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Capitulo 1062

"¿El duque Peletta ha recibido un permiso y se ha ido de vacaciones? ¿Es eso cierto? ¿Realmente dejó su puesto en un momento como este?"

El duque Diarca no pudo ocultar su asombro mientras respondía a quien le había traído el informe. La persona que estaba casi arrodillada en el suelo, con un tono nervioso, respondió.

"Sí. Nuestros informantes en el palacio también pensaron al principio que había algún tipo de engaño, pero después de confirmarlo, parece que es cierto. El duque Peletta salió hace dos días con un pequeño grupo de allegados a disfrutar en el bosque cerca de la capital, y después de eso se fue de inmediato a Peletta."

"... Hmph."

El duque Diarca dejó su pipa. Sus ojos, bajo los dedos que presionaban sus sienes, brillaron con desdén.

"Ni el Palacio del Sol ni el duque Peletta parecen tener en cuenta el peligro. Aunque este viejo ha expresado tantas advertencias de preocupación desde hace tiempo... Parece que una vez recuperada su salud, no le ha importado en absoluto."

"..."

"¿Es hora de que deba dar otra vez un consejo... o es que esto es un intento ridículo de burlarse de mí?"

Con un tono suave que parecía genuinamente preocupado por el país. Sin embargo, las espinas que emergían de él eran afiladas, y los pensamientos en su mente eran aún más siniestros. Todos los que estaban cerca del duque Diarca se encogieron en silencio y bajaron la cabeza. Todos sabían que en estos momentos no debían irritar al duque en lo más mínimo.

El duque exhaló lentamente el humo de su pipa y le dio un ligero toque en la punta. Justo cuando iba a decir algo...

"Su excelencia, el duque. Perdón, pero parece que necesita salir un momento."

La voz de un subordinado provenía del lado de la pared secreta. El duque Diarca frunció el ceño y se giró.

"¿Qué ocurre?"

"Han enviado a alguien desde el Palacio del Esplendor. Al principio pensé que era simplemente un sirviente, pero..."

Al escuchar el susurro pequeño y urgente, los párpados del duque se abrieron de par en par. Se levantó de su asiento y salió de inmediato.

Entre los sirvientes apresurados, vio a una persona vestida completamente de negro. Al descubrir al duque Diarca, la persona que llevaba el sombrero hasta la cara lo retiró, revelando el rostro del príncipe heredero Kachian, que debería estar en el palacio.

"... Su alteza, ¿qué le trae aquí?"

"Como no respondías a mis llamados, no tenía más opción que venir personalmente."

Kachian, con un rostro pálido como una figura de cera, sonrió levantando las comisuras de los labios. Sin embargo, esa sonrisa era muy diferente de la hermosa que todos solían admirar. Su expresión parecía una risa forzada, como la de un cadáver. Aquellos que lo observaban sentían un escalofrío y bajaban la mirada.

El duque Diarca también frunció el ceño al ver esa expresión, pero pronto recuperó su habitual rostro generoso y elegante.

"Parece que ha habido algún malentendido en medio de todo el ajetreo reciente, lo que ha llevado a una confusión."

"¿Confusión?"

"Que una persona tan ilustre como usted haya tenido que venir hasta aquí significa que debo castigar a los que no hicieron su trabajo correctamente."

A pesar del tono sarcástico de Kachian, el duque Diarca se mantuvo tranquilo. Observando el rostro de Kachian, quien mordió sus labios, preguntó con un tono más bajo.