podían pasar si se apuraban. Miriam fue primero, mientras Larisa empujaba con todas sus fuerzas.

**Larisa (con voz temblorosa) ¡Vamos, Miriam! ¡Rápido!

Una vez fuera, Miriam cayó al suelo con un golpe sordo. Larisa logró salir justo antes de que los hombres abrieran la puerta del edificio.

**Larisa:** mirando hacia atrás ¡Apúrate!

Ambas corrieron por las calles oscuras, sintiendo cómo el miedo las impulsaba a seguir adelante. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, llegaron a un parque desierto.

No puedo creer que hayamos escapado...

Pero no podemos quedarnos aquí... ¿y si nos encuentran?

Se sentaron en un banco desgastado, tratando de recuperar el aliento.

**Miriam (con determinación) Nunca más volveré a confiar en nadie. Nos han traicionado demasiado.

Sí... solo nos tenemos a nosotras mismas. Prometamos que no dejaremos que nadie más nos engañe.

Ambas levantaron sus manos y se dieron un fuerte apretón de manos.

**Miriam y Larisa juntas:** ¡Nunca más!

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⏰ Última actualización: Oct 20 ⏰

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