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Capitulo 1058

Enon comenzó a respirar con dificultad y a girar por el lugar. Sus ojos color limón, que brillaban ferozmente, escudriñaban el laboratorio como una bestia acechando a su presa. Su mirada era similar a la de antes, pero completamente diferente.

"Hasta ahora, he estado buscando aquí solo con el método de Luma. Es un lugar tan familiar que, naturalmente, no pensé en nada más allá de ese enfoque. Luma no se esforzaba mucho por ocultar las cosas... y asumí que, por supuesto, solo habría utilizado su propia magia... ¡Pero si realmente estaba al tanto de esos detalles...! Si hubiera creído que llegaría hasta aquí..."

El movimiento que giraba en círculos se detuvo en un solo lugar. La mirada de Enon se centró finalmente en su propia palma.

"...Cuando encontré su laboratorio secreto en el oeste, dije que usé la sangre de mis descendientes para abrir la puerta."

Yuder recordó a Pruele y Kishiar, quienes, para entrar al laboratorio oculto del primer duque, habían desgarrado su palma contra el emblema familiar grabado en la pared, dejando caer su sangre.

De alguna manera, parecía que podía adivinar en qué estaba pensando Enon.

Enon no era humano. No era un descendiente de Luma. Sin embargo, poseía el corazón y la mano de un gran mago.

Solo había una existencia en este mundo. Una parte del cuerpo del gran mago que había vivido casi mil años sin envejecer, pertenecía a un guardián. ¿Existiría otra clave tan valiosa, irremplazable y sin riesgo de pérdida?

Enon cerró su puño y lo abrió de nuevo antes de hablar.

"Tienes ese puñal que siempre llevas contigo. Dámelo."

Hubo un pequeño desacuerdo, pero al final, Yuder le proporcionó el puñal a Enon. Este, sin la ayuda de nadie, se cortó la palma con tranquilidad.

La sangre de Enon era roja, igual que la de los demás.

"Déjame ver. Quiero comprobar si esta es la clave correcta o no."

Enon recogió la sangre acumulada en su palma y avanzó. Se dirigió hacia el árbol al que había estado mirando fijamente antes.

'Hasta ahora, he pasado más tiempo buscando ahí.'

Probablemente, Enon pensó que si Luma estaba ocultando algo, ese sería el lugar más probable.

Sin dudar, Enon extendió su mano hacia el interior del agujero del árbol. Su mano se hundió en la oscuridad y, poco después.

Frrr...

En el silencio sepulcral, una rama que parecía muerta comenzó a temblar repentinamente.

Luego, todas las ramas comenzaron a moverse al unísono. Era como si hubiera un fuerte viento que soplaba solo allí, y olas invisibles azotaban el lugar.

¡Fuuuu...!

Las luces que iluminaban el interior se apagaron de repente, sumiendo todo en la oscuridad. Incluso Yuder, con la vista nocturna agudizada, no pudo ver nada por un momento.

"¿Enon?"

"¡Quédate quieto ahí!"

Enon gritó agudamente. En el instante en que Yuder intentó no bajar la guardia y fijar su posición, las luces se encendieron de nuevo como si nunca hubieran estado apagadas. Todo se iluminó, y Enon también pudo ver de nuevo.

Siguió parado frente al árbol. Sin embargo, el entorno era completamente diferente al anterior.

El agujero del árbol, que estaba vacío, estaba ahora lleno de innumerables fragmentos de madera. En la pared que parecía vacía, apareció una estantería desordenada con montones de papeles y libros antiguos, y sobre el escritorio, que solo parecía desgastado, había varios objetos desconocidos.