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En el norte del Imperio Or, se encontraba el pequeño feudo de Peletta, situado en una costa particularmente desolada. Era un lugar pobre y tranquilo, que no mostraba ninguna posibilidad de desarrollo, y resultaba claramente insuficiente para ser considerado el dominio de un duque, que se pensaba era uno de los nobles más altos. Era una tierra ruinosa, no muy diferente de un lugar de exilio para criminales.

Sin embargo, la impresión que Yuder tenía del feudo que estaba viendo ahora era completamente diferente de esa percepción general.

"Bienvenido, duque. Lord Zuckerman."

"Estaba esperando su regreso."

Bajo las murallas que, aunque no muy altas, estaban bien reforzadas, los jóvenes soldados, en perfecta formación y con sus lanzas en alto, reconocieron a Kishiar y le hicieron una reverencia de inmediato. Sus miradas estaban llenas de emoción, pero no actuaron de manera imprudente, manteniéndose firmes en sus posiciones.

'Se nota que están bien entrenados.'

Eran los mismos soldados que Yuder no había visto en su vida anterior cuando visitó Peletta. En ese entonces, Yuder había escalado las paredes de noche, así que no había pasado por la entrada del feudo de manera formal; si hubiera encontrado a estos soldados de guardia en aquel momento, probablemente no habría entrado tan fácilmente.

Parece que sintieron la mirada de Yuder recorriéndolos, porque también lo miraron. Ahora, Yuder llevaba una capa negra con un sombrero que lo cubría. Debido al ala ancha del sombrero, sería muy difícil darse cuenta de que pertenecía a la unidad de caballería a simple vista.

"¿Quién es la persona que acompaña al duque?"

"Es el barón Yuder Ail. Es mi único asistente, parte de la unidad de caballería."

Kishiar respondió antes de que Yuder pudiera contestar.

"¿No deberíamos dar la mejor bienvenida que Peletta puede ofrecer a este héroe que ha llegado al norte, después de haber salvado el oeste y el sur y que finalmente tiene sus primeras vacaciones adecuadas? ¡Sería motivo de orgullo para el anfitrión! La honra de todos ustedes está en juego."

Los caballeros, que se quedaron momentáneamente atónitos ante su actitud teatral, que parecía presumir de un tesoro, pronto estallaron en risas.

"¡Jajaja! ¡Claro que sí!"

"Ya hemos escuchado rumores sobre el héroe de la unidad de caballería a través de los miembros de la orden de caballería de Peletta. Para honrar al duque, eso no sería un problema."

Sin una orden, levantaron las lanzas con un movimiento preciso y coordinado.

"¡Hah!"

Moviendo los brazos con elegancia, cruzaron las lanzas y chocaron entre sí, creando un sonido resonante mientras lo hacían varias veces, antes de levantarlas nuevamente en la misma formación, abriendo el camino para el grupo.

"¡Bienvenido a Peletta, barón Ail!"

"¡Espero que disfruten de unas agradables vacaciones en Peletta!"

"... Sí."

A pesar de la respuesta incómoda de Yuder, ellos estaban tan alegres como Kishiar.

Kishiar, agradeciendo a los soldados con aplausos y gestos de elogio, se inclinó para pasar bajo las lanzas que habían formado. Detrás de él, Nathan Zuckerman mantuvo una expresión imperturbable mientras pasaba por el mismo camino.

Yuder se tomó un momento de silencio antes de seguir a ambos bajo las lanzas y entrar al feudo.

Era la primera vez en sus dos vidas que entraba a un pueblo de una manera tan absurda y ruidosa. Era realmente ridículo, y parecía que los recuerdos de su vida anterior se desvanecían.