CAPÍTULO 5

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▬♥«♥▬

Hay murmullos en los pasillos y yo soy la protagonista de eso. Normal. Grité igual que una loca y me desmayé en media nieve. No debe sorprenderme si encabezo la lista de las más famosas de la secundaria. Más aún, si estaba presente Julian. "Esa lo hizo por llamar su atención" "Fungió su desmayo para que la traiga en sus brazos". Ignoro todo. Después de todo, son solo rumores absurdos. Tomo un respiro y sigo caminando sin prestarle atención a nadie.

Sigo teniendo demasiado frío.

Sin embargo, no es como ayer. Llevo puesto una bufanda y dos pares de media. Es decir, menos ropa. Ya no caminaré como pato por el peso de puras capas encima. Sigo caminando a lo largo del pasillo hasta la enfermería, donde vi la figura fantasmal de esa mujer. No sé cuál es peor, si ver fantasmas o alucinaciones. Marc fue a investigar sobre ello, pero yo no aguanto quedarme en la incertidumbre. Detengo mis pasos y giro la perrilla de la puerta del sitio, abriéndola con suavidad y miedo.

Por favor, no aparezcas de nuevo.

─¿Hay alguien aquí? —pregunto con suavidad. Echo un vistazo alrededor, comprobando que no hay nadie. Suspiro aliviada—. Moriré de estrés crónico.

Mi alivio termina al ver a alguien moverse en una de las camillas. Todo lo que comí en la mañana, se revuelve en el estómago y amenaza en salir disparado por mi boca. Mi cuerpo tiembla y mis manos sudan, mientras repito para mis adentros que debo ser valiente y no entrar en una crisis de pánico; no obstante, una mano se apoya encima de mi hombro.

Eso es todo para girar y lanzar un golpe sin pensarlo dos veces.

─Oww, eres una chica con agallas.

¿Qué cosa?

Pestañeo varias veces y observo que mi puño ha sido atrapado por una mano.

Busco al artífice, encontrando a un chico de pie y con uniforme. Sus ojos son azules turqueses. Un color único y hermoso. Su expresión es una burlona. Su cabello es azabache y algo rebelde—. ¿Y bien? ¿Te quedarás mirándome o te alejarás de mí?

Su pregunta llena de petulancia, hace que lo suelte enseguida y retroceda con brusquedad.

—Yo....

─Tranquila, no muerdo —declara, dándome una ojeada de pie a cabeza—. No eres de mi tipo.

Vaya, tiene un comportamiento antipático.

Comprimo los dientes, queriendo golpearlo de verdad, pero en vez de eso, vuelvo a escudriñarlo. Sí. Es atractivo a su manera rebelde. Debe ser también popular entre las chicas.

—Tú...

─¿Quieres un pañuelo? —replica con una sonrisa ladeada—. Parece ser que estás botando baba por mí.

Tipo atractivo y odioso.

─Ni en tus sueños. No alimentaré tu ego masculino, chico petulante.

Debo salir y alejarme antes de aquí.

No tengo ganas de tratar con un chico así. Por ello, decido ir hacia la puerta, pero antes que la abra, me detengo en seco.

—Oh, eres tú, ¿Has venido a hablar conmigo?

Oh, no. Dios mío.

Es aquella mujer fantasmal que ha aparecido de nuevo.

Empiezo a temblar de nuevo. La temperatura de mi cuerpo baja enseguida. Lanzo vaho por mi boca. No es una alucinación, es real. Enfrente de mí, está un fantasma que habla.

EL PORTAL DE LOS MUERTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora