El laboratorio de Miami comandado por Horatio había enfrentado y perseguido durante años al cartel de los de la noche, siempre que estaban a punto de atraparlos o terminar con estos, encontraban la manera de liberarse de la situación.
Calleigh estaba completamente fastidiada por tener todas las pruebas necesarias de balística, crímenes, pero jamás podían encontrar pruebas fehacientes para por fin meterlos en prisión a todos y no solo a los eslabones más débiles.
Durante una noche de tragos con el equipo había visto a una pelinegra entrar al lugar con una confianza que todos se giraron para verla como si fuera la dueña del lugar, aunque estaba dudosa acerca de acercarse a saluda y quizás conseguir una noche juntas no tuvo que pensarlo demasiado pues la chica ya estaba frente a ella.
- Hola rubia – su sonrisa y sus ojos perfectamente delineados la atraparon - ¿puedo invitarte un trago?
- Me encantaría – se levantó después de asentir a sus compañeros – soy Calleigh, por cierto
- Kara - tomó su mano guiándola hacia otro lado del bar
Un par de tragos después quedaron completamente atrapadas en una pelea de besos por el control que terminó ganando la pelinegra y terminaron en el departamento de la policía arrancándose la ropa, teniendo relaciones hasta que el sol estaba saliendo.
Cuando Calleigh se despertó se encontró en su cama completamente desnuda y sola, al girarse notó una pequeña nota en la almohada que había ocupado la pelinegra..." Gracias por lo de anoche, agente Duquesne. Espero que nos encontremos de nuevo, Kara". No podía creer que fuera cierto, había compartido y conectado increíblemente con esa mujer, pero su suerte no estaba de su lado pues había desaparecido tan rápido como había llegado a su vida y no estaba tan segura de que la volvería a verla.
Al entrar al laboratorio sintió la mirada de Horatio antes de que le comentaran que tenían pistas más certeras de los del cartel, por lo que se armaron para salir hasta una gran mansión cerca de la playa entrando con los miembros de S.W.A.T, pidiendo a todos los presentes que levantaran las manos.
La rubia miró intentando enmascarar su sorpresa de ver a la pelinegra allí con un precioso traje femenino, un café en su mano y sus ojos igual de expresivos también sorprendida de verlos allí. El resto de los presentes levantaron sus manos intentando descubrir porque la policía había entrado allí.
- Disculpe, agente – la pelinegra le sonrió al jefe – podría decirme ¿Qué hacen en mi casa?
- Tenemos pistas de que aquí están realizándose actos ilícitos de algunos miembros del cartel de la noche – el rubio asintió - ¿Usted es?
- Kara Knight, supongo que está buscando a mi padre – suspiró – lamento decirlo, pero él no está aquí
- ¿Eres hija del líder de los de la noche? – Calleigh no pudo evitar su sorpresa –
- Siento mucho todo esto – respiro hondo – pueden revisar la casa, llegue ayer a la ciudad
Luego de que revisaron todo con permiso de la pelinegra, encontraron varios kilos de droga por lo que no tuvieron más alternativa que detener a todos los presentes incluida la chica. Calleigh estaba completamente furiosa por haberse acostado con al parecer la dueña de todo lo que estaban intentando destruir, así que simplemente ignoró su presencia negándose rotundamente a interrogarla.
Un par de horas después tuvieron que dejarla ir pues los registros indicaban que había estado en DC y no allí mientras realizaban los actos ilícitos, a pesar de que Kara quiso hablar con la rubia, no pudo obtener nada de esta por las circunstancias y el parentesco.