Si podía describir su estado de ánimo actual sería harta, desde que llegó a National City asumiendo la dirección de la empresa familiar, había intentado limpiar su apellido, crear un nuevo legado lejos de los oscuros planes que tenían tanto su madre como su hermano con destruir a los alienígenas.
Su amistad con Supergirl, posteriormente con Kara Danvers, su alter ego sin dudas le había dado aún más fijación del público por descubrir sus más oscuros secretos, y los enemigos que se ganó no hicieron más que aumentar. Por lo que confiar en las personas se había hecho un acto prácticamente imposible, tantos atentados, intentos de asesinato colmaron su paciencia increíblemente, pero no daría marcha atrás con ninguno de sus planes, ella quería una mejor vida para los ciudadanos indistintamente si eran humanos o seres de otros planetas.
Claramente fue incriminada en más de una ocasión por sus actividades en el laboratorio, el DEO junto a Supergirl y sus amigos intentaron ayudar lo mejor que podían, pero a pesar de que las pruebas eran solidas fue llevada a juicio por la alcaldía y la necesidad de un abogado se hizo más que necesaria, pues para ser honesta no confiaba en los que tenía en su empresa, de lo contrario no estaría metida en estos aprietos.
Así que Sam, su mejor amiga, se encargó de hablar con una joven que conoció en Metrópolis para saber si podía representarla, por lo que tuvo que despejar varias reuniones de su agenda para presentarse en el café que acordaron para una reunión un poco informal antes de decidir si quería que fuera su abogada o no. Tuvo que soportar a cientos de paparazzi intentando averiguar quién sería su próxima cita, porque al parecer todos estaban interesados en conocer a la persona que se metía entre sus piernas o que ella se metía.
¿A quién le importaba? Su estado sentimental jamás había sido bueno, intentó tener algo con James, claramente no había funcionado, y aunque durante un tiempo pensó que podía amar a Kara, su amistad era demasiado grande cómo para confundirse con algo romántico. Y desde que su ex novio filtró en la revista que ella misma había confesado que le gustaban las mujeres, se había convertido prácticamente en la empresaria más codiciada por las lectoras femeninas de la ciudad.
- Siento mucho llegar tarde – Lena dejó su monologo interno para levantar la mirada sintiendo cómo el aire se escapaba de sus pulmones – soy Inari Holmen
- Lena Luthor – estrechó su mano sintiendo una corriente recorrerle el cuerpo – puedo preguntar ¿Por qué la demora?
- Mi avión se retrasó – suspiró tomando asiento frente a ella – me hubiera gustado salir con más anticipación, pero Sam me confirmó la cita hace unas horas realmente
- Voy a golpearla – negó mirándola – le mencioné de esto hace una semana
- Realmente lo mencionó – se rio un poco – pero mi trabajo en Metrópolis me tuvo ocupada hasta el último momento, Sam se comprometió en sacarme los boletos y aquí estamos
- Nuevamente gracias por aceptar reunirte conmigo, con tu agenda ocupada y todo – asintió mirándola - ¿café?
- Por favor, necesito un poco de cafeína en lo que conversamos la mejor forma de abordar tu situación
Estuvieron charlando aproximadamente por 3 horas sin darse cuenta, un café se convirtió en un almuerzo, donde el primer momento se encargaron de conversar sobre el caso, tomando la mejor decisión de abordarlo con calma, ella era inocente por lo que un enfoque más brusco podría generar controversias. Pero el resto del tiempo se habían sentido tan cómodas con la otra, que simplemente conversaron sobre la vida...hasta que Lena fue llamada por su secretaria informándole que tenía una cita pendiente.
- Me gustaría continuar, pero de verdad tengo que irme – la pelinegra se levantó luego de pagar por todo - ¿podemos reunirnos nuevamente?
- Por supuesto, señorita Luthor – asintió levantándose también – este es mi número – le entregó una tarjeta – voy a estar hospedándome en el hotel a unas calles de L –Corp