Febrero de 2004.
El frío metal de las esposas muerde mi piel, pero yo apenas lo noto. Camino con la cabeza en alto, acompañada por dos oficiales, cada una sosteniendo uno de mis brazos, pero es más una formalidad que una necesidad. No lucho. No grito. Sólo camino en silencio, con la misma calma que me ha caracterizado durante años, incluso cuando todo a mi alrededor se ha derrumbado.
La prisión de máxima seguridad es exactamente lo que me esperaba: gris, monótona, llena de almas derrotadas. Pero yo no soy una de ellas. Mis pasos son firmes, y mi expresión, como siempre, relajada.
No estoy aquí porque me atraparon por lo que pasó en Woodsboro. No, eso fue hace siete años. Esa parte de mi historia ya quedó enterrada y forma parte de un buen recuerdo.
Estoy aquí por algo mucho más reciente, algo personal. Y lo más irónico de todo es que no estoy enojada por lo que hice. No lo estaría nunca. Lo único que realmente me irrita, lo que hace que mis músculos se tensen bajo estas esposas, es que esta vez me atraparon.
Yo, que siempre había salido impune, que siempre había burlado al sistema... Ahora estoy aquí, escoltada como si fuera cualquier criminal común.
Mi mente está calmada, pero mi cuerpo... No tanto.
Un malestar comienza a crecer en mi estómago, lento al principio, como una molestia que podría ignorar. Pero rápidamente se intensifica. Frunzo el ceño y, por un momento, dudo.
Algo está mal.
—Me siento mal.— Digo en voz alta, notando cómo el dolor se va expandiendo.
Las dos policías intercambian una mirada y una de ellas deja escapar una risa seca.
—Claro, Ambrose, eso dicen todos cuando no quieren ir a sus celdas.— Responde la otra, rodando los ojos.
Mi estómago se revuelve de nuevo, esta vez más fuerte. Siento náuseas subiendo por mi garganta y ahora la molestia es innegable.
—Dije que me siento mal, idiotas, ¡Voy a vomitar!— Gruño, comenzando a perder la paciencia.
Trato de doblar mi cuerpo sobre mí misma, pero las esposas no me lo permiten.
Las policías me ignoran al principio, caminando más rápido para llevarme hasta mi celda. Pero cuando me doblo de dolor y las náuseas se intensifican, insisto, empujando con los pies, tambaleándome en su agarre.
—¡No estoy bromeando!— Grito esta vez, el asco transformándose en ira.
Las nauseas se mezclan con mi furia y empiezo a insultarlas. Las policías finalmente se detienen, aunque una de ellas sigue sonriendo con desprecio.
—De acuerdo, Ambrose. Vamos a llevarte al baño. No queremos que ensucies el pasillo.
Me empujan hacia una pequeña puerta cercana a las celdas, un baño de aspecto sucio que parece más una burla que una ayuda. Me empujan dentro y cierran la puerta tras de mí. La frescura del cuarto me golpea, y apenas tengo tiempo de reaccionar antes de que las náuseas lleguen a su punto máximo.
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HAUNTED ♰ scream. ✔
Fanfic𓇼. ࣪˖𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃𓂅❛ Don't know who's in the mirror, Is this hell? ❜ DUOLOGIA 'HOPELESS' ೃ࿔ ❝ 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 hay un asesino serial suelto en Woodsboro y tiene a todos los habitantes alertas. 𝒐... 𝐃𝐎𝐍𝐃𝐄 Elodie tiene que enfrentarse a verdades...