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Aquellos dos chicos se encontraban en el restaurante de Linda Susan, hablando con tranquilidad...
Ir a ese lugar fue idea del castaño, siendo quien pagaría la mayoría de cosas en aquella salida. El no parecía tener problemas con ello, ni uno en lo absoluto.

Gideon debe admitirlo, el nunca piso este tipo de restaurantes antes... El era más de los elegantes o caros, incluso privados, pero era conciente que de un chico "común" como Dipper no podria llevarlo a algún lugar asi... Pero tampoco parecía importarle aquello del todo, al menos no mucho.

El lugar no era el mejor, había un aire algo caliente por la freidora de panqueques, además que la música que tocaban allí no era de su agrado... Se sentía raro, tal vez era por lo acostumbrado que en el pasado estaba con los restaurantes de lujo, donde el era VIP... Sentía que no pertenecía ahí, pero no se quería quejar, no tomando en cuenta las molestias que se tomaba Dipper en esta tarde.

–Oye, ¿Todo bien?– Pregunto el castaño, sacando de sus pensamientos privados al albino.

–N-nada... Solo que... Ja... Nunca vine aquí antes... Ni a ningún restaurante de este tipo... Se siente raro..– Respondió, jugando con un tenedor algo nervioso, esperando que su interés amoroso no se tomará ese comentario a mal... Y por suerte, no lo tomó personal.

–Me lo imaginaba, aunque te aseguro que comer panqueques es mejor que comer una langosta viva que se te escapa del plato a cada mordisco– Mientras hablaba, el mayor agarraría un pedazo de pan que había en la mesa, sumirgiendolo en mostaza... Eso tomo de sorpresa al menor.

–Wow, ¿Esa combinación existe?–

–No creo, pero este tipo de lugares hacen estás combinaciones posibles si lo deseás–

El menor se quedó callado, analizando un poco lo que planteó el mayor... Mezclar cosas así era un poco asqueroso si lo pensaba, pero vaya que lo llenaba de curiosidad.

–... Buenoooooo... Ehm...– Agarraría un pedazo de pan pequeñito, mirando el pequeño tazón de ketchup que había en la mesa, tentando con el pan en hacer lo mismo que su compañero hizo –... No me va a dar algo, ¿Verdad?– Preguntó, sumirgiendo el pan ligeramente en el tazón, acercando después aquel pan a su boca mientras esperaba la respuesta del mayor.

–No creo–

–... Hm...– Con algo de inseguridad miraría el pedacito de pan, pensando en si hacer aquella locura o no, para al final tomar la confianza para probar aquella mezcla que hizo...

No sabía tan mal, tampoco perfecto, pero si curioso.

–... Ja, ya me pegaste esto– Diría, agarrando otro pedazo del pan para hacer lo mismo, solo que con más ketchup.

El mayor solamente rió un poco –Bueno, siempre está bien probar cosas nuevas–

Estarían comiendo algo del pan mientras esperaban su orden... Lo cual llevo todo el pan de la mesa, cosa que en su defensa, fue poco pan el que había.
Al llegar la orden simplemente comerían en silencio, cruzando miradas de vez en cuando, pero no diciendo mucho...

Esos momentos de silencio solían gustarle a ambos, tal vez por la adrenalina que se sentía o los escalofríos que se sentía por la costilla... Aunque seguramente era más por la sensación de romance que dejaba, haciendo latir sus corazones rápido y fuerte, calentar sus mejillas y sudar un poco...

¿Eran raros por disfrutar eso? Si.
¿Les importaba? No.

... Aunque era necesario romper el hielo en algún momento, tristemente.

–... Oye, gracias por aceptar la salida, tenía miedo que dijeras que no si soy sincero...– Exclamaria el castaño mientras comía un pedazo de sus panqueques, cuales estaban cubiertos de miel.

–Mejor dicho, gracias tu por invitarme... Siempre fui el que invitaba y estar en el otro lugar se siente... Bien... Masporqueesatuladoobviamente– Diría lo último rápido y bajo, aunque sería fácilmente escuchado por su contrarió, quien solo sonrió dulcemente.

–No te molestes, se que... Bueno... Mereces más pero... Prometo llevarte a otro lugar mucho mejor la próxima vez... Siquieresquehayaotravezporsupuesto–

–¡Me encantar...! D-digo, s-si, estaría divertido... Me gusta pasar tiempo contigo...–

Después de aquella pequeña conversación, ambos volverían a sus paltos y aquel silencio que amaban... Sintiéndose tan bien...

Al terminar de comer y de pagar la cuenta, Dipper se tomaría la molestia de acompañar a Gideon a su casa, no solo para asegurarse de que volviera sano, si no también para pasar mas tiempo juntos.

–Gracias por la salida Dipper, me divertí...– Los dos se tomaban de ambas manos, de forma suave y cálida, dando a entender que aunque debían separarse en algun momento... No lo deseaban.

–Nuevamente lo digo, gracias a ti por aceptar...–

Se quedaron viendo a los ojos por un buen rato, sonriendo como unos tortolitos de primera... Durarían mucho tiempo así, hasta que se dieran cuenta de que era hora de separarse...

... Pero no sin antes de que el castaño le diera un beso en la mejilla al albino, antes de despedirse...

–¡Te veo mañana!–

–...–

El de apellido Gleeful estaba congelado, con sus mejillas hirviendo y temblando un poco... El beso parecía haberse instalando en su mejilla, pues todavía sentía los labios del de apellido "Pines" presionados sobre su suave piel...

Apenas y pudo dar unos pasos firmes a la puerta, pero tan pronto como la abrió y entró se tiro de rodillas al piso, para después, soltar un ligero chillido de felicidad seguido de risas.

–¡MEBESOMEBESOMEBESO! ¡¡NOMELOCREOMEBESO!!–

Otra vez era suertudo de que su papá no lo haya oído, pero en ese momento ni se preocupaba por ello.

Solamente estaba emocionado, embobado.

Dipper lo beso... Bueno, en la mejilla, pero un beso era un beso sea donde sea.

Mabel's Brother... is pretty... | DipeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora