CAPÍTULO 6

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▬♥«♥▬

Luego de que Marc diera la escena de hermano protector y que Muriel se mordiera el labio para no reírse, he dejado el aula con el dichoso hermano protector. No sin antes pedirle disculpa a la maestra por haber entrado y llevado así. El resultado es que tengo algunos ejercicios de física. Ni que hablar del chico nuevo, el cual, ha quedado con una sonrisa burlona detrás de mí.

Ha sido el día más tedioso de todos.

Nos detenemos en la biblioteca. Marc no para de observarme serio, mientras cruza sus manos sobre el pecho a estilo madre regañona.

─ ¿Qué pasa? —pregunto ceñuda.

─Estoy esperando que me digas una respuesta.

─No tengo respuesta que darte, Marc —Toco mi cuello. Duele por el estrés acumulado—. Muriel dijo que me buscabas. ¿Qué ocurre?

Mi pregunta hace que se desmorone la máscara de madre gruñona.

—Averigüé sobre lo que dijiste.

─¿Y?

Sí. Necesito saber ese tema.

Juzgando por su aspecto preocupante, no es nada bueno.

—Hace veinte años, hubo una enfermera trabajando aquí. La misma que detallaste. Su nombre era Lucy Edison. Desapareció un día sin dejar rastros, luego después de unos meses de desaparecida, encontraron su cuerpo en un contenedor de basura. Fue torturada.

Dios mío.

Busco algo para sostenerme, porque siento que mis piernas han quedado laxas. La verdad que ha soltado Marc, ha estremecido todo mi cuerpo. Significa que no eran alucinaciones, sino que, eran fantasmas.

¿Soy una especie de médium? ¿Por qué veo fantasmas? ¿Puedo ver a mi gemela?

─¿Estás bien?

Lanzo una risa desganada.

─¿Quieres que esté bien, después de descubrir que estoy viendo fantasmas?

─Puede que sea algo bueno. Eres una especie de médium. Quizás, signifique algo.

─¿Signifique algo? —cuestiono con ironía—. ¡¡Desde ahora veré espíritus de gente muerta!! ¡¡No es nada bueno!! —Tomo un respiro antes que entre en un cuadro de histeria crónico—. Debo averiguar el motivo del cual puedo verlos.

Si, ¿Por qué yo? ¿Por qué ahora? No, fue desde hace muchos años atrás. En la actualidad solo se ha vuelto más complicado. ¡Estoy viendo espíritus de gente muerta! ¡Puedo ver a Holly! Todo es irracional....

¡¡Me he convertido en una chica que puede ver fantasmas!!

─¿Mayleen? ¿Te sientes bien? —cuestiona Marc a mi lado—. Podemos saltar las clases para pasear un rato por ahí. No me gusta que estés demasiado preocupada por esto.

─¿Me crees? ¿Qué opinas de que veo fantasmas? ¿Acaso no soy persona anormal?

─ No eres anormal, solo tienes un don.

─ ¿No tienes miedo? —pregunto con recelo—. ¿Tienes miedo de mí, Marc?

Toma un respiro y sonríe leve.

—No te tengo miedo. No preguntes idioteces.

─Lo siento, Marc. No soy una hermana menor normal.

─Eres normal. —Acaricia mi cabeza—. Eres la mejor hermana menor que puede tener un chico en todo el planeta. Siempre me distraes, haces reír, enfadar y preocupar. Por eso tengo que cuidarte —Sonríe—. Eres mi hermosa hermana menor.

Sus palabras alivian una parte de mí.

También pienso que es el mejor hermano mayor que la vida me entregó.

─Me enamoraría de ti, si no tendría a alguien mi cabeza.

Marc ríe.

─No, no eres de mi tipo. ¿Y ahora que harás?

Encojo los hombros.

—No lo sé. ¿Abrir un puesto de espiritismo?

De nuevo ríe.

—No, todo menos eso.

Ni yo deseo ser la señora loca que dice tonterías escalofriantes.

─¿Sabes? Sé cuándo un espíritu va a aparecer.

─¿Tienes una antena para eso?

Niego con la cabeza.

─El frío se vuelve insoportable y boto vapor por la boca —explico, recordando los eventos pasados—. Así estaba cuando apareció la mujer espíritu.

─Entonces cada vez que te pase eso, verás espíritus —declara. Asiento con la cabeza— Eres una cajita de sorpresa.

─Estoy creyendo que lo soy. —Respiro hondo—. ¿Crees que estoy viendo espíritus porque tengo que ayudarlos?

Quedó pensativo.

─Una mediadora.

─¿Qué? ¿Acaso estoy en el libro de Meg Cabot? Ahora solo falta que aparezca un fantasma y me enamore de él.

─Eso suena algo ilógico, ¿Te enamorarías de un fantasma?

Encojo los hombros.

─Si el fantasma es muy sexy y atractivo, tal vez.

─Ahora le diré a Julian que le has clavado una puñalada por la espalda ─Sonríe Marc, haciendo que mi corazón lata por escuchar el nombre de mi amor platónico—. No pongas cara de enamorada enfrente de tu hermano mayor, luego me da envidia.

─¿Envidia? ¿De no enamorarte?

─Lo estaba, pero era de la persona equivocada —Sonríe leve. Sus ojos azules claros se llenaron de nostalgia y tristeza—. Ahora ella es un recuerdo muy bonito para mí.

─Vaya —murmuro. He quedado sin saber que decir. No sabía que Marc sufrió un rechazo—. Lo siento. No sabía que te enamoraste. Lo tenías bien guardado. De vez en cuando traías chicas, pensé que....

─Pensaste mal. —Friega mi cabeza—. Y dime, ¿qué harás?

—Tengo que hablar de nuevo con el fantasma de la enfermería. Quizás, pueda saber algo de ella o el porqué veo cosas de otro mundo.

Asiente con la cabeza.

—Cuando o hagas, me llamas. Quiero estar a tu lado, ¿bien?

Sonrío.

—Claro que sí, hermanito gruñón.

No estoy sola en el tema de ver cosas paranormales, pero no es nada grato tener este don escalofriante. ¿Por qué en este momento mi hermana gemela se presentó y dijo eso?

¿Qué tengo de especial? 

¿Qué tengo de especial? 

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