Camina incansable el samurái,
siendo juzgado por la luna.
Su katana recrea horrores
tan crueles como su muerte.
***
Desde contemplar la naturaleza, hasta aceptar la muerte, Tsujigiri es una encrucijada de sentimientos solemnes y gritos de desesperac...
soy escoria humana esperando tu perdón, un demonio agotado por el remordimiento. quiero llegar a ti y pedirte de rodillas que me perdones por no buscarte. olvidé el sabor dulce de tus palabras, me dejé llevar por esta venganza. el odio latía y latía, sentí que iba a desgarrarme y causar una implosión. quisiera regresar el tiempo, quisiera haber huido, debí haber aprovechado la oportunidad y escapado. debí acudir a tus brazos. cegado por el ardor de la traición, la alternativa no se presentó. quisiera decirte que estuviste en mi mente a cada momento pero no. olvidé tu existencia, tu recuerdo mitigaría el rencor. me dejé llevar por el odio y me olvidé de tu amor.
mis pasos arrepentidos se dirigen al lugar de nuestra reunión. me pregunto qué pensarás al conocer los pecados que cometí, las muertes que causé, los hogares que destruí. me pregunto si me verás como el monstruo en el que me he convertido o si seguirás amándome. sé que es un deseo retorcido, confío más en tu perdón que en la salvación de dios.
hay sangre seca sobre mi piel; si no arreglo mi apariencia, seguro gritarás al verme. con sigilo, robo ropa de viajeros ingenuos. me escondo en el bosque, me baño en el río. lo que quedó del kimono blanco, nada con la corriente; lo veo alejarse entre los peces. disfruto el agua fresca y pienso en ti, pienso las palabras que diré cuando me regañes por no ir a verte. pienso en los perdones que te ofreceré cuando tus ojos me juzguen, pienso en las semanas que perdí en esta ruta, sé que mi decisión no fue solemne como mi primera muerte. me pregunto si te asustarás al reconocerme.
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eres rayos de sol, grama fresca, brisa insistente.
eres la estrella que no se esconde al verme.
estás en cada atardecer, en cada gota de agua. estás sentado sobre las piedras, rezándole a dios que regrese.
sé que fui insolente al no correr y refugiarme en tu perdón.
sé que te amaré por siempre, eres la calidez que necesito. eres el aire, eres la brisa, eres el sol y la lluvia.
si me niegas tu sonrisa cuando llegue a ti, sabré que la vida es mi castigo.
ii
corro hasta que mi piernas quedan entumecidas, corro hasta que las piedras se clavan en mis pies, corro mientras me desangro por dentro. la incertidumbre susurra oraciones que me provocan el llanto. ¿qué pasará si ya no me amas? ¿qué pasará si no perdonas mi decisión? no correr hacia ti, en cuanto mis párpados se abrieron y supe que mi cuerpo seguía vivo, fue mi peor error. por favor, espero que me perdones. por favor, espérame en el lugar de siempre. por favor... llegaré pronto.
el sol amenaza con ocultarse, el cielo celeste comienza a desaparecer. se hace tarde y corro, corro con todas mis fuerzas, corro hasta perder el aliento. las dudas se repiten en mi cerebro, necesito respuestas para no dejarme llevar por escenarios amargos. quiero verte pronto, quiero ver tu rostro y sostenerlo en mis manos, quiero besarte y pedirte perdón.
tenues rayos de sol tiñen el cielo de amarillo, anaranjado y rojo. sentado a la orilla del lago, estás tú. con la respiración agitada, tropiezo y me lastimo.
el aire contenido huye en un suspiro de alivio.
corres al verme y yo corro hacia ti. mis brazos rodean tu cuerpo, deseo que este momento sea eterno.
por favor, nunca me sueltes. por favor, nunca me dejes ir. por favor, seca mis lágrimas usando tus besos.
acostados sobre la grama, viendo gaviotas pasar, viendo el lago respirar, escuchas la historia de mi encrucijada. mi cabeza sobre tu brazo, mis manos acariciando tu rostro. seco tus lágrimas y te pido perdón. secas mis lágrimas y me regalas tus besos.
amor, soy fuerte ahora. amor, podremos huir. podré defendernos del mundo, mi amor.
iii
te veo envejecer, te preocupas por mí. te digo «estaré bien cuando te vea partir».
sostengo tus manos cuando lo necesitas así como sostuviste las mías, me convierto en tus piernas, así como te volviste mi estrella, mi guía.
seguimos juntos y paseamos alrededor de nuestro lago. los colores del atardecer tan cambiantes y cálidos siguen sin ser tan bellos como tu risa.
eres el ángel que calma mis penas, eres la sonata que adormece mis terrores nocturnos. tu presencia diluye la agonía de este demonio en el que me he convertido.
quisiera rogarte de rodillas y pedirte «no me dejes», pero me prometí ya no seguir estos deseos egoístas si es por ti.
sé que no soy digno de la paz que me entregas en cada beso. sé que la vida es efímera, sé que mi castigo es eterno. conozco la fragilidad, la siento en tus huesos.
sé que pronto tendré que ser fuerte para que no me veas llorar en tu lecho de muerte.
hoy sonrío por ti. paso hielo por tus labios, beso tu frente y cierro tus párpados.
adiós, mi amor. adiós, mi estrella. adiós, mi sol.
construiré para ti la tumba más bella.
iv
la casa del lago que ambos hicimos, es mi mayor tesoro.
aún si paso días sin energías, estás presente en mis pensamientos. me levanto de la cama cuando te recuerdo y limpio el piso, sacudo las ventanas, lavo los trastes, riego las plantas.
visito en cada atardecer el altar que construí con tu piedra favorita, pienso en ti y dejo comida e incienso.
visito el lago cada año durante tu aniversario. he visto cambiar el pueblo, ahora hay casas de concreto.
aprendí a disfrutar cada momento, seguro odiarías estos tiempos. he adoptado pasatiempos que podrías reprochar.
guardé mi espada, hoy me dejo llevar. no importa que el ocio sea pecado. se ha vuelto pacífica esta ciudad.
culminó la era del samurái. como hoja de grama nadando en el río, tan solo me dejo llevar.
te extraño y te pienso, sigo sintiendo la paz.
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